[FANFIC SUJETO A EDICIÓN Y CORRECCIÓN]
Muchos pensaban en Suki como una chica afortunada. Hija menor de la cabeza del clan Uchiha, con un gemelo y un hermano mayor talentosos y admirados. Pero la realidad no es como todos la creen. Ser hija de la ca...
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★Suki★
Movía mis manos en círculos jugando con el té que Shisui me había preparado pocos minutos atrás. Fingía estar sumergida en el pequeño oleaje dentro de la taza ocupando una de las esquinas del sillón doble con las piernas cruzadas.
—Se va a enfriar si no lo tomas —Avisó el mayor recostado en la otra punta del sofá.
Por un momento pensé que se había dormido allí mismo luego de tener un turno de veinticuatro horas en la policía Uchiha.
—¿Estabas despierto? —Pregunté inclinándome lo suficiente para ver su rostro. Sus ojos estaban cerrados al igual que la última vez que lo ví.
—¿Tú creías que dormía? —Devolvió la pregunta con gracia—. Solo te estoy ofreciendo el tiempo que necesites para comenzar a hablar.
—Oh —Fue lo único que pude decir y le dí un sorbo al té pensando las palabras adecuadas—. Hoy ví a Katsuro.
Le sentí tensarse y su seño no tardó demasiado en fruncirse ante la mención del nombre de mi pareja. Se removió un poco en el lugar pero aún sus ojos permanecían cerrados y sus brazos cruzados sobre su pecho.
—¿Y eso me incumbe a mí por que...?
—Porque lo que dijo sobre tí me dejo confundida —Aclaré su duda.
Abrió los ojos al instante en que terminé de pronunciar las palabras y se tomó unos segundos analizando mi expresión. Su mirada volvía a causar estragos en mi interior de forma inmediata.
—¿Qué te dijo? —Preguntó con cierto deje de desconfianza.
Volví a tomar otro sorbo antes de seguir jugando con la taza en un intento de suprimir las emociones que me generaba el tenerle tan atento a mí.
—¿Es cierto que lo amenazaste?
La pura sorpresa que demostró en su expresión me dejó aún con más dudas. Separó sus brazos de su pecho y adoptó una posición en la que estábamos enfrentados, solo la distancia de esquina a esquina del sillón nos separaba.
—¿Tú le crees? —Cuestionó. Desvíe la mirada a cualquier lugar del cuarto mostrándome reacia a responder aquello—. Suki ¿Le crees?
—Ya no sé en quien creer —Me sinceré.
—¿Entonces por qué buscas respuestas en las que no vas a confiar? —Preguntó con cierta molestia en su timbre de voz— ¿Por qué te diría la verdad cuando estás demostrando que eres incapaz de creer lo que diga?
Tomé una respiración honda pensando en sus palabras, pero es que nisiquiera yo tenía la respuesta a sus preguntas. Tenía muchas más dudas que certezas en este momento y con cada día que pasaba sentía que el peso de mi inseguridad sobre mis decisiones pesaba más y más hasta que llegara un punto en el que terminaría por volverme loca.
