Un país "nuevo", por así decirlo, ese era estados Unidos de América, su nuevo nombre, hace poco se había independizado y había conocido mucha gente gracias a esto, entre ellos estaba un ruso alto y un poco delgado, de modales que lo hacían resaltar, este se hacia llamar el gran imperio Ruso, era un tipo muy reservado y educado, eso le agradaba al americano, siempre tomaban té o café para charlar como adultos, muchas veces su padre le dijo que no era alguien en el cual debería relacionarse pero aun así lo hacia, era alguien con el que se podía confiar.
una tarde estaban entrenando, exactamente esgrima, los dos iban empatados después de toda una tarde tratando de deshacer esto, el sonido del acero chocando levemente y los pasos rápidos de parte de los dos invadíala sala, el joven estaba cansado, ahora daba leves jadeos por el calor mientras el mayor iba más y más rápido con esos ataques, y de la nada, un toque, el americano solo se tiró al suelo mientras el mayor recogía todo, sobre todo las telas llenas de sudor.
-America, levántate del suelo y dale la mano a tu contrincante.- dijo el ruso.
-¡suenas como mi padre!.- seguia bocabajo sin dejar de sudar.
-ugh, no me compares con un viejo como él, solo párate y hazlo.- se sentó justo enfrente del chico de rayas y puso su mano en su cabeza.
-¿qué haces?.- dijo apunto de desmayarse del cansancio.
-trato de ahogarte por ensuciar mi piso.- bajo un poco la mano acariciando la suave y roja mejilla del chico.
-tienes las manos frías.- se recostó más en la mano y levanto la cara dejando ver sus ojos.
-tengo cierta atracción por tu ojos.- el más alto se sonrojo un poco pero no lo dejo de mirar, solo se encorvo y se acercó a los labios del chico que estaba paralizado, lo besó, pero esto no duró mucho el de ojos peculiares lo aparto a los segundos y lo miro completamente rojo, se levanto algo torpe y salió corriendo por la gran puerta de madera.
-¿eres adoptado?.- ahora Usa se encontraba de frente con la futura Unión Soviética, su padre había desaparecido hace poco y esta era la primera vez que se veían, era realmente extraño.
-eso quisiera, ¿y tú?.- este levanto la ceja dudoso.
-he cambiado mucho...- se acomodó sus gafas de sol y volteó la mirada un poco incómodo
-pense que la gente crecía, no que se hacía más pequeña.- se agacho para quedar a la altura de este que lo golpeó molesto pero chistoso por el comentario.
América tenía el presentimiento de que todos los rusos eran agradable hasta que esa guerra sucedió, había dejado de confiar en muchos realmente pero un pequeño país en específico había sido su amigo y aliado por mucho tiempo.
-Corrale, mi amor.- dijo Colombia con Usa detrás de él, estaban subiendo una montaña para ver el atardecer.
-shut up.- dijo un poco cansado, el latino solo lo tomo de la mano y lo jalo para que aumentara la velocidad.
Los dos se reían, eran muy buenos amigos, eran de esos que se contaban todo, no habían secretos prácticamente, bueno... solo uno... uno de estos estaba enamorado del otro, pero esto era un secreto, solo lo saben 2 personas, el paraguayo y el chileno, otros dos grandes amigos.
-¿te gusta?.- dijo el colombiano rozando disimuladamente su mano con la del contrario.
-demasiado, es hermoso.- el norteamericano se quitó los lentes para ver mejor, dejando ver sus hermosos ojos heterocromaticos sonrojando al menor.
-tu me gustas...- esto lo dijo susurrando para que no lo oyera el más alto, estaba un poco avergonzado de sus sentimientos, eso está mal visto, pero muchos le convencieron que eso no importaba, si el lo quería lucharía por eso.
-¿ah?.-
-nada..., si viviera aquí podrías verlo todos los días.- se sentó mas cerca de su amigo.
-no puedo vivir aquí..., mis... superiores me pidieron que me alejara a ti, solo venia a despedirme.- este se levanto dejando confuso al otro que no dudo en hacer lo mismo.
-¡¿que?!, ¡pero ellos no pueden decidir quienes son tus amigos!.-este lo tomo de la mano para hacerlo reaccionar.
-Colombia, no hagas esto mas difícil, son ordenes directas del presidente.- trataba de que lo soltara, no lo negaría, esto era difícil, el suramericano fue su amigo por mucho tiempo, pero no lucharía, eran ordenes y tenia que seguirlas.
-pero... ¡¿por que es tan importante?!, ¡el no es su padre, el no es nadie a comparación de usted!.- apretaba cada vez mas ese agarre, no quería soltarlo, no quería perderle.
-¡Colombia!, ¡solo aléjate de mi!, ¿si?, no quiero estar con un drogadicto como tu.- el americano jalo su brazo y se soltó por fin, mientras el menor lo miraba con el corazón destrozado.
-yo... no soy así, tu lo sabes... ¿eso te dijeron ellos?, ¡¿te dijeron que yo consumía droga?!.- Colombia se acerco amenazante.
-¡es verdad, eres un país adicto, estas ensuciando el mundo con tu droga!.- no iba a retroceder, no con alguien como el.
-Estados Unidos, retractate y podremos olvidar esto, pero por favor, dime que tu no piensas así... te conozco, tu no eres así... yo... yo te amo...- lo tomo una vez mas, pero de la mano y de la mejilla.
-suéltame, no quiero dar vergüenza a mi familia como tu, homosexual y drogadicto, que asco.- el mayor lo empujo alejándolo bruscamente y viendo como poco a poco las lagrimas salían, solo se dio la vuelta y se fue.
Claro que fue difícil, el americano no quería arruinar otra amistad mas y escuchar que lo amaba fue algo que lo hizo sentir aun peor, ellos habían pasado muchas situaciones pero eso no impidió nada, seguían adelante, pero esto fue lo que lo derribo todo, al parecer solo tu decides si acabar una amistad o no.
Después de eso era difícil hablar o siquiera ver al latino, le dolía verlo así, el se había descuidado demasiado, tenia muchas ojeras, mas de una vez lo vio apunto de llorar en las reuniones, sus hermanos trataban de consolarlo, tenia ganas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, pero... No.
un día decidieron hablar, arreglar todos los problemas, charlar, pudieron resolver todo, los insultos se olvidaron y esos lazos se unieron una vez mas, Colombia ahora podía hablar de su nueva "pareja" con el chico que alguna vez le gusto, este le hablo con una "chica " con la que se acostó el día de su cumpleaños y de como fue la mejor noche de su vida a pesar de estar 100% alcoholizado, la pasaron bien, otros latinos le dijeron que no se juntara con traidores pero estaba bien, era su amigo, ese que alguna vez guardo todos sus secretos.
pero la nueva desgracias hacia a Usa preocupar, esta vez no era su culpa, no hizo nada malo y estaba seguro de eso, algo le enojaba de el mismo, pero no podía hacer nada, no era su culpa que Colombia tuviera esos problemas pero lo entendía, cuando las noticias de los tiroteo se hicieron publicas, todo el mundo se atrevía a hablar, y se sintió fatal así que no lo culparía.
Solo quería es amistad una vez más...
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-No Tan Malo- Countryhumans Uwu
RandomEn una ocasión más veremos cómo la "maldad" tiene justificación, aunque no todos son malos