Narrador Meliodas
Los rayos del sol y el llamado de nuestros amigos me obligaron a levantarme pero al abrir los ojos no pude evitar quedarme a admirar a la dueña de mi corazón, mi diosa estaba profundamente dormida sobre mi pecho y el viento frío sobre nuestras pieles me hacía abrazarla más fuerte contra mi pecho pero aunque quisiera seguir admirando esta buena vista debíamos seguir adelante, empece a darle besitos sobre la nariz la cual empezó a arrugar en un adorable puchero que no pude evitar soltar una leve risita mientras le acariciaba el cabello.
Meliodas: Buenos días amor.
Elizabeth: Buenos días Mel...¿Que es ese ruido?
Meliodas: Son los chicos seguramente se asustaron cuando no nos vieron con ellos, debemos irnos antes de que vengan a buscarnos y siendo honesto no voy a permitir que nadie te vea desnuda.
Elizabeth: De acuerdo, solo esta vez te daré la razón porque siendo honesta no quiero que nadie más te vea desnudo.
Meliodas: -No pude retener la risa después de ese comentario pero mientras rozaba mis labios con los de ella en una caricia realmente sensual le dije lo que creí quería escuchar- Tu eres mi diosa, tu cuerpo es mío y mi cuerpo es tuyo. No voy a permitir que nadie nos vuelva a separar así que créeme que nadie podrá admirar lo que esta reservado solo para tus ojos.
Elizabeth: -Lo bese dulcemente mientras me sentaba levemente por el dolor en mi parte baja- Tal vez cuando volvamos a Liones puedas volver a verme desnuda.
Meliodas: Demonios ¿Como pude ser tan imbécil de haber tratado de dejarte a un lado? No solo me encanta tu cuerpo sino tu hermosa forma de ser y créeme mi reina que después de toda esta mierda de la profecía no dejaré de hacerte el amor hasta recuperar el tiempo perdido.
Elizabeth: Jajaja entonces es mejor que nos apresuremos porque vamos a tardar mucho en eso...Y tal vez tengamos una sorpresita.
Meliodas: -No pude terminar de vestirme al ver un leve sonrojo en sus mejillas y una dulce sonrisa en su rostro aunque con solo ese comentario hizo que mis corazones latieran con fuerza- Después de tanto tiempo alejados amor mío, la idea de formar una familia contigo es lo mejor que me pueda pasar.
Ella solo me sonrió en acuerdo a mi comentario y esperando a que nuestros encuentros de amor dieran fruto a un hermoso bebe que nos uniera aún más. Terminamos de cambiarnos y la tome de la mano mientras empezamos a caminar en dirección a los insistentes llamados de los chicos quienes al vernos soltaron un respiro de alivió pero su rostro cambio a uno de sorpresa y alegría al vernos tomados de las manos nuevamente con un aura lleno de amor y la confianza que se estaba restaurando entre nosotros, apenas nos encontrábamos en el centro cuando Elizabeth se tenso de un momento a otro y el cuarzo comenzó a brillar fuertemente.
Meliodas: ¡Eli! ¡¿Que esta pasando?!
Elizabeth: La liberación es el ultimo paso para encontrar el gran poder pero para eso al guardián del corazón del cielo hay que derrotar. El tiempo se acaba...Y la sangre va a correr...
Meliodas: -Su voz de ultratumba calo muy dentro de mi ser pero tuve que volver a la realidad al ver en cámara lenta como mi diosa caía al suelo con un ligero temblor en su cuerpo pero logre atraparla justo antes de tocar el suelo- ¡¡Eli!! ¡¡Elizabeth!! ¡¡Responderme amor!!
Elizabeth: Mmm ¿Que fue lo que paso?
Diane: El cuarzo volvió a brillar y esta vez una voz realmente escalofriante y diferente a la tuya empezó a salir de tu boca, y mencionaste algo sobre la liberación del corazón del cielo y que debes pelear contra el guardián que lo protege.
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Creí que me amabas
Fanfiction¿Profecía? Aun después de haber derrotado al Rey Demonio, una gran desgracia hará que los siete pecados capitales se arriesguen. Pero no solo el destino de Elizabeth estará en juego sino también su amor por Meliodas. Un amor de 3.000 años se vera en...