[BTS] 50 Tipos de Besos

Un beso urgente (YoonMin)

45.- Prompt: Intercambio de besos mientras se mueven, golpeando los bordes de las mesas o casi tropezando con cosas en el piso antes de llegar al sofá o la cama.

Dedicatoria: briribiri

Pareja: YoonMin

~*~

Hay muchas cosas que Suga ama en este mundo y una de ellas son los trofeos.

Los ojos del rapero brillan cada vez que el nombre de BTS se alza en el anuncio de un nuevo premio, pero lo que más le emociona es el trofeo que lo acompaña, porque todos son tan brillantes, tan solemnes, un maravilloso reconocimiento físico de su arduo trabajo y dedicación.

Por eso, Jimin no comprende cuando el rapero decide abandonar el restaurante a la mitad de su cena de celebración, porque esa noche no ganaron un simple premio, no, esta vez BTS no fue el centro de atención sino que Suga como productor ganó su primer reconocimiento de forma individual y todos estaban celebrando, todos menos el rubio que disculpándose y tomando la mano de su novio, lo arrastró fuera del local mientras pedía un taxi.

–¿Sucede algo? –Pregunta una vez el mayor le da las indicaciones al conductor.

–Quiero ir a casa –responde con tranquilidad.

–¿No quieres celebrar tu premio?

–Ya celebré con ellos, ahora quiero celebrar contigo.

Cuando las miradas se encuentran entonces Jimin siente una descarga de energía atravesar todo su cuerpo, volviendo el aire a su alrededor casi electrizante. Siempre ocurría eso después de una premiación, el sentimiento de autosatisfacción en el rapero era tan abrumador que lo volvía presumido y peligrosamente provocativo, una combinación que hace a las piernas del vocalista temblar mientras que de reojo observa los largos dedos descansando sobre las rodillas contrarias, dejándose seducir por su propia imaginación de esas manos sobre su piel y provocando una imperceptible sacudida de adrenalina en todo su cuerpo.

–No hagas eso.

–¿Hacer qué?

–Deja de imaginarlo, espera un poco y lo sentirás por ti mismo.

–Estás siendo engreído, no estaba pensando en ti.

–¿En serio?

Jimin muerde su labio inferior cuando la sonrisa del otro se ladea con suficiencia, resistiéndose al deseo de romper la distancia entre ellos y que el mayor experimente por sí mismo el quedarse de pronto sin aliento.

–¿Cama o sofá?

–¿Qué? –Frunce su ceño.

–¿Crees que esta vez llegaremos hasta la cama o nos quedaremos otra vez en el sofá?

–¿Puedes dejar de hablar de eso por favor? Ya tengo suficiente con tus manos.

–No te estoy tocando.

–No tienes que hacerlo.

YoonGi ríe estirando entonces sus dedos, mirando como los dientes del menor se hunden un poco más en la delicada piel de su labio.

–Te vas a lastimar.

–Déjame en paz –se queja volteando hacia la ventana, tratando de controlar sus pensamientos y emociones, sintiendo como todo empeora cuando la risa del mayor se vuelve suave y elegante, absorbiendo todo el aire de la parte trasera del taxi.

–Estoy feliz porque hoy gané... –suspira con satisfacción–. Estoy feliz porque ustedes estuvieron ahí para verlo, estoy feliz porque tú estuviste ahí conmigo para verme ganar.

La manzana de Adán sube y baja después de un trago de saliva, y Jimin entonces sabe que está completamente perdido, entre su imaginación y la voz de Suga que sigue flotando en el aire mareándolo, haciendo que un viaje de una hora se vuelva eterno y fugaz al mismo tiempo, huyendo del taxi apenas este se detiene sin esperar a que el mayor pague o lo siga.

Porque Suga lo seguiría.

Obviamente no lo dejaría escapar.

–Creí que tenías prisa.

El tono burlesco y audaz parece atravesar sus huesos, provocando que el rubor traspase los músculos hasta sangrar caliente y rojo bajo la piel, a lo que el menor se cruza de brazos tratando de protegerse a sí mismo porque bajo la mirada de Suga se siente desnudo, indefenso y completamente vulnerable.

–Olvidé mi llave.

El menor murmura con un tono suave y dulce, un tono que lo avergüenza a sí mismo pero que no sabe empuja a su propio límite al mayor, porque si Jimin estaba sintiendo una montaña rusa de sensaciones alrededor del rapero, YoonGi ya estaba en la cima de esta a un paso de caer, porque Jimin es fuego que no necesita tocar para consumirse, simplemente con estar a su lado, solo con acercarse un paso al cuerpo contrario puede sentir el calor fundirse en su piel hasta sus huesos.

–Necesito...

El vocalista levanta la mirada avergonzada de sus manos cuando siente que su barbilla es sujetada, encontrándose con los brillantes y ardientes ojos del mayor, absorbiéndolo, consumiéndolo por completo hasta que ambas bocas se encuentran como una explosión de sensaciones en su interior, un terrible error que ambos notan cuando las manos ya no pueden estar quietas, deslizándose bajo la tela y liberando suspiros ahogados porque todavía siguen afuera y pueden ser descubiertos.

–A-Abre... la puerta...

–No... n-no te muevas...

Una mordida en el cuello, un quejido más profundo y entonces las manos tiemblan renuentes lejos de la piel, buscando en los bolsillos, peleando con la maldita llave que no consigue encajar en la cerradura, temblando debido a las descargas eléctricas que produce Jimin y los besos marcados en su clavícula, hasta que finalmente la puerta contra la que el vocalista estaba siendo acorralado, cede y ambos negándose a soltarse, comienzan a moverse en la oscuridad, golpeando los bordes de los muebles, casi tropezando con cosas en el piso pero sin dejar de besarse en ningún momento.

–¿Sofá?

–Sofá... –Jimin suspira cuando Suga rodea su cintura aplicando más fuerza para levantarlo mientras que él enreda sus piernas alrededor del cuerpo contrario, sonriendo cuando finalmente su espalda aterriza contra algo suave y la expresión de Suga brilla frente a su rostro, casi fantasmal y aun así hermoso–. Felicidades... por tu premio...

La voz se endulza con afecto y entonces las manos se detienen, el rapero mirando con profunda adoración el amor que se refleja en la mirada contraria, acercándose entonces por un beso más lento y amable, sintiendo como su libido casi se queja por la repentina suavidad pero sin importarle.

–Gracias... por estar ahí conmigo...

La respuesta llega en un susurro amortiguado y ambas sonrisas brillan en la oscuridad, compartiendo ahora caricias más lentas y ahogando suspiros de cariño entre besos.