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Cuando la consejera escolar preguntaba: "¿Cómo estuvo tu fin de semana, jóvenes?" Lo hacía con una gran sonrisa postiza y ni una pizca de interés genuino

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Cuando la consejera escolar preguntaba: "¿Cómo estuvo tu fin de semana, jóvenes?" Lo hacía con una gran sonrisa postiza y ni una pizca de interés genuino. No me causaba molestia, no, al contrario, me tranquilizaba saber que ella no insistiría y yo no tendría que mentir diciendo lo mucho que adoraba estar sola en casa con una niñera ególatra. Pero por alguna razón parecía interesada en mis largos silencios, era extraño. Insistía en que me quedara al final para hablar sobre cosas importantes, o sea, detalles de mi vida privada.

Supongo que esperaba encontrar alguna enfermedad mental en mi para saciar su vida aburrida.

Un pequeño brillo se cuela entre mis párpados apenas abiertos, alentando a mi cerebro a despertar y comenzar a maquinar. Trato de levantarme pero el cuerpo me pesa en exceso, a lo lejos puedo escuchar vagas palabras, uno que otro paso y es todo. Suelto mi cuerpo por el cansancio, todavía adormilada. ¿Qué demonios?

—Es un espasmo involuntario, su cuerpo sigue bajo los efectos del analgésico.

¿Analgésico?

Un escalofrío empieza desde la punta de los dedos de mi mano izquierda hasta el final de mi brazo al sentir un roce superficial.

—¿Qué tan fuerte fue el impacto?—distingo la voz de Elijah a mi lado.

—Lo suficiente para causarle una ligera contusión—informa el otro hombre de manera clara.

Los recuerdos vuelven a mí sin demora, lanzando respuestas a mi estado actual. El sonido de la puerta abriese es lo siguiente, acompañado del toque de tacones contra el piso. El contacto que daban en mi piel se esfuma. Sin poder hacer más trato de agudizar el oído, queriendo fruncir el ceño por los cuchicheos.

—Nada de esto es tu culpa cariño—habla una mujer, comprensiva—, no sabías lo que pasaría—siento mis párpados temblar levemente—. Verás que ella estará bien.

Y de todas sus dulces y comprensivas palabras lo único que retumbó en mi cabeza fue una.

Cariño.

¿Qué mierda?

—Esta vez fue diferente—comentó Elijah con voz cansada—, violaron el perímetro en el momento exacto.

—No es posible—contrarestó ella—, nadie está lo suficientemente calificado para saber tanto.

—Ahora sabemos que sí.

¿Un traidor entre los lobos?

—Lo lograremos—alienta—, no podemos dejar que esto nos detenga...

Revenge In RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora