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Alguien se ha preguntado... ¿por que los hermano mayores son tan sobre protectores? tal vez los que no tienen hermanos no lo entenderán, pero para los hermanos menores esto es algo muy insoportable, nadie puede invitarte a salir sin tener esas preguntas de interrogatorio sobre ellos, y este era el caso de nuestro pequeño ecuador, estaba con su hermano y con su novio Perú, y el chico bicolor estaba completamente aterrado, ya había oído que Colombia tenía la costumbre de amenazar a cualquier pretendiente de sus hermanitos, fue el caso de Cuba y de otros ex novios, contaban que este tenía un gran machete con el que te amenazaba, aunque estaba seguro de que solo exageraban, y si fuera cierto no pudo haberlo traído a Japón.

-fue muy lindo, coco.- decía el ecuatoriano tratando de calmar el aire tenso que había.

-es lo mínimo, ¿no crees Perú?.- miradas que te hacen querer tirarte por la ventana.

-C-claro, Ecuador merece lo mejor del mundo.- este cuidaba sus palabras, una equivocación podría sentenciar el fin de su relación.

-lambon.- dijo el cafetero susurrando y recibiendo un golpe de su hermano menor debajo de la mesa.

Un silencio incómodo se apoderó del lugar, estos 3 chicos se encontraban en una cafetería bastante común, nada en especial tal vez las chicas que los acosaban, o para ser realistas, las miradas incesantes de toda la clientela, pero la más fuertes de todas era la de nuestro adicto al café, no sabemos si estaba un poco irritado por el hecho de no tener un buen café en sus manos o el hecho de que el bebé de la casa saliera con el peruano, es un ladrón, eso era lo que se decía el tricolor mayor más de mil veces en su mente, ya fue bastante difícil aceptar la de su hijo y el de el hermano del medio.

-mi chocolate está delicioso.- dijo muy feliz el tricolor menor.

-oh si, espera...- el chico del gorro tomo una servilleta y limpio el bigote de espuma de su pequeño amante al banano quien se sonroja levemente.

-mi café está asqueroso, mi día ha sido una gonorrea y me quiero ir a machetear a alguien.- se paró el colombiano y su hermano menor lo miro mal, desde que son pequeños Ecuador a sido el "maduro" de los tres, el era más sobrio con las decisiones, no era tan impulsivo como Venezuela ni tan sentimental como Colombia, el era el que comandaba las cosas al ser más consciente.

-Colombia, siéntate.- dijo mandando el más pequeño.

-N-no ecu, está bien...- el chico lo tomo de la mano pero este la apretó lastimandolo un poco.

-No, Colombia tiene que entender que no soy un niño, el no es el único que puede tener pareja, así que si Colombia es un adulto responsable capaz de controlar sus sentimientos y de tener una pareja, se sentará y dialogará.- parece que esa mirada intimidante era hereditaria, el peruano estaba completamente asustado.

- Esta bien.- un comportamiento nada maduro de parte del hermano mayor.

-Colombia, saldré con Perú quieras o no, quiero recordarte que tu sales con Paraguay sin consentimiento de nadie, no somos niños para tener que preguntar por cada acción que hagamos, yo amo a mi Perú y no me arrepentiré de eso, ¿entendido?.-

-si... entiendo..., primero lo de Paraguay eran secreto y segundo, me tengo que ir, si no consigo café de verdad creo que mataré a alguien.- se levantó, beso la frente de su hermano, mira mal al peruano y se fue del local.

Cuando sonó la campanada de la puerta indicando que el suramericano se fue del lugar, el pequeño chico se lanzó a su amado realmente feliz, esto era una Victoria completa, se estaba riendo de una forma bastante contagiosa con la frente unidas a la de su amado, siguieron así hasta que una de las empleadas les tuvo que pedir que se fueran.

-¡Vamos a correr!.- dijo el ecuatoriano tomándolo de la mano y haciendo lo que dijo junto a su querido que estaba algo sorprendido.

Siguieron así, tenían una buena condición física o la adrenalina les daba fuerzas hasta que se agotara, llegaron a una playa que estaba un poco sola, antes de entrar el amante del plátano se quitó sus zapatos, los metió en el bolso, se remango el pantalón y camino en la arena, ya estando cerca de tocar el mar, volteo esperando a su pareja que estaba hipnotizado, este no tardó en hacer las mismas acciones antes mencionadas.

El peruano tomó la mano de su pareja y lo miro por unos segundos para devolver la mirada al mar, todo estaba tranquilo, el aire de la playa era fresca, el sonido de las olas moviéndose lentamente, el sonido de una que otra ave, la mano de ecuatoriano apretando a la del contrario.

-me gustas mucho.- dijo el peruano.

-tu también me gustas.- río mirando a su pareja que era un poco más alto que el.

Me gustaría contar más de esta relación, pero apenas comienza, tienen un camino por recorrer, muchas emociones que sentir, muchas que cosas que decir, este será un lindo camino para los dos, uno que disfrutarán hasta el final.

-No Tan Malo- Countryhumans UwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora