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┏━━━━━━━━━━━━┓ EPÍLOGO
"SANGRE JOVEN" ┗━━━━━━━━━━━━┛
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El tiempo había pasado como en un abrir y cerrar de ojos, aún a Danae le parecía algo loco mirar hacía atrás, ver por todo lo que había pasado. A veces sentía que en ciertas cosas había exagerado el dolor, pero así lo había sentido en ese momento. En otras quería salir adelante pero más cosas le pasaban que no se lo permitían, de todas formas no se dejó caer al final.
Hoy podía decir orgullosamente que estaba bien, que había llegado a la meta luego de tanta lucha y valió la pena cada momento. Estaba del todo bien. Se sentía más fuerte que nunca y eso le encantaba, porque nunca se había sentido de tal manera. Había podido superar cada una de las cosas que la habían llegado a hundir en algún momento.
Danae miraba a su hermanito con una sonrisa, mientras este se encontraba jugando con unos autitos de juguetes, mientras hacía sonidos con su boca tratando de imitar a uno. Este al darse cuenta de la mirada de su hermana, se sonrojó y corrió a abrazarla.
— Papi dijo que te irás —hace puchero.
— Es cierto, me iré —acaricia su cabello.
— ¿No pasaras año nuevo con nosotros? —hace una mueca de decepción.
— He quedado en pasarla con mis amigos —sonríe—. ¿Recuerdas a Millie?
— Sí —asiente rápidamente.
— Pues, debo ir a aeropuerto, ella está ahí...
— ¿Y vendrán aquí? —pregunta ilusionado.
— No —hace una mueca—. Luego iremos a San Francisco, tengo que ver a mi madre también. La extraño —admite.
Con el tiempo su rencor disminuyó hasta ya no existir, ahora podría decirse que tenían una relación de madre e hija. Y no podía sentirse mejor con eso, pues es lo que siempre deseó. El tomar el consejo de su madre acerca de perdonar y comenzar a sanar, fue muy buena idea, ya que gracias a eso podía decir que se sentía bien. Había guardado demasiado rencor y eso fue parte por lo cual no podía avanzar. Hasta llegó un tiempo en el que la asustaba sentir, pero sabía que no era bueno cerrarse, esconder sus emociones y sentimientos. Eso jamás la haría poder avanzar y lograr estar bien.
