Capítulo 11. Estrés

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Al día siguiente, luego de desayunar aprovecharon esos minutos en los que siempre se quedaban en la mesa para hablar de cosas, hoy los niños parecían no tener nada nuevo para compartir, lo que les puso más nerviosos.

Pero bueno, no podían esconder esa información, Luís se levantó yendo por la carpeta, al regresar los tres reconocieron el logo impreso en ella, los dos menores pensaban que al fin estarían con una familia fija.

Eso les genero mucha emoción, Vicky por su lado ya podía escuchar la típica charla, "sentimos que estarán mejor con otra familia que pueda darles lo que necesiten y blablabla", justo ahora que empezaba a acostumbrarse.




- Ayer cuando Tatiana y Alexia vinieron de visita – empieza el – Nos entregaron esta carpeta

- En ella el juez manda avisar que las visitas con su madre ya son permitidas – continua Altagracia tomando su mano – Aún no hay una fecha, pero nos llamarán para poder resolver eso y así ustedes se reencuentren

- Volveremos con ella? – pregunta Mati

- Eso no lo sabemos – se adelanta a responder Luís – Es decisión del juez, por ahora podrán convivir con ella en las horas y días que el lo decida

- Puedo ver la carpeta? – pide Vicky

- Claro – se la da – Nosotros ya firmamos el permiso, pero si no la quieren ver, no están obligados

- No, nosotros si queremos – lo ve – Es nuestra mamá

- Lo sabemos cielo – interviene Altagracia – Pero no la ven desde hace mucho y asumimos que tal vez...

- Ustedes no tienen por qué asumir nada – se levanta enojada – Son sólo nuestros tutores, nada más – se va con la carpeta

- Bueno salió mejor de lo que pensé – comenta el luego de unos segundos

- Se enojo – lo ve – Cómo te lo imaginaste tú?

- Mucho peor – camina a la cocina

- Vicky es más apegada a mamá – dice Mati – Por eso se puso así, intento varias veces que mamá tenga nuestra custodia de nuevo

- Lo entiendo – asiente – Alguna sugerencia para que me perdone?

- Helado! – ríe Sofí – Pero más al rato cuando se le pase

- Gracias – sonríe – Quieren que juguemos con Charlie afuera un ratito?

- A la pelota? – se animan

- Claro, podemos jugar a otras cosas también – se levanta yendo con ellos al jardín




Aunque Vicky aún estaba muy enojada maldiciendo bajo mientras daba vueltas en su cuarto, escucha las risas y gritos en el jardín, se asoma a la ventana para ver de que se trataba, no odiaba a Altagracia y Luís.

Sólo que estaba celosa, sus hermanos se encariñaron rápido, además antes era ella quien se encargaba de cuidarlos, ahora estaban ellos dos, siempre dispuestos a hacerlo todo, a veces lo agradecía porque tenía más tiempo.

Pero se sentía desplazada, años haciendo lo mismo para ahora sólo dedicarse a ella, era un tanto difícil el cambio, los observa jugar por otro rato hasta que decide ponerse a hacer tarea, más al tarde escucha que tocan su puerta.




- Adelante – dice desde la cama

- Vicky yo... – entra con el helado – Quiero disculparme, te traje helado

- No debí reaccionar así – cierra el libro – Sólo que es un tema delicado para mi

- Lo siento – le da el pote de helado – Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que las visitas se hagan – sonríe leve sentándose

- Gracias Altagracia, por todo la verdad – dice sincera – No deberías estar encargandote de nosotros tres

- Pero quiero hacerlo, se ganaron mi corazón, lo hago con gusto – mira los libros – Bueno supongo que tienes mucha tarea, voy a dejar que termines – se levanta

- Gracias por el helado – sonríe

- De nada, si necesitas algo avísame – dice antes de salir




Paseando por el pasillo se encuentra con Luís, los niños seguían jugando abajo, se quita la camisa frente a ella caminando al cuarto, Altagracia sonríe negando pero va tras el de puntitas para que el tacón no hiciera tanto ruido con la madera.

Apenas entra al cuarto lo encuentra en la cama en boxer, la esperaba con una sonrisa en los labios, se quita los tacones subiendo a la cama, observando el hermoso cuerpo de su esposo, todo tan tonificado.




- Eres tan sexy – se le sube encima – Tan cogible – besa su pecho

- Entonces enves de andar sólo hablando – sonríe – Por qué mejor no te aprovechas de tu esposo?

- Shhhh – besa su cuello – Andas desesperado hoy – lo ve – Estrés?

- Un poco – confiesa

- Arreglemos eso – sonríe quitándose la blusa

- Me parece la mejor idea del mundo – la jala a un beso intenso




Rápido le quita el sostén dejando libres sus senos, mueve sus caderas en una lentitud tortuante sobre el provocandolo, devolviendo el favor se lleva uno de sus senos a la boca mientras acaricia el otro.

Llegando al límite baja las manos a sus jeans desabotonandolo hábil, quitándoselos junto con la ropa interior, con cuidado entra en ella observandola hacer la cabeza para atrás a medida que su pecho subía y bajaba con rapidez.

Comenzaron las penetraciones acompañadas de besos, jadeos y caricias que los dejaban más calientes, sienten el clímax cada vez más cerca aumentan el ritmo hasta lograrlo, callando los gemidos para evitar ser descubiertos.




- Ya estás mejor? – ríe acariciando su cabello

- Cómo nuevo! – le roba un beso

- Que bueno por que tenemos que ir a un juego de aquí a poco – comenta

- De Matías! – lo recuerda – Prometí ayudarlo a practicar

- Bueno vístete rápido – ríe palmeando sus hombros

- Lo retomamos en la noche – le da un buen beso antes de comenzar a vestirse

- Está bien – ríe – Mi amor con cuidado, vas a perder el equilibrio y al piso

- No quiero que crea que rompí la promesa – se pone los tenis – Estaré en el jardín con el, si necesitas algo sólo grita – sale a las prisas pero regresa – Te amo

- Y yo a ti – sonríe – Anda ve!

- Te amo!! – vuelve a decir en lo que se va

- Yo también gordito – se cubre con las sábanas – Y no tienes idea de cuanto – va a darse una ducha




Estando allí aprovecha su momento de soledad, desde que los chicos llegaron pues ya casi no existían momentos para los dos, obvio que siempre había una manera para poder darse amor.

Cómo ahora que estaban distraídos con Charlie en el jardín, por suerte hasta el día de hoy no fueron cachados, eso si los interrumpieron varias veces por suerte no en pleno acto.

Por Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora