Tacto cálido, firme que descendía por sus costados hasta sus caderas; pillándole con fuerza, el calor de otro cuerpo en su espalda y el exhalar tibio y entrecortado contra su cuello, los besos se repartieron entre el lado de su cara para luego descender hasta la mandíbula donde pasaron de besos a lamidas, todo el camino desde el cuello hasta la curva de su hombro, deteniéndose en ese espacio específico, tan idealizado y donde debería ir una marca de unión; la persona a sus espaldas se dedicaba a torturar la zona con besos, lengüetazos y roces de colmillos contra la sensible piel.
-¿Es esto lo que quieres? Mariconetti-.
El olor a canela le dio de lleno así como esa voz tan profunda y demandante.
Despertó agitado, afectado por el sueño; se puso de pie en un salto y corrió con prisa al baño de su habitación, abrió el agua fría, dejando que esta se llevara el sudor y los restos de su intenso olor a pay de limon, así como también como también cualquier resto de pre-lubricante natural.
Una vez sintió el frío, dejó la bañera llenarse con agua tibia y vertió dentro un bote de jabón para baño, se hundió en el agua dándole vueltas al sueño ¿Porque carajos el? Sabía que cuando faltaban un par de semanas para su "percance" comenzaba a encontrar a todo mundo un poco menos mierda, comenzaba a sentirse desganado y tenía la sensación de estar cargando una pelota en el vientre, era normal para el, lo que no era normal ni de puta broma era soñar con el amargado del superintendente y más soñar que casi le... marcaba; le recorrió un escalofrío a la vez que tuvo que apretar un poco ambas piernas ante la sensación que le trajo ese "recuerdo"
Salió del baño rayado a niveles exagerados, se puso una camiseta XL y mientras con una toalla se secaba el cabello salió a la escalera de incendios del piso, siempre que empezaba a sobre pensar tenía la sensación de que las paredes se hacían cada vez más grandes, el espacio se hacía cada vez más chico, y poco a poco comenzaba a ahogarse, y tenía que salir al aire directo de la calle, el punto bueno de este piso es que tenía acceso a la escalera de incendios la cual servía a balcón y era su lugar seguro en caso de un ataque de esos.
Se sentó ahí, aún agitándose el cabello para que se secara mientras se reprendía mentalmente, esta vez no iba a meter la pata, aquí habían conseguido la mejor oportunidad de ser alguien, de demostrar de alguna manera que ellos eran más que "el milagro de la vida, que una incubadora, que un ángel del hogar, que un puto florero dependiente de un alfa" estaba decidido a pasar por encima de todo para conseguir la puta placa.
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¡Si, superintendente!
FanficLos santos; la ciudad más problemática del país. -Esta puta ciudad está en pie por nosotros ¿tú crees? Mariconetti que tienes los cojones para ser madero-. -Pues claro que la tenemos-. -Eso ya lo veremos muñecas-. ¿Que probabilidad hay de que ellos...