12

15.7K 1.3K 81
                                    

Etienne:

—¿Debo sentirme decepcionado porque me estás echando de tu habitación?

Tomo un respiro.

—Esta habitación es más amplia y perfecta para ti.. además ¿De quién fue la idea y ahora me reclamas?

Mi padre sonríe y cambia de tema. —¿Cómo te fue en tu cita?

Mi cita.

Lo único que hay en mi mente al recordar esa palabra es mi beso con Fallon.

—Fue bueno.

—¿Solo bueno?

Muy bueno.

—¿No quieres que te dé más tips?

—Suficientes han sido ya, aunque sea su hija, Fallon y Luz son personas diferentes.

Papá suspira. —Es cierto, pero estoy feliz por ti.

Solo espero que la historia no terrmine igual que el de mi padre y luz.

No tiene que..

Ella ya me dijo que se quedara, quiero confiar en Fallon.




















Fallon:

—¿Entonces vas a acostarte con el francés guapo? . —Me suelta Verónica.

Aprieto los labios.

—Estoy tan orgullosa de ti.

Me río.

—Me cuentas todos los detalles después.
Contengo mi sonrisa.—Solo me invito a su habitación.

—Fallon, cuando un hombre te invita a su habitación…

—Lo sé.

—¿Entonces porque te comportas como si fueras inexperta en esto? Virgen no eres.

Aprieto el móvil con mía dedos. —¿Y si voy rápido y me ilusiono como con Diego? Además aún no me he divorciado..

—¿Y qué esperas?

—No quiero regresar aun . —Me justifico. —Además de que no quiero verle la cara a Diego.

—Bueno, hablando de eso.. —Ella alarga las palabras. —El otro día te vino buscar, esperaba encontrarte aquí.

Ruedo los ojos.

—Me rogó para que le dijera dónde estás.

—No sé lo habrás dicho.

—Para nada. —Me contesta. —Hoy por ti, mañana por mi.

Hice lo mismo cuando el hijo de puta de su ex novio vino a buscarla.

Sonrio. —Gracias.

—De todas formas mejor si solucionas esto rápido.

—En cuanto encuentre la forma de decirle a mi padre sin causarle un infarto, lo haré.

—Ay, Fallon.















(*)














—Esta mucho más…—No encuentro las palabras para describir la habitación de Etienne.

El las encuentra. —¿Solitaria?

Me vuelvo hacia el con una sonrisa.

—Si, solitaria es la palabra.. ¿A tu padre le gustó..

—Necesita su espacio. —Me responde y se acerca a mi, coloco las manos sobre su pecho, mi corazón acelerándose por su cercanía. —Igual que yo.

La mirada de Etienne baja a mis labios y nos besamos una vez más, su boca se mueve igual que anoche y mis labios siguen sus besos, lo rompemos.

Y el me toma la mano.

—Prepare algo.

—Tienes una cocina más grande que la mía y esta si es una cocina, siento envidia. —Comento.

El sonríe.

—Eso quiere decir que comerás bien esta noche.

"Comer bien"

¿Comer bien que exactamente?

El se gira para mostrarme la cena, pero entonces las palabras brotan de mis labios.

—¿Qué edad tenías cuando conociste a mi madre?

Sus ojos me observan, veo su cuerpo tensado.

—Cuando ella llego aquí.

—5 años.

—No nos llevamos tantos años como creí.

Etienne sonríe. —¿Pensabas que era demasiado viejo para ti?

—Para nada. —Mi sonrisa se borra. —Mis padres me tuvieron tiempo después de haberse casado.

—¿A dónde quieres llegar con eso?

Lo miro. —Solo me intriga porque siento que no la conocía como creí, pero tú sí.

Etienne me mira con seriedad, yo niego.

Antes de que yo lo diga, el suelta la pregunta por mi.—¿Quieres que te hable de ella?

—Si, Etienne.

Quiero conocer más a mi madre, la que estuvo aquí y la que parece que vivió mucho más que al lado de mi padre.

—Háblame de mi madre.



Luna de Miel en ParisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora