3| El verde de sus ojos; Darlo Todo

Adelantos.

─ Todo es cuestión de esperar, ¿No?

─ ¿Esperar? ¿En un momento como este? Karol, estamos...

─ Estamos definiendo mí futuro, Ruggero. Ya no se trata de ti. Se trata de mí. Y de lo que yo quiero.

─ ¿Planeas dejarnos fuera?

─ No te estoy dejando fuera, Ruggero. Solo estoy decidiendo alejarme de ti.

─ ¿No es lo mismo acaso?

─ No, no es lo mismo.

─ Si te vas, asegúrate de no volver.

(...)

─ Ya te dije que no tengo nada que ver, firma el maldito documento y mi hijo y yo somos libres de largarnos de aquí.

─ Es mi hijo también.

─ Lo es, Ruggero, ¿Pero pensaste en eso mientras jugabas a definir el futuro de una persona que no valoró todo lo que hiciste por ella?

─ No metas a Karol en esto, Candelaria. Estamos hablando de mí hijo y de lo que planeas hacer con él lejos de mí.

─ ¡Pudiste haber pensado en eso antes de dejar que pasara lo que paso!

─ ¡¿No tienes que ver tú en eso acaso?! Mírame a los ojos y dime que lo que estoy diciendo no es verdad, dímelo.

─ Yo no fui, Ruggero. Y en vez de culparme, deberías poner a pensarte en quienes sí tuvieron razones para hacerlo.

(...)

─ ¿Escapaste de mí tanto tiempo y después de lo que pasó simplemente me dices que ya nada puede ser igual?

─ No nos merecemos el uno al otro.

─ ¿Y vienes a decirme esto un año después?

─ Un año que te sirvió de mucho, ¿No?

─ No, Karol. No me sirvió de nada.

─ Pues entonces, es una decepción.

(...)

─ Tienes razón, Ruggero. Mi amor no fue suficiente.

─ ¿Cómo puedes simplemente fingir, Karol? esto no te está haciendo bien y lo sabes.

─ Es una lástima, lo siento.

─ Karol...

─ ¡No, Ruggero! Ya dije que no.

(...)

─ No lo puedo creer.

─ Me pediste que dejara de insistir, ¿No? Aquella última vez me suplicaste que te dejara en paz de una puta vez, lo hice, Karol. Realmente lo hice.

─ ¿Y por qué no me siento bien?

─ Porque ambos sabíamos que no era lo que querías. Y aun así lo hiciste. Pero al final, tienes razón. Tu amor no es suficiente.