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Fallon:

“Ojalá tu hubieras muerto en lugar de mamá”

De todas las palabras que le he dicho, no quiero que esas sean las últimas que el vaya escuchar, porque no es cierto.

No lo deseo muerto..

He cometido una completa estupidez.

Y ahora papá se encuentra desmayado en los pisos  de arriba.

Estoy esperando en el piso de abajo mientras los médicos  están atendiendo sin darme respuesta de nada.

Llevo las manos a mi pecho y todo el tiempo tengo la mirada de esa mujer sobre mi, incluso de los trabajadores dentro de la casa.

Ya no es solo Regina, todos me culpa y también yo lo hago.

No era la forma, Fallon.

No era la manera de dejarse llevar por la rabia.

—Lo mejor es que te vayas. —Regina a hablado.

Separo los labios para responder cuando los médicos bajan las escaleras.

Como si estuviera más preocupada que yo, Regina se acerca a oír noticias de mi padre, pero lo que me sorprende es que se dirigen hacia mi.

—¿Quiere verme?. —Interrogo sorprendida.

Regina estalla. —¿Ella? Doctor.. ¿No cree que no es prudente que ella , su hija la que le provoco el infarto vaya a verlo?

—El señor se encuentra estable, pero el desea ver a su hija..

Papá..

—Señorita.

Asiento con lagrimas en los ojos y cuando voy a dar un paso, esa mujer me detiene.

—Que no se te ocurra.

Por un instante y quizás por mi shock me dejo jalonear, pero enseguida al recuperarme aparto su mano y le doy una mirada fría antes de dirigirme escaleras arriba.






















(*)





















—Lo Lamento mucho, Papá..

Los ojos de papá me ven cansados y las lágrimas vuelven a llenar mis ojos.

—Estoy bien, Fallon..

—¿Cómo es que quieres verme?. —Sollozo. Soy una persona horrible..

—Eres mi hija.

Si antes estaba mal, ahora lo estoy incluso peor.

Los ojos de papá se llenan de lágrimas.

—Soy tu padre Fallon.

Asiento con los ojos adoloridos.

—Te aseguró que es así.

—Te creo. —Lloro . —Y lamento no haberte creído, lo lamento de verdad.

Papá me observa con pena.

—Lo siento mucho.

Tomo su mano y lo miro a los ojos.

—Se que quieres escuchar toda la historia…

Mis labios se separan.

—Pero dijiste que tienes el diario de tu madre ¿No?

Asiento con la cabeza.

—Por lo visto no lo has leído todo.

Niego con la cabeza. —Tenia miedo de seguir leyendo.

—Hazlo.

Mis ojos se abren.

Papá sonríe.

—Lee todo el diario, Fallon. —Me pide . —Y cuando lo termines ven a verme.

—Papá…

—Prometo que te contaré toda mi historia con tu madre. —Sigue . —Lo  sabrás todo, es una promesa, hija.

Luna de Miel en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora