Capìtulo 8: Mientras duermo

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Narrador Omnisciente

El campo donde se había hecho presente la batalla estaba totalmente destruido los pecados capitales habían derrotado a esos entes malignos que se habían hecho presentes hacía unos momentos, pero la preocupación aumento cuando una ráfaga de energía los golpeo haciéndolos caer estrepitosamente al suelo y con la vista borrosa pudieron divisar a lo lejos a Elizabeth en medio de una batalla con un hombre demasiado tenebroso pero lo que más los asombro y asusto fue la forma de pelea de aquella princesa y como derroto a ese ente de una manera demasiado sanguinaria. Cuando el silencio empezó a reinar en el lugar, los pecados fueron al rescate de la princesa y pudieron notar que ella estaba desmayada y bastante herida, se miraron entre sí para poder hallar una explicación de lo que había pasado. Pero una presencia misteriosa, interrumpió sus pensamientos, una sombra de una mujer con un cuerpo extrañamente perfecto se abalanzaba sobre Elizabeth haciéndola gritar del dolor que sintió.

Narrador Meliodas
¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Quiénes eran esas personas? ¿De donde saco Elizabeth esa cantidad de energía? No pude pensar claramente cuando una presencia nos interrumpió y lo único que pude hacer fue escuchar el grito desgarrador de Elizabeth resonar en mis oídos.

Meliodas: ¡¡Elizabeth!! ¡Respóndeme!

Diane: Capitán debemos llevarla al castillo para que la cuiden. No es un lugar seguro para ella.

King: Diane tiene razón capitán, esa presencia aterradora aun la puedo sentir y claramente quiere lastimar a Elizabeth.

Meliodas: Muy bien la llevare al castillo- No dejare que nadie te lastime Elizabeth- Merlín dile a Baltra que traiga a los mejores sanadores del reino para Elizabeth.

Merlín: No te tienes que preocupar por eso, yo misma revisare a mi hermanita. Tu solo encárgate de cuidarla, a menos que prefieras dejarla a un lado para ir con tu "noviecita".

Ese comentario me hizo brotar una vena en mi frente, claramente odiaba todo esto pero no puedo permitir que lo sepan, mis pensamientos acerca de la profecía y lo que había pasado estaban empezando a hacer que me doliera la cabeza, así que con el mayor esfuerzo tome a Elizabeth en mis brazos y la cargue al estilo princesa para poder dirigirnos al castillo. Pero como siempre no pude dejar de sentir mi corazón latir rápido cada vez que estaba cerca, ese aroma a vainilla y fresas que cubre su cuerpo siempre ha sido mi favorito y ese hermoso cuerpo que tiene que me hace desear tenerla en mi cama y hacerla mi mujer cada noche de mi existencia. La amo y la amare toda la vida, pero por su seguridad debo seguir siendo ese hombre frío y alejado que he intentado ser en los últimos días con ella.

Meliodas: Muy bien, andando entre más tiempo perdamos peor se pondrá Elizabeth.

Merlín: Espero que aprendas con esto capitán, que la princesa no te durará para siempre, muy bien vamos.

Y con solo un chasquido de sus dedos nos tele transportamos al castillo donde Baltra y las hermanas de Elizabeth nos esperaban en la puerta principal, con unos rostros de preocupación, no puedo culparlos porque claramente yo estoy peor que ellos. Mientras todos nos dirigíamos a la habitación de Elizabeth, incluso Magnus, les contábamos de lo que había pasado en el bosque y su preocupación aumentaba a cada paso que dábamos. Cuando por fin llegamos, me apresure a dejar a Elizabeth recostada en la cama para que descansara y Merlín procediera con la curación de sus heridas.

Merlín: Hermanita, tienes que despertar, Obscura luce tenebrae dolore aeternum lacrimis sanguine animas redire ad proelio fuerant- Espero que este hechizo sea lo suficientemente fuerte para curarla- Esto es extraño...

Diane: ¿Qué pasa Merlìn?

Merlín: Las heridas han sanado en su totalidad pero aun no despierta, veamos un poco más a fondo, tesoro sagrado aldan libérate. 

Creí que me amabasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora