-Yo que tú no lo averiguo, Daniel.

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-¡Hermanita! -me grita Alex-. Hermanita, despierta, despierta. ¡Eo, eo, eo! -me mueve.

-¡Dios, para! -grito.

-¿Sabes qué día es hoy? -grita mientras salta en mi cama.

-El día en el cual te rompa la cara ¿No?

Hace un sonido raro y me dice:

-¡Equivocada! ¡Es navidad! ¡Hoy viene Papá Noel!

-¿Y tú eres el maduro? -intento decirlo enfadada, pero me ha contagiado el espíritu navideño.

Sale de mi habitación y yo me recuesto otra vez para poder seguir durmiendo pero me suena el móvil avisando la entrada de un mensaje.

-¡Dante! -grito un poco emociona.

  Cojo el móvil y veo el mensaje.

¡Buenos días, ángel! Sé que ahora mismo estás en mitad de algún sueño conmigo ;). Pero mi madre quiere que vengas a almorzar con nosotros por ser el día de Navidad y eso. Así que te recojo faltando veinte para la una ¿Te parece bien? Bien. Me alegro. Ponte un vestido, por favor, o una falda. Me encanta verte con ellas... :P.

Voy en moto, así que le tenemos que decir a tu familia que vamos caminando ¿Okay?

Ahora mismo, me encantaría estar durmiendo contigo, ángel. ¡Echo de menos dormir acurrucado contigo! ¿Quién lo iba a decir? En fin, hasta las doce y cuarenta. Muchos besos, ángel.    El buenorro de tu novio ;)

Yo me lo como a besos cuando lo vea. ¡Que lindo que es! Me encanta.

*-*-*-*

Después de que mi padre dejara de insistir en llevarnos en coche, Dante y yo vamos rumbo a su casa.

Cuando llegamos entramos al portal y Dan me acorrala contra la pared, mi cuerpo está rodeando al suyo. Está todo oscuro, pero alcanzo a ver su cara bastante bien.

-¡Hola, ángel! Me encanta tu vestido.

-¡Hola, cari! -se acerca a mis labios y muerde el labio inferior-. Yo también he echado de menos dormir contigo -beso su sonrisa.

-Antes de subir quiero darte el regalo aquí -me dice.

-¡Uhm, vale! -me suelta y camina hacia unos armarios, en ellos están las cosas de electricidad del edificio y saca una bolsa.

-Ten ábrelo -me entrega una bolsa. Se acerca a mí, una ves cojo la bolsa, y nos vuelve a colocar en la misma posición.

Meto la mano en la bolsa y cojo una cajita pequeña, la saco y la empiezo abrir. Cuando la abro veo que es una pulsera con un diges de dos puños de boxeos.

-No es que me haya repetido de regalo -explica-. Sino que es como un cambio o como lo veas. En la pulsera se pueden ir agregando nuevos colgantes o dijes. Así que pensé que podríamos poner ahí también las alas y usarlos juntos o simplemente te quedas con ambos -dice.

-Me quedo con ambos -digo sonriendo-. Amo que las alitas estén cerca de mi pecho.

-Me alegra saber eso -dice-. Quiero ir añadiendo más y más dijes en la pulsera -aclara-. Los otros están arriba bajo el árbol. Vamos.

-¡Está bien! -Me acerco a su boca y muerdo lentamente su labio y tiro de él sin hacerle daño, Dan suelta un pequeño gruñido -Gracias por la pulsera.

-De nada, ángel -me besa-. Vamos antes de que a mi madre le de una urticaria.

Me coge en brazos y me lleva hasta arriba, me baja antes de abrir la puerta.

Último primer día [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora