¡Buenos días, dormilón!

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Toc-toc-toc-toctoctoctoctoctoc.

-¿Quién coño es? -grito yo desquiciada. Me paro de la cama y voy hacia la puerta del camarote. Dante se despereza en la cama. Abro la puerta de mal humor y veo a una Tris sonriente-. ¡Qué te den! -le digo y cierto la puerta en su cara. Escucho su risa y vuelve a tocar la puerta. Suspiro de frustración. Vuelvo a abrir la puerta- ¿Qué coño quieres?

-Vamos a la piscina o al spa -dice saltando de la emoción. Me mira y sonríe-. Si las miradas mataran, estaría en el fondo del mar -comenta riéndose cuando ve mi mala cara.

-¿Qué horas es? -le pregunto bostezando.

-La hora no importa. Eres joven. Tenemos que disfrutar del viaje.

-Beatrice Hills ¿Qué hora es? -ella sonríe nerviosa.

-Da ig...

-Son las ocho y media de la mañana -contesta Dante interrumpiendo a Tris. Mis ojos se abren demasiado.

-¿Las qué? ¿y Lucas? -pregunto. Ella sonríe aún más.

-Durmiendo -se encoge de hombros.

-Claro a tu novio lo dejas dormir y a mi me despiertas -ella asiente.

-Claro ¿Por qué con quien mas voy a ir a la piscina si no es con mi mejor amiga? -ella sonríe-. ¿Por favor? Tu y yo sola. Deja durmiendo a Dante y vamos -pongo los ojos en blanco-. ¡Bien! -aplaude-. ¡Gracias! ¡Tienes dos minutos!

-Vale -dejo la puerta abierta, ella entra y la cierra mientras yo busco el bañador. Dante se apropia de toda la cama y se tapa la cara con la almohada. Me cambio en el baño. Cojo una pequeña mochila donde meto una toalla y protección solar-. Vamos -digo cuando estoy lista. Me acerco a la cama y Dante se destapa la cara cuando acaricio su hombro-. Hasta luego -me acerco a él y lo beso en la mejilla.

-Te quiero -dice y vuelve a ponerse como estaba hace un minuto.

Salgo con Tris de la habitación y nos paseamos por el barco cuando llegamos a donde la piscina se encuentra espero encontrarme con poca gente pero hay montón de personas.

Hay niños corriendo, jugando con cartas de uno o nadando. Los padres o los mayores leen algún libro, toman el sol o también juegan cartas.

Tris y yo localizamos dos hamacas juntas. Corremos hacia ellas antes de que alguien nos las quiten.

-¡Mierda!  -decimos las dos juntas. Nos miramos y arqueamos las cejas a modo de pregunta- ¡No traje un libro! -decimos ambas. Comenzamos a reír ante nuestra coincidencia. Nos acostamos en las hamacas a tomar el sol.

-¿Sabes qué? -pregunta. Sacudo la cabeza luego recuerdo que no me está viendo así que niego en voz alta-. Tengo ganas de hacer topless.

-Hazlo, solo si quieres enfadar a Lucas -le digo.

Último primer día [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora