Final Alternativo (parte 8)

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Mi respiración es lenta y continua.
Empiezo a oír el canto de los pájaros y mis ojos cerrados comienzan a notar el resplandor del sol.

Creo escuchar un pequeño chirrido pero hago caso omiso y, aún somnolienta me cambio de costado para estar más cómoda.

Abro de golpe los ojos y dejo escapar un gritito mientras me levanto hasta sentarme cuando una madera del tejado se cae justo a mi lado.

—¡Dios!

Miro hacia arriba y veo que se ha soltado uno de los amarres.

—Lo que me faltaba.

Me levanto a desgana para arreglar el estropicio.

Hace un mes aproximadamente, bueno, un mes en el País de Nunca Jamás, que decidí "independizarme".

Me hice una casa en un árbol cercano a la hondonada de las hadas, ya que antes de tener un lugar en el que vivir iba a menudo allí para pensar y me tranquilizaba ver esas hermosas criaturas, y acabaron viéndome como una amiga. Así que me ayudaron a crear mi nuevo hogar y están al corriente de todo lo que hago por si necesito alguna ayuda en cualquier momento.

Desde que me fui del refugio subterráneo he mantenido mi palabra y he dejado el tema de los piratas. Así que lo único que hago es coger suministros y encontrarme con mi hermano pequeño Jack para saber cómo está.
Por suerte, él está encantado con esta vida y, como es de esperar, no se acuerda de nada de nuestra otra vida. Supongo que es lo mejor para él.

Yo sí recuerdo todo. Es cierto que siento que se me olvidan momentos vividos con nuestra familia, pero recuerdo cómo me sentía estando con ellos y cómo me sentí cuando los perdí. Pero ahora sé cómo mantener la mente despejada y apartar los sentimientos negativos.

En cuanto a la situación en este mundo, no me he tropezado ni una sola vez con nadie. Al principio me dio mala espina y admito que empecé a espiar a cualquier bando, pero vi que estaban todos bien, así que lo dejé estar.

También suelo ir a la Laguna de las Sirenas, pero no a donde van los niños perdidos. Buscando recursos vi otro lado mucho más hermoso y tranquilo.
Al inicio las sirenas me rehusaban y querían... matarme, básicamente, pero vieron que yo no molestaba así que me dejaron en paz y viva.

Y esta es mi nueva vida. Es tranquila y sin sorpresas. No me quejo.

Agh, ¿a quién intento engañar? Es todo muy aburrido y me siento bastante sola aun teniendo la compañía de las hadas. Pero bueno, como muchos dicen: mejor sola que mal acompañada, ¿no?

Cuando termino de arreglar el tejado, me bajo de la casa, no sin antes coger la espada que robé del refugio subterráneo, y me dispuse a dar una vuelta por la isla. Tampoco tengo nada que hacer, ya que tengo comida y agua para un par de días más.

Me abro paso entre la vegetación mientras pienso en tonterías hasta que creo oír un grito.

Frunzo el ceño confundida y sigo con mi camino hacia la playa.

Cuando estoy a punto de llegar vuelvo a escuchar otro chillido de auxilio, esta vez más cerca.

Vislumbro en el mar, cerca del acantilado, dos figuras forcejeando. Una es una persona, específicamente un chico por su voz, y la otra no consigo reconocerla, pero no parece humana.

Miro hacia los árboles y con eso me basta para que un hada, la cual me estaba siguiendo, se me acerque.

—¿Te importaría rociarme? Creo que alguien necesita ayuda.

El ser mágico me saluda como un militar y me cubre de su polvo. Acto seguido le doy las gracias y me acerco rápidamente hacia la escena.

Cuanto más me acerco más doy las gracias por haber cogido un arma. Un pulpo gigantesco está intentando captar al chaval con sus pegajosos tentáculos para zampárselo.

¿El País De Nunca Jamás? Menuda Chiquillada (Peter Pan Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora