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-¡DAD!- dijo el gran agente persiguiendo a un traumatizado país.

-¿si hijo mío?- contestó el americano si dejar de ver a la salida.

-tu... ¿podrías olvidar lo que pasó?, my honey no quiere que nadie lo sepa aún.- era el descaro, hasta se decían apodos amorosos estando el presente.

-si también quiero olvidarlo..., si los dos lo olvidamos no tengo ningún problema.- el estadounidense lo agarró el cuello de su camiseta y lo hizo inclinarse, ya que su hijo sacó genes altos de quien sabe donde.

-que alivio- esa cara de relajo apareció en sus ojos aunque apenas se notaba por las gafas de sol.

El norteamericano salió del lugar, nunca volvería a llegar tan temprano pero mientras trataba de borrar de su mente la imagen de su hijo apunto de coger en la mitad de la sala de reuniones se estrello con la última persona que quería ver, el ruso, que lo miro con su bella pero fría mirada.

-lo siento.- dijo usa con la mirada baja por la vergüenza y salió a correr, huir, la solución de muchos problemas.

-espera.- lo tomo de la muñeca y pudo apreciar la mirada avergonzada y un poco indefensa del más bajo.

-eh, no, me tengo que ir.- trato de zafarse sin violencia pero el ruso persistía, así que no hubo de otra, le dio un puntapié pensando que sería su solución pero paso todo lo contrario, apretó su agarre, estaba atrapado.

-deberias dejar de golpearme.- dijo para jalarlo y tenerlo más cerca.

-tu deberías de dejar de... ¡SECUESTRARME!- lo último lo dijo gritando y aunque el ruso lo miro confundido el americano sabía perfectamente lo que pasaría.

-¡FBI, MANOS ARRIBA!- dijo el agente en impulso pateando la puerta con su arma en mano, el euroasiático subió las manos dejando libre al americano, ahora si, hora de huir.

-FBI, el es Rusia, nunca le haría algo malo a alguien.- dijo la organización detrás de su amado, el agente lo miro de reojo y asintió entrando a la oficina una vez más.

Rusia volteó de lado a lado buscando a América, y pudo ver como alguien corría a lo lejos, no lo dejaría ir.

Jadeos, dos personas corriendo a toda velocidad, enserio parecía un secuestro o una persecución policiaca, hasta que de la nada me ruso saltó encima del estadounidense cayendo los dos al piso.

-deja de evitarme, por favor.- su cara mostraba cansancio y desesperación.

-n-no lo haré más, pero que sea rápido.- dijo el americano empujándolo para que se alejara al menos hasta que cumpliera el espacio personal.

-okay quería hablar sobre lo del beso...- le extendió la mano al americano que la negó para pararse el mismo.

-no hay problema, lo olvidaremos, nadie se enterará lo juro.- dijo con una sonrisa nerviosa y un pequeño sonrojo.

-no.- el ruso había fruncido la cara, el no quería olvidar, el quería más.

-¿no?.- el americano lo miro confundido pero no se notaba por sus gafas.

-no quiero olvidar.- otra vez se acercó a los labios del americano, pero este se alejó rápidamente.

-¿quién te dijo?- usa estaba asustándose ¿su secreto había sido descubierto?

-¿que cosa?- el ruso se iba acercando poco a poco pero a cada paso que daba el americano retrocedía.

-que yo soy homosexual.- se cubrió la boca antes de decir eso, como si no quisiera que nadie lo viera decir esas palabras.


"Harías ver mal el pais"

Recordó esas palabras y se sintió mal consigo mismo, mientras que el ruso abrió los ojos y se sonrojo.

Las potencias no solían dar información sobre su vida amorosa, los demás no tenían problema con eso pero ellos debían mostrarse con una imagen de seriedad, no de tonterías como el amor, pero... su parte humana no podía evitar enamorarse.

El ruso estaba feliz, ellos no se decían entre sí sus preferencias pero el lo hizo, sin pedírselo, aunque para el americano ahora había un muy incómodo silencio, se sentía mal.

Se acercó al ruso, lo jalo de la chaqueta para ponerlo a su altura y le susurró.

-dile a ONU, que no podré asistir.- y corrió una vez pero ahora para su hogar, no quería ver a nadie, absolutamente a nadie.

-No Tan Malo- Countryhumans UwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora