Capítulo 34. Sorpresa!

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- Concentrate en respirar – masajea sus caderas

- Ahora si duele – murmura

- Quieres la epidural? – indaga

- Más al rato tal vez – se amarra el cabello

- Al final tu papá se quedo con los chicos – dice para distraerla – Vicky está afuera esperando a mi mamá

- Si ella no iba a perderse por nada del mundo esto – ríe subiendo a la camilla – Tú estás bien? Deberías de sentarte tienes la presión algo baja

- Me sentare aquí contigo – sonríe

- Dile a Vicky que te traiga un jugo – acaricia su mejilla – Si te me desmayas no sabré que hacer – admite algo asustada

- Concéntrate en nuestro bebé nada más, déjame ahí desmayado que en unos segundos despertaré de nuevo – ríe – No me lo voy a perder por nada

- De preferencia no te desmayes – pide – Me harás entrar en pánico

- Haré lo que pueda – sonríe – Es que estoy muy nervioso, me da miedo que pases por tanto dolor y que algo les suceda 

- Estaremos bien – lo abraza






Unos cuantos minutos después Vicky y Angie ingresaban a la habitación para hacerle compañía, mientras que mandaban a José Luís por un jugo, estaba algo pálido así que lo iba a necesitar, aprovechando que el no estaba para decirle que se quede acostada comenzó a dar vueltas por la habitación, el dolor disminuía al estar en movimiento.

Pero no era gran cosa la verdad, además el no tardo mucho en regresar, unas dos horas después bastaron para que ella estuviera histérica, era tarde para una epidural por lo que sólo le restaba resistir, aunque ya no faltaba casi nada, tenía 9 centímetros, le trajeron el oxígeno ya que al ser tan intensas se sintió algo sofocada, se lo podían atribuir a los nervios también.

Al faltar tan poco, sentía que no lo iba a lograr, tuvo 9 meses para prepararse pero ahorita su mente sólo pensaba en las miles de cosas que podían salir mal, había leído mucho durante el embarazo para no hacer alguna cosa mal, no es lo mismo cuidar de tres humanitos ya grandes a uno que pues es muy pequeño además de frágil, estaba aterrada, por suerte tenía a su suegra que trataba de tranquilizarla.

Le pidió a su mamá que mantuviera su distancia en este momento porque sabía que la pondría mucho más nerviosa de lo que estaba, pero ella estaba en la sala de espera junto con Regina, las dos podrían pasar una vez el bebé se encontrara afuera, antes no y por primera vez ninguna se quejo, lo cual agradeció mentalmente, de un momento a otro entro su obstetra para revisarla alegando que era cuestión de minutos nada más.






- No podemos quedarnos verdad? – indaga Vicky

- Lo lamento – sonríe leve – Es que ya somos muchos aquí

- Bueno pero luego me prestan a mi hermano por largo rato – pide

- Tenlo por seguro – responde Luís ya que su esposa estaba tratando de mantener la calma

- Estaremos aquí afuera – dice emocionada Angie – Ay! Ya viene el bebé! – toma sus cosas – Pilas muchachos que queda poquito! – se retira

Por Casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora