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Fallon:

Pienso en mamá y Pierre, eso es lo primero que hay en mi cabeza cuando Etienne Allard me besa.

Es extraño, lo es, pero es prácticamente lo que me trajo aquí, a Paris.

Pero solo es un breve momento, porque en tres segundos ya tengo los brazos alrededor del cuello de Etienne y mis labios están correspondiendo ese beso como se debe.

Nuestras boca encajan muy bien, mis ojos están cerrados mientras sus dedos aprietan mis mejillas.

No puedo dejar de besarlo y no quiero hacerlo, es más, cuando necesito el aire que llegue a mis pulmones, ambos recibimos un poco y volvemos a besarnos.

Etienne separa su boca lentamente de la mía, torturando me, nuestras miradas se encuentran y una sonrisa cruza sus labios.

¿Ahora qué?

Nosotros solo nos miramos y nos sonreímos.






















(*)


















Tengo la mano sujeta de Etienne hasta llegar a mi habitación, nos detenemos a mitad del pasillo.

—Buenas noche.

Me despido de el, ya es tarde y han sido demasiadas emociones, esperare a que arregle mi baño temprano, además de tener otro motivo para verlo.

Etienne me detiene, lo miro a los ojos y el tira de mi, sus manos van a mi cadera y termina presionando los labios sobre los míos.

Nos besamos una vez más.

Aquí y en medio del pasillo.

Me dejo llevar hasta que siento que una pareja pasa al lado se nosotros.

Me sonrojo y cuando me volteo a verlo, esta sonriendo.

—Buenas noches, Ma belle.

El ingresa a su habitación y yo tardó unos segundos en reaccionar, al hacerlo voy corriendo a la mía, cierro la puerta detrás de mi y apoyo mi espalda en la puerta mientras mi mano va a mi pecho .

Tengo el corazón acelerado.

¿Esto es lo que sentía mamá en su primera cita con pierre?

De alguna forma, me siento más cerca de ella.

Llevo las manos a mis labios y sonrio como una niña emocionada.

El me gusta.

Etienne Allard me gusta mucho.



















(*)













—¿Necesitas ayuda?. —Le pregunto a Etienne, no tuve ni que llamarlo, el mismo vino a arreglar apenas amaneció.

Ahora mismo se encuentra arreglando mi ducha.

—No es necesario, Ma belle.

Le sonrió y lo dejó trabajar, regresó a la cocina, he preparado un te para el ya que lo he visto a punto de acabar.

Unos minutos más tarde, Etienne esta en la cocina con su caja de herramientas a la mano.

Le pongo el vaso con el té en frente, deja sus herramientas, lo coge y bebe de el.

—Ya funciona bien. —Me asegura.

—Gracias..

El asiente y señala la puerta.

—Tengo que..

—Puedes quedarte.

Cielos, Fallon.

—Digo, si quieres.

El sonríe. —Me agradaría, pero estoy ayudando a mi padre  mudarse.

¿Mudarse?

—A otra habitación.

Oh..

—Después podré invitarte yo a mi habitación.

Mi corazón se acelera.

—Pero hoy estoy ocupado. —Añade.

Sintiendo el rubor intacto en mis mejillas, acepto.

—¿Mañana?

Mierda.

—¿Impaciente, Ma belle?

No dejo hacer el ridículo, dios mío.

Ignoro eso y lo acompaño a la puerta, lo hago salir y antes de irse se gira hacia mi.

—Nos vemos mañana.

Cierro la puerta y me muero de la vergüenza.

¿Mañana?

No sé que esperar de mañana.


Luna de Miel en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora