2

1.1K 155 44
                                    

Llegamos a la casa aproximadamente a las cuatro y media, Pasquale está desesperado y comprendo que es porque una noche antes de la boda el novio debe llevarle serenata a la novia sin que ella lo sepa.

¿Y qué es lo peor de esa costumbre? Pues es el simple hecho de que sus mejores deben acompañarlo en esa aventura. Pero por supuesto que no voy a ir.

Tengo un plan mucho mejor que implica una cama, Karol y yo.

Y no precisamente para lo que sea que estén pensando, sino más bien para contarle la verdad de Candelaria. Agustín insistió tanto que terminó convenciéndome de contarle la verdad.

Y solo quiero decir que si todo se jode será gracias a mí. He de admitir.

─ ¿A dónde fuiste sin avisarme? ─yo entro a la cocina y Karol comienza con su interrogatorio mientras come una manzana.─ ¿Se te está haciendo una costumbre acaso?

─ Amor, cálmate. ─pido acercándome para besar sus labios.─ Acompañé a Agustín a comprar unas cosas, no te exaltes por nada.

Ella me mira con una ceja arqueada porque evidentemente no me cree y me río.

Realmente le estoy diciendo la verdad. Pero al parecer no quiere creerme y creo saber cuál es la razón. Tiene nombre y apellido.

Intento abrazarla pero se aleja haciendo un puchero y niega haciéndome saber que no está nada a gusto con mi compañía.

─ No tienes idea del desorden de emociones que me provocas con un solo berrinche. ─musito besando su mejilla.─ Te amo.

Corro fuera de la cocina luego de tomar una manzana y puedo escuchar las risas de las locas de sus amigas mientras ella musita un Tonto lo suficiente alto como para dejarme claro que sigue molesta porque me haya ido sin avisar.

Supongo que es porque desde la mañana Cecilia decidió salir a dar un paseo del que aún no ha vuelto, y porque Agustín volvió antes que yo porque me quedé haciendo una llamada.

Tenía que hablar con candelaria.

Karol me pidió que corte absolutamente todo con ella y quiero hacerlo.

Pero la verdad es que no sé cómo si desde que Candelaria dijo que existía la posibilidad de un embarazo no quiero hablar con ella. Realmente no sé cómo están las cosas entre nosotros por ahora. Pero de algo si estoy seguro, quiero estar con Karol.

─ Estabas tardando. ─se queja Pasquale y yo solo señalo la cocina.─ No me digas que le dijiste algo.

─ No, solo estaba siendo regañado por su mujer porque se fue sin avisar. ─se burla Agustín.

─ Al menos tengo a alguien que se preocupa por mí, algo que tú no tienes.

─ Al menos no me urge casarme como a ti.

─ ¿A quién le urge casarse? ─pregunta Karol saliendo al jardín y yo miro mal a Agustín.

¿Ahora ven por qué nunca se puede contarle nada? Yo que quería que formara parte de mi plan.

Ni modo, tendrá que quedarse fuera.

─ Hey, ¿De qué hablan?

─ ¿Y tú qué? ─digo mordiendo mi manzana para disimular.─ ¿No estabas adentro quejándote de que salí sin tu permiso?

─ ¿Desde cuándo se me hace tan normal ver a Ruggero dar explicaciones de lo que hace? ─vuelve a preguntar Agustín y Manuel se ríe.─ Amiga, ¿Puedes por favor devolverme a mi Ruggero?

Karol solo niega divertida y besa mi mejilla avisándome que estará ayudando a Giovanna con algunas cosas antes de alejarse de nosotros. Vuelvo a centrarme en las cuatro personas frente a mí y Pasquale comienza finalmente con sus explicaciones.

3| El verde de sus ojos; Darlo TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora