AVISO: Este capítulo se desarrolla en el mismo día que la parte 9 del final alternativo.
_______________________________________-Ya conocéis las reglas. Nada de herir de gravedad a los demás jugadores-recuerdo a los niños perdidos, los cuales están firmes en fila india escuchándome atentamente-, no queremos perder a más miembros.
-¿A qué se refiere con perder a más miembros?-escucho susurrar al nuevo niño perdido.
No hace falta que yo le mande a callar, ya que Osezno, quien está a su lado, lo hace por mí.
-A mi señal podréis empezar a buscar el tesoro-informo actuando como un líder militar.
-Pero solo has dicho una regla-recrimina otra vez el nuevo.
Cansado por su comportamiento me acerco a él.
-¿Tú quién eras?
-Jack-responde con el ceño fruncido-. El hermano de _____-aclara al ver que seguía sin recordarlo.
¿Hermano de _____? ¿_____ tiene un hermano? Ahora que pienso... ¿dónde está _____?
-Cadete Jack, la segunda y última regla es que no hay más reglas. Y ahora... Preparados... Listos... ¡YA!
Dada la señal, todos empiezan a correr por diferentes direcciones.
Me río al ver lo nerviosos que están y lo desesperados que se ven.
-Nunca lo encontrarán-le digo sonriente a Campanilla, quien tintinea volando a mi lado.
No sé por qué el comentario de ese niño me da vueltas por la cabeza.
-Campanilla-llamo su atención-, ¿sabes dónde está _____?-me mira con mirada curiosa y burlona-. No es que me importe, pero acabo de darme cuenta de que hace mucho que no la vemos por aquí y... Eso.
Mi fiel compañera se limita a encogerse de hombros.
-Bueno, pues voy a engañar a los niños perdidos. Cuantos más obstáculos, más divertido es el juego-digo con una sonrisa maliciosa.
Salgo volando en dirección a una parte de las zonas más peligrosas de Nunca Jamás: el hábitat de las bestias salvajes.
-No encontrarán el tesoro-pienso en voz alta riéndome al imaginarme a los niños perdidos huyendo de las bestias, demasiado ocupados para ganar el juego.
Una vez allí, en el silencio absoluto, cacareo lo más fuerte posible, haciendo que las aves salgan volando espantadas.
Unos minutos después, se escuchan los gruñidos de las bestias y estas salen de su escondite para buscar a su presa.Les dejo un rastro de sonidos y olores deliciosos para ellos en diferentes direcciones. No quiero que todos vayan a un mismo sitio y maten a algún niño perdido; solo quiero retrasarles.
Cuando acabo con esa tarea, me dirijo al hondonada de las hadas con una sonrisa traviesa en la cara.
Tengo pensado decirles a las hadas que me ayuden a entretenerles y que así se rindan y ganar este asalto.
Vuelvo al suelo y una vez me acerco al enorme árbol, veo una pequeña casa en un árbol de al lado. No creo recordar que estuviera aquí antes.
Me acerco curioso, despegando de nuevo desde el suelo. Podría haber usado las escaleras para ir al interior de la casa, pero no sería tan divertido.
Ya dentro, miro los objetos que hay. No hay gran cosa: una cama de hojas y pieles en el suelo, una silla y un escritorio con cosas encima. Camino hacia allí para mirar lo que hay: un mapa dibujado a mano de Nunca Jamás y unas cuantas notas.
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¿El País De Nunca Jamás? Menuda Chiquillada (Peter Pan Y Tú)
FanfictionHe crecido escuchando las más maravillosas historias de los mundos más remotos y fantásticos. Pero a mis 13 años ya no creo en los cuentos que narra mi madre Jane a mi hermano pequeño Jack sobre hadas, sirenas y ese niño que mágicamente puede volar...