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Fallon:

Necesito un nuevo teléfono.

Ese es mi primer pensamiento luego de instalarme en la habitación, las habitaciones igual de lúgubres que el hotel, se siente el olor a viejo y también el sonido al caminar cuando las maderas crujen.

No es un ruido desagradable, solo extraño y supongo que debo acostumbrarme, solo espero que ninguna tabla de mi piso se rompa.

Olvido mis pensamientos sobre el móvil e intento prepararme una pequeña cena de microondas que traje conmigo, enciendo la máquina y para mi tranquilidad funciona, sin embargo el verdadero problema es la tubería cuando intento lavar mi plato sucio.

Cruje.

—¿Y ahora qué?

¿Hay algo atascado abajo?

Vuelve a crujir.

Definitivamente hay algo atorado abajo.

Me agacho e intento repararla, pero lo que termino logrando es que todo el agua caiga sobre mí manchándome la ropa.

Mi día no podía ser peor.








(*)








—¿Por qué estas mojada?.—El dueño, Etienne me observa con una ceja alzada, está de pie detrás de la recepción, con una revista en las manos.

¿Serán revistas de chicas denudas? Es lo más probable.

¡Concéntrate!

—Te pregunte porque estas mojada, Ma belle.

—La tubería.—Señalo detrás de mi.—No funciona.

Sus cejas se juntan.—¿Qué hiciste ahora?

¿Va a culparme por los daños que hay en su hotel?

—No hice nada, hay un desperfecto en la tubería.

—Nada es perfecto, Ma belle.

Él toma un respiro.

—Enseguida hare que suba el encargado de limpieza.

Me siento aliviada.—Gracias, Etienne.







(*)





Abro la puerta de mi habitación de hotel y mis ojos se abren.

Etienne me hace una señal de saludo con la mano.—El encargado de limpieza.

Me hago a un lado y el camina directo a la pequeña cocina, voy detrás de él.

Luna de Miel en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora