Las reuniones se estaba robando la juventud de usa, eso lo tenía claro, tenía miedo de lo que le diría ONU por su falta pasada, pero por otro lado a él no lo descubrieron en cosas indebidas en la oficina.
Al entrar solo se encontró a los mellizos, a el alemán consolando al italiano, este estaba llorando, algo que parecía ser imposible ya que el era muy positivo, pero solo se dedicaba a llorar mientras abrazaba a la japonesa.
El solo se sintió incómodo y decidió pasar de largo, normalmente los saludaba, talvez solo necesitaban espacio.
Al sentarse en su puesto, alguien se sentó al lado de el, el insistente ruso otra vez.
-¿qué haces aquí?, no es tu asiento.-
Dijo el americano avergonzado mirando su portafolio.-estoy aquí para que no crean que soy un acosador que se dedica a ver a italia llorar, además me gusta estar cerca tuyo.- ese comentario hizo sonrojar al americano, pero por otro lado tenía razón, el estaba de espaldas a el grupo así que si quería verlos, él seria una buena excusa.
-¿por que dices esas cosas?.- esta vez levanto la mirada para verlo a sus profundos ojos.
-pense que lo habías notado.- acerco la silla al más bajo.
-¿notar que?.- dijo abriendo sus ojos completamente, y cerró con firmeza si boca.
-Tu...- el ruso estaba decidido de lo que iba a decir, quería al menos una oportunidad, pero justo antes de articular esas palabras se escuchó una cachetada que resonó por toda la sala.
Al parecer el español había llegado y ellos no lo habían notado, estaba hablando o más bien discutiendo con el italiano, el italiano acababa de cachetear a su oculto amante tan fuerte que lo hizo voltear la cara, parecía que se había desahogado con ese golpe, pero sus ojos seguían soltando lágrimas, no paraba.
-DOVREI DIMMI CHE STAI SOLO USANDO ME, SPORCO!- grito el europeo más bajo, un pequeño sollozo salió de sus labios.
-yo no...-
-¡CALLATE!, ¡¿POR QUE IBAS A ESTAR HACIENDO ESAS COSAS?!, ¡¿PARA QUE DECIRME TODO ESO?! ¡¿AH?!, ¡¿NO SABES QUE ME DUELE?!, ¡TE AMO, TE APRECIO, Y ASÍ ME PAGAS!.- un mar de lágrimas se veía desde lejos, su corazón roto se podía sentir.
-yo lo siento, por favor.- esta vez el español se arrodilló y agarro la mano de su amado.
-si quieres que mi corazón reconsidere, gritalo, ya no quiero que esto sea privado, quiero poder besarte enfrente de todos, ¿no crees que lo merezco?.- seguía llorando pero este llanto era más calmado.
-te juro que se hará público, pero por favor, perdóname, nunca volverá a suceder.- seguido beso su mano y la posó en la mejilla aún roja por el golpe.
Todo el mundo dejó de verlos, al parecer era una pelea de parejas, quien lo diría.
-el amor es peligroso, ¿no lo crees?.- dijo el americano sorprendido de esa escena, parecía una novela.
-si, pero es un peligro el cual vale la pena tomar.- respondió en ruso acercando su mano a la del más bajo rozandolas un poco.
-no todo es color de rosa Rusia, no ha todos les gusta ser lastimados, ahora, si me disculpas; saldré hasta que ONU decida llegar.- se levantó de su asiento y salió por la gran puerta de madera, dejando al ruso solo.
-¿qué fue eso?.- dijo en chino recién llegado, detrás del ruso.
-...- el euroasiático no supo que responder, solo sabía que no se rendiría.
En unas escaleras de emergencia se encontraba el estadounidense con su mal ámbito de fumar, sabía que tenía que dejarlos pero aún no, ese humo lo hacía relajar, le daba recuerdos pero no era momento para eso.
Se quitó las gafas y pudo apreciar todo sin ese vidrio oscuro enfrente de sus ojos, lentamente fue acercando las yemas de sus dedos a la grieta, se había vuelto más grande, eso era malo, y lo peor es que nadie le decía nada, ya solo faltaba una semana para la importante reunión con su ̶M̶a̶l̶d̶i̶t̶o̶ presidente, sabía que había hecho algo y el simple hecho de que sea un secreto confirmaba sus sospechas.
Estaba cansado, pero escucho pasos solo se puso rápidamente sus gafas y apago su cigarro.
-que hp susto me metió.- dijo el colombiano unos escalones arriba del norteamericano.
-¿no deberías estar en la sala?- respondió el mayor.
-estaba pensando, ¿usted no debería estar allá también?.-
-hacia lo mismo- levantó la mirada para solo dirigirla hacia la pared.
-¿qué pensabas?- dijo el latino sentándose al lado del norteamericano y mirándolo, Estados Unidos no es la persona favorita de Colombia, pero el haber tenido una relación con el le había dado la habilidad de saber cuando había un problema.
-¿no te pasa que sientes que tu presidente a hecho un grandísimo error?.- dijo por fin viendo al suramericano.
-el mío siempre hace maricadas.- dijo con una cara de fastidio.
-la verdad es que todos lo hacen, ellos aveces son unos completos inútiles, ¿no crees que sería mejor que nosotros podamos gobernar nuestro propio país?, digo, sabremos mejor que nadie como hacerlo bien, hacer lo mejor para nosotros mismos.- el colombiano solo le dio una cálida sonrisa, al parecer estaba cuestionando su propio gobierno, parecía que ese arrogante y patriótico americano se había calmado por fin.
-yo creo que tienes que tener fe de que todo mejorará, o sino voy yo personalmente y le doy un machetazo a Trump.- el americano río antes ese comentario, su ex llegaba a ser un gran apoyo, el chico que lo tenía ahora es un suertudo.
Y así los dos se pararon de las escaleras para entrar a la sala antes de que la organización los descubra.
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-No Tan Malo- Countryhumans Uwu
RandomEn una ocasión más veremos cómo la "maldad" tiene justificación, aunque no todos son malos