19

648 110 66
                                    

[ Para el siguiente capítulo tendrán que llegar a los 40 votos ]

[ Para el siguiente capítulo tendrán que llegar a los 40 votos ]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como la última vez trazo los tatuajes de su brazo. Son tan llamativos y extraños. Tiene algunos símbolos que no comprendo, caras que nunca he visto y palabras -que al menos para mí- no tienen sentido. Me pego más a su pecho, recibiendo todo el calor que desprende.

Me gusta, me gusta la sensación.

¿Segura?

Abrazo la almohada, incapaz de dar la vuelta. Pero es como si lo pidiera a gritos. Ya no hay más nervios o incomodidad. Solo una paz y otro sentimiento. Entrelazo su mano con la mía, es tonto decirlo, pero encajan a la perfección.

Cierro los ojos, esperando encontrar el recuerdo de su mirada verde brillante. Pero en su lugar, hay un charco de sangre y el sonido de un último aliento. Mis ojos arden y quiero abrazar ese recuerdo para despedirme.

Estos últimos días me he sentido melancólica, estoy siendo más blanda y eso no es bueno. Para nada bueno. Veo la mano de Elijah entre las mías. Ahora soy una perra blanda. Suelto su mano con cuidado de no despertarlo y un dolorcito aparece en mi pecho.

Oops.

Veo la hora y no puedo esperar más, salgo con cuidado de la cama, tapando a Elijah. Me hago una rápida coleta y con el mismo cuidado salgo de la habitación. Saludo a algunos guardias mientras camino a la cocina, ellos me dan pequeñas sonrisas y quiero golpearlos.

Me pregunto si les sonreían a las personas que asesinan.

Al llegar a la cocina me sirvo un vaso de agua, ignorando la presencia de Jazmín sobre la barra. Hace días corte toda comunicación con ella, no es útil.

—Te equivocaste—sus uñas golpean la barra—, o mentiste, cualquiera de las dos.

El tono de su voz es amable. Me giro un poco a verla, dejando el vaso.

—¿En qué?—pregunto confundida.

—Dijiste que me darías el puesto de Camila—cierra y abre las manos, hace una mueca—, pero no. Ahora es Janeth, la maldita esa ahora es la que da las órdenes.

Me encojo en hombros, desinteresada.

—Las cosas cambiaron.

Simple y directo.

—Tu prometiste...

—Creo que no escuchaste lo que te dije—me acerco cuando baja—. Las cosas cambiaron, ¿no te quedó claro? Ya no necesito que tengas ese puesto.

Me es inútil alguien que le es fiel a Elijah, y que solo aspira a ese puesto. Por un segundo creo ver cómo sus uñas crecen, pero las aparta de la barra con rapidez. Al parecer me equivoqué, no es humana.

—Es que no te queda claro a ti, querida—por un segundo titubea, abriendo y cerrando la boca, como si no encontrara las palabras—. A mí no me importa que planes tengas o tus ideas de mierda. Debes cumplirme o atente a las consecuencias.

Revenge In RedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora