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— Si hay alquilen que va a emocionarse con la noticia es Ayla. —digo mientras empujo el carrito.— Estaba esperando esto desde que volviste.

— Bueno, de cualquier manera, no quisiera tener contacto con ella aún.

— ¿Y por qué no? Ella es una buena persona, y tengo que ser sincero, gracias a ella fui a tu casa dispuesto a arreglar las cosas.

— Lo sé, amor. Y porque sé que te cae bien me estoy tomando mi tiempo para no joder las cosas. Sabes como soy cundo alguien me cae mal.

Asiento comprendiendo su punto y ella se ríe mientras Josuet corre hacia nosotros con más cajas de pasteles caseros. Está feliz de que Karol haya vuelto, eso está más que claro.

No ha dejado de hablar de lo que hará ahora que su hermano menor vivirá con él. Incluso ya indicó cuál es la parte de su habitación en la que irá la cuna.

Es la primera vez en meses que estamos siendo de verdad felices y eso es lindo. Sin contar con lo hermoso que es saber que podremos hacer actividades de familia, finalmente.

— Hablé con Giovanna antes de ir a verte. Está feliz por nosotros. Y aseguró que podemos ser los padrinos de su princesa.

Yo solo me río y evito decirle que no quiero eso. Porque es que son mejores amigas. Y ya una vez Pasquale y yo interferimos en sus planes de casarse el mismo día.

Pero en mi defensa, tanto Karol como yo no estábamos listos para casarnos todavía. Ahora quien sabe.

Todo puede pasar.

— ¿Podemos llevar helado? —Josuet evita que yo responda y Karol asiente.— Te extrañé tanto, mami.

— Era obvio, solo la madre consciente al niño. —digo irónico.— Y no te emociones, ya no eres el único.

— Jade me dijo lo mismo. ¿Qué tan malo es no ser el único?

— Depende de cómo lo tomes, mi amor. —explica Karol.— Para Mau debió haber sido difícil. Pero nos amamos. O amábamos.

— ¿Y por qué ya no se aman?

— Porque hace muchos años dejamos de vernos desde que viajé hasta aquí.

Interesante...

Mi mente comienza a iluminarse.

— Pero Austin y yo si vamos a estar juntos.

— Lo estarán, y eso ayudará mucho para que se quieran y logren llevarse bien. Como Leo y yo.

— Es cierto, tu papá y tu tío tienen la relación de hermanos más bonita que he visto.

— Pero, ¿No sentiste feo cuando supiste que ya no eras el único?

— No tanto, ya no era un niño que necesitaba el cien por ciento de atención. Supe asimilarlo. Además mi hermano me cae bien.

— ¿Y qué pasaba si querías jugar con la abuela y ella estaba ocupada?

— La ayudaba con las cosas de Leonardo para estar cerca de ambos. —explico deteniéndome en la caja.— ¿Por qué siento que preguntas esto porque te estás preparando para algo?

— Si, para perder mi trono.

— No vas a perderlo, amor.

— Nunca lo tuviste. —explico y Karol me mira mal.— ¿Qué? Nunca lo tuvo.

Josuet hace un mohín y niego mientras Karol se agacha a su altura con Austin en brazos. Este solo bosteza y sigue durmiendo como lo ha hecho siempre.

3| El verde de sus ojos; Darlo TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora