—¿Me vas a tener retenida aquí?–pregunto alterada.
—Por supuesto. Es lógico, ¿no? ¿Tú qué habrías hecho en mi lugar?–pregunta alzando una ceja.
No contesto porque sé que habría hecho lo mismo que él. Hasta lo habría atado a una silla.
—Bueno, ¿y cuánto va a tardar en venir?–pregunto para saber cuánto tiempo tengo para idear un plan de huida.
—No estoy muy seguro. Tenía cosas que hacer–frunce el ceño y sacude levemente la cabeza–. Oye, aquí soy yo quien hace las preguntas.
—Adelante–vuelve a alzar una ceja burlonamente para ocultar su sorpresa–. Tampoco te las voy a responder–termino diciendo a la vez que me cruzo de brazos y me apoyo en la pared.
—Eso ya lo veremos.
Da un paso hacia a mí, lo que hace que me separe de la pared para ponerme firme, preparada para cualquier cosa.
—¿Qué estás haciendo aquí?–empieza con el interrogatorio un poco más cerca de mí y observándome con suma atención.
—Me apetecía echarle un vistazo al barco–digo mientras miro el camarote–. Muy bonito, por cierto. Me gustaba más el camarote como estaba antes, pero no está mal.
No me conseguirá sonsacar nada porque tampoco sé exactamente por qué he venido aquí.
Achina un poco los ojos y da paso a una gran sonrisa. Está tramando algo.
Después camina mientras observa el entorno con la misma sonrisa burlona.
—A mí me gusta así–hace una pausa para dar más dramatismo a la escena–. Jack estaría de acuerdo conmigo.
Escuchar el nombre de mi hermano salir de sus labios hace que mi corazón se dispare.
En menos de un segundo me encuentro agarrándole del cuello con una mano mientras lo presiono contra la pared.
—Si le tocas aunque sea un solo pelo, te mataré... muy dolorosa y lentamente–amenazo mirándole directamente a los ojos mientras apreto el agarre.
El muy idiota suelta una risa, cosa que hace que le estruje aún más la garganta por la rabia y empiece a toser.
—Ya veo... Que no eres mucho de... Bromas–dice entrecortadamente, intentando coger aire.
¿Debería ahogarlo?
Mantengo aún mi mano rodeando con fuerza su cuello mientras me muestra una inquietante sonrisa.
Su rostro se empieza a tornar rojo y las venas se le marcan mucho. Me asalta un ápice de terror, así que aparto de golpe la mano, dejando que respire.
Gideon se ríe mientras tose.
—Demasiado débil.
—¿A caso quieres que te mate? Me facilitaría las cosas, la verdad–digo mirándole con desprecio.
—Tampoco serías capaz–me reta con la mirada.
Se la mantengo desafiante. Claro que no sería capaz.
—Si la ocasión lo requiriera sí que sería capaz. Si te matase ahora mismo porque me place me estaría poniendo a vuestro nivel. Yo no soy una pirata–me defiendo.
Noto como alza las cejas asombrado por la respuesta, pero rápidamente cambia su expresión a una seria e inmutable.
—Si tan malos somos, ¿por qué no me he defendido aun sabiendo que me podrías haber matado? ¿Por qué no te he atado y torturado para sacarte información? ¿Y por qué los piratas estamos dispuestos a estar en paz con todos?

ESTÁS LEYENDO
¿El País De Nunca Jamás? Menuda Chiquillada (Peter Pan Y Tú)
FanfictionHe crecido escuchando las más maravillosas historias de los mundos más remotos y fantásticos. Pero a mis 13 años ya no creo en los cuentos que narra mi madre Jane a mi hermano pequeño Jack sobre hadas, sirenas y ese niño que mágicamente puede volar...