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-¿por que no me odias como los demás?.-  dijo ya cansado el americano, no quería alejarlo, ya estaba cayendo en esos encantos... una vez más.

-no puedo odiarte si mi corazón solo quiere amarte.- al ruso le dolia que el americano pensara en odio, mas cuando es hacia el mismo, no queria verlo sufrir.

-pero yo... yo... tengo sangre en mis manos, la sangre de tu padre, ¿como puedes amar a alguien asi?.- los ojos que brillaban por las lagrimas buscaban algún sentido en el corazón del ruso, el no queria lastimar, pero parece ser que su gente si, solo... queria limpiar esas manchas de dolor.

-¡America!, ¡tu no mataste a mi padre, su mismo gobierno lo hizo!... ame... esa gente moria... y... ¡maldicion!, no puedo hablar bien de el cuando el preferia coger con Reich, no es algo que se deberia discutir,deberias preferir a tu sangre... a tus hijos... no poner a un adolecente a cuidar a unos niños... como puede preferir a alguien asi...- despues de esto unos lagrimas silenciosa salieron de los ojos de Rusia, le dolia pensar en eso, y Usa se estremecio.

-Rusia no, no digas eso, tu padre lloro por ti, aunque tenia miedo de atacar el lo hizo, el queria que ustedes estubieran bien, lloraba con tan solo pensar en que a ti y a tus hermanos les pasara algo..., el te amaba rusia, estoy seguro de eso, yo... yo no queria causar odio en ti..., lo siento- el norteamericano no tenia idea de la relacion con Reich, aunque estaba seguro de que eso explicaba porque queria evitar ir a las confrontaciones.

-no te disculpes, solo... ¿por que no puedes ver lo que yo veo?- las lagrimas de los dos sesaron, sus corazones ahora estaban serenos.

-no lo sé, supongo que tu me tienes segado- el americano se río un poco poniendo sus manos en sus hombros.

-adoro esta tranquilidad...- sus miradas chocaron, haciendo que los dos se sonrojen, una escena muy dulce.

-tu logras que mi corazones este tranquilo... ¿como?.- se estaban acercando a poco, sus labios estaban mas cerca, esas respiraciones chocaban.

-me gustaria saberlo, asi podria hacerlo todo el tiempo.- y asi se unieron, el americano cruzo los brazos  en el cuello del mas alto y el ruso con una mano en la mejilla y la otra en su cintura, esa hermosa cintura, que aunque no sea muy marcada era perfecta, o al menos para el ruso si, pero esa traviesa mano se metio debajo de la tela para tocar directamente su piel, cosa que a Usa hizo estallar.

- haha no rusia, soy cosquilludo.- esas dos palabras hicieron activar el modo salvaje al ruso, se acerco en ataque y comenzó a dar pequeños toques al dorso de este que no dejaba de reír, y esas risas atraían al ruso, era como un pequeño canto de sirena, se acercó y lo besó una vez más, ¿quien podría cansarse de esos labios?.

-C-China~, no d-deberiamos ah~h hacer esto mgh~h.- ese comentario hizo que el ruso y el americano se sintieran incómodos, al parecer el concierto se acabó y la pareja de asiáticos se escondió ahí para tener una pequeña "celebración".

-vamos, solo... se silencioso.- el chino se había alejado del cuello de su chico para decir eso último e ir desabotonando esa camisa formal.

-China, no sabía que mi amigo podría ser tan feroz.- dijo el ruso para lanzar un rugido a su amigo en modo de burla, era obvio que lo quería molestar, aunque no solo fue bochornoso para el chino, el japonés quería salir corriendo de ahí.

-no sabía que te dedicabas a acosar parejas en la intimidad.- ese enojo se sentía desde lejos, un secuestro... no, tal vez un asesinato se aproximaba.

-no sabía que tu te dedicabas a quitarle la virginidad a chicos en los callejones.- sentenció por último el euroasiático, ellos no se odiaban, pero si tenían esos comentarios para probar constantemente quien era el mejor.

-¡N-NO LO ÍBAMOS A HACER!.- grito el avergonzado japonés tratando de acomodar sus ropas.

-de eso estoy seguro Japón, pero creo que tenemos que charlar de aves y abejas, y tal vez, hablar de cómo es antigénico hacerlo en un callejón lleno de basura.- Usa había jalado al japonés que apenas caminaba, y se despidió de los amigos para ir a su hogar.

Usa caminaba hacia su casa con Japón hablando de diversas cosas, Usa se sentía nuevamente feliz sin dejar de pensar en Rusia, aunque... aún no estaba tranquilo, agh, se sentía un poco culpable por lo de los latinos.

-¿y que hacían Rusia y tu allí?.- pregunto Japón comiendo un paquete de papas que se compró en una pequeña tienda.

-estábamos arreglando unas cosas, ¿y tu?, ¿qué pasó después del café?.- Usa sabía que preguntar, después de esa charla no habían vuelto a hablar, aunque tal vez por las prácticas de la "banda".

-eh-h, te diré pero... no le digas a nadie.- después de decir eso dio pequeños saltitos de emoción, quería contárselo a alguien sin que enloquesca.

-No Tan Malo- Countryhumans UwuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora