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Fallon:

Me duermo un rato y cuando  me levanto para alivio de los dos, Verónica no ha llegado todavía.

Descubro a Etienne, despierto y observándome con una sonrisa ahora que tengo los ojos abiertos.

—Hola..

Muevo la mano sobre su pecho y llego hasta su rostro, la de Etienne está debajo de mi cuerpo, al poco tiempo siento como acaricia mi espalda desnuda con sus dedos, estremeciéndome con suaves toques.

—¿Dormí mucho?

—Lo necesario.

Sonrio despacio y me presiono más contra el, el pecho de Etienne sube y vuelve a bajar con una respiración fuerte.

—Creo que debimos hablar primero. —Le digo. —Hicimos todo al revés.

—Podemos hablar ahora, Ma belle.

Trago saliva y lo miro a los ojos.

—Quiero que sepas que voy a divorciarme.

El me observa en silencio.

—Ya conseguí una abogada… y quería empezar por ahí.

No quiero que haya otra confusión entre nosotros.

—Realmente voy a tratar de que mi divorcio se acelere.

—Esta bien.

¿Esta bien?

—Si estoy aquí es porque lo he aceptado, Ma belle. Esperare y estar contigo.

Me muerdo el labio.

—¿Hablas en serio?

Etienne me muestra una sonrisa. —¿No esperabas que te cogiera y regresara a Francia?

—No, pero ahora que lo dices creo que siento miedo..

—Pues no será así.

Me coge del rostro.

—Me quedaré, Ma belle. —Me asegura sobre mis labios. —Me quedare al lado de Ma belle.



















(*)

















—No esperaba verte aquí.

La horrible mujer que tengo como madrastra, Regina Bayron.

Ella está bajando de las escaleras y yo  acabo de entrar a casa de mi padre.

No podía mantenerme ocultando esto más tiempo, así que toda la noche idee una y otras formas de como le diría a mi padre la clase de mujer con la que se a casado sin que le afecte de cierta manera.

Al final la conclusión era la misma, sin importar que palabras diría, todo sería igual.

Sin embargo solo esperaba que la opción en la que elegir decírselo sea la que menos afecte su corazón.

—¿Mi padre está en su oficina?

Sus cejas se juntan.

—Yo no lo molestaría.

—Felizmente no soy tu, Regina.

Ella se detiene delante de mi y luce muy enojada.

Para lo que me importa.

—Si me disculpas, voy a ir a decirle la clase de mujer que tiene por esposa.

Me detiene.

—¿Acaso quieres matarlo de un infarto?
Aparto mi brazo. —No, yo ya sabre como se lo digo, no finja que te preocupas por el.

—Eres una desconsiderada, todo porque no quieres seguir casada con Diego ¿Te das cuenta lo egoísta que ere?

—Será mejor que no digas nada más porque no voy a responder.

—Causar una pelea aquí también terminará dañando a tu padre.

—No vas a lograr intimidarme.

—No hago eso, niña malagradecida. —Me suelto . —No tienes ni un poco de consideración por el hombre que te crió.

—Esa consideración se la tengo a el, no a ti, el es mi padre.

—¿Eso piensas?

Frunzo el ceño.

—No sabes nada.

Frunzo el ceño.

—Llevo varios años con tu padre y se cada uno de sus secretos.

¿Secretos?

—Como el que tu no seas su hija.

Abro los ojos

¿Qué está diciéndome esta mujer?

—¿Qué?

Ella sonríe por el daño que está haciéndome.

¿Por qué me esta mintiendo?

¿No ha hecho suficiente ya?

—Mentira.

—¿Eso crees?. —Me pregunta sonriendo. —En una de sus borracheras después del trabajo me lo confeso, debo admitir que también estaba muy sorprendida.

No..

No es cierto.

Debe ser mentira.

—La zorra de tu madre vino embarazada de Francia.

¿Qué es esto?

Debe ser mentira.

Los ojos se me llenan de lágrimas.

—Ahora dime.. ¿Quieres ir ahí y romperle mas el corazón diciéndole lo mío y lo de Diego?

Por dios..

No puede ser cierto.

No es cierto.

—Ya suficiente dolor tiene con saber que no eres suya ¿Por qué causarle otro dolor más?

¿Por qué?

¿Por qué me pasa esto a mi..?

Debe ser mentira…

Yo y Etienne…

—Tu no eres su hija, Fallon.

Dios mío..






Luna de Miel en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora