Mantengo los ojos cerrados en todo momento, siento una tranquilidad y emoción que nunca antes había experimentado.
¿Podemos disfrutarlo?
De todo lo que sé, algo de ello es que en mi vida voy a volver a sentir todo esto, podré querer, reír, pero cuando me vaya, él me hará falta. Porque como lo había dicho: Los sentimientos van a surgir, pero no me impedirán seguir adelante.
Pego mi frente con la suya, con la respiración agitada y los labios hinchados. Paso mis manos por su costoso traje sin saber que decir.
—Lo siento—murmura.
Pero el odio es fuerte, el rencor es latente y la venganza me llama. Me apartó sin contestar, el brillo en sus ojos verdes no pierde la intensidad.
—Ámame—acacia mi mejilla—, ámame tanto como me odias—su voz se ablanda y cada parte de mi cuerpo ansía tomarlo—, pero no te vayas.
¿Amarlo?
Sus palabras me dejan fuera de lugar, sin embargo no hago nada más que mantenerme en su pesada mirada. Desde hace días no puedo dejar de pensar en tantas posibilidades, opciones y algún plan C.
No puedo evitar preguntarme, ¿qué tanto habrá hecho para llegar a la cima? ¿Por cuántos paso?
El toque de la puerta rompe la atmósfera tensa, Elijah vuelve a cargarme dejándome ahora en su lugar. Cuando lo veo alejarse tomo su mano, carajo.
—¿Por qué no has ido a verme?—pregunto recordando las palabras de Jasón.
Sus labios se curvan en una sonrisa divertida.
—He estado ocupado—suelto su mano—, tengo mucho trabajo, pero puedes venir a verme si quieres.
Frunzo el ceño negando. Elijah se inclina dándome un beso en la frente. Tocan la puerta con más insistencia. Tantea sus bolsillos y saca su celular, escribe algo rápidamente mientras camina a abrir. Me pongo recta cruzando mis manos por arriba del escritorio con expresión desinteresada.
Entran dos hombres que nunca había visto, ambos robustos y grandes, al verme hacen una mueca. Seguido de ellos una esbelta mujer pelirroja, ella entra del brazo de Elijah.
Más amigas íntimas.
—Tomen asiento—el tono de Elijah es muy diferente, demandante.
Los hombres me dan un último vistazo antes de hacerlo, mientras que la mujer suelta a Elijah. Debo admitir que los tres se ven intimidantes. Elijah se sienta frente a ellos.
—Los tratados llegaron a manos de los humanos sin problema—habla la pelirroja y distingo su acento ruso—. Todas las manadas están listas para seguir instrucciones. Solo esperamos tus órdenes.
¿De qué hablan?
—En tres meses—sentencia—. Preparen a todos los jóvenes que ya hayan tenido su primera transformación, a todo hombre y mujer sano.
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Revenge In Red
WerewolfSe contaban leyendas de seres que habitaban los bosques de todo el mundo, bestias con un lado salvaje y otro humano. Olvidados por el tiempo solo pocos conocían de su existencia, temiendo de ellos más que a cualquier otra cosa. Decían que destrozaba...