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Una noche más, el estadounidense miraba el techo de su habitación, mientras que finas lagrimas salían de sus ojos, pero era raro el no lloraba por algo o por alguien, no lloraba por nada, solo lloraba.

En su mente solo pensaba en la reunión de mañana, estaba cansado, ¿pero de qué? El no había trabajado o ejercitado como para estar cansado, parecía que solo su corazón estaba así.

Eran las 3 de las mañana, llevaba tanto tiempo llorando, pero sentia que no pararian por un tiempo.

7 de la mañana, hora de arreglarse para la reunión, realmente estaba desanimado, no quería ir, como siempre, pero sabía que si no iba no solo tendría que escuchar un regaño de ONU sino también una sanción.

Agarro sus llaves para salir por la puerta y conducir hasta las oficinas de la ONU, miraba la calle perdido en su mente hasta que una persona se "atravesó" en su camino, frenó de golpe pero eso no evitó que lo golpeara, aunque hubiera sido más fuerte si no frenaba.

-oh my god!, are you okay?- dijo el chico de gafas saliendo de su carro apurado.

-¡pedazo de subnormal, casi me matas!- dijo el argentino muy molesto y con un posible morado.

-¿Argentina?, I'm so sorry.- el americano trato de levantarlo pero el suramericano apartó su mano, lo miró con una mirada de odio y se fue un poco cojo de ahí.

Usa se subió en su carro, golpeó su cabeza con el volante soltando un pesado suspiro, mal comienzo de mañana.

Al entrar a la sala de reuniones habían pocas personas, las que siempre llegaban temprano, Alemania, Polonia, FBI que estaba cuidando el lugar y el Ruso, cada vez que pensaba en el recordaba a la gran unión que una vez fue su amigo...

Se sentó y recostó su cabeza esperando a que el resto llegara, incluyendo al dueño de ese gran lugar.

La gente llegaba y llegaba, sintió de la nada como un montón de miradas trataban de matarlo, cuando volteó su cara para ver quién era, eran tres latinos que tenían la reputación de una gran amistad, osea, si te metes con uno te metes con todos.

El argentino, el mexicano y el venezolano tenían esa mirada de "si te acercas una vez más, te juro que te mato" aunque no eran problema para el americano, el problema eran los susurros, eso activaba su paranoia militar.

Estaba irritado, no paraban, estaba apunto de...

-If you have a damn problem, tell me on my face!- grito el norteamericano explotando de una vez por todas.

-¡AH!, ¡Puedes dejarlo en paz wey
No ves que es una criatura inofensiva!-
Dijo acariciando la cabeza del  argentino como un pobre perro.

-Bonita forma de iniciar la mañana Estados Unidos pero te pido cordialmente que te sientes, por favor.- aunque la ONU dijo eso de una forma calmada estaba apunto de echarlos del lugar.

-ellos empezaron.- dijo el chico de las gafas de sol.

-¡¿quién empezó coño?!- ahora el que se levanto de su lugar era el venezolano listo para la pelea.

-If I want I can kick your face, do not cause me.- el americano lo miro con superioridad.

-¡United States!, ¡If you intend to attack someone in my presence, I swear that I will kick you personally.!- dijo la organización completamente furioso, hasta el mismo oficial tuvo miedo.

-lo siento ONU, no volverá a pasar.- dijo  el protagonista arrepentido.

El resto de la reunión transcurrió de una forma normal, nada extraño realmente, lo mismo de siempre, gente gritando, gente calmandose, gente disculpándose.

Era la hora de irse, Usa estaba realmente agotado, solo quería irse a su hogar a dormir por más tiempo pero una mano se posó en su hombro, era su hermano.

-salut frère, Could you explain to me why there was so much trouble today?- el Estadounidense suspiró para contarle lo sucedido en la mañana.

Al terminar de contarle su hermano lo miró con su cara de burla, pero vamos, era gracioso que todo ese problema surgiera por un pequeño e inocente accidente.

Al final solo se despidieron y se fueron a sus respectivas casas, quien diría que eso era una mañana normal para el norteamericano.

-No Tan Malo- Countryhumans UwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora