Capítulo 22

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Era la madrugada.

Una mujer bajaba de un auto, se despidió de quién era su acompañante.

Aquella mujer era la directora de la escuela en donde Kimberly estudiaba, al llegar frente a la puerta sacó de su bolso un juego de llaves, ni siquiera recordaba el otro que se le había perdido en la escuela.

Entró y cerró la puerta, se quitó los zapatos ya que sus pies dolían un poco y los apretó. Pero por algún motivo se sentía extraña.

Caminó, sobándose el cuello mientras se dirigía a su habitación, luego se reprendió al olvidar su vaso de leche, mismo que dejaba en su mesa de noche cuando estaba por dormir.

Dejó la bolsa en su habitación.

Fue hacia la cocina, alguien de negro estaba ahí y la observaba al entrar, pero ella ni siquiera se percató de aquello, solo tenía la misma sensación extraña sobre su espalda.

Vació el contenido de la leche en un vaso y volvió a guardarla en el refrigerador, la puerta del mismo se escuchó al cerrarse y volvió a su cuarto. Él la siguió.

Cuando ella entró dejó el vaso sobre la mesa de noche y se recostó en la cama, tomó el control y encendió la tele, dejó un canal de esos shows de "la vida real" donde todo era farsa y entretenimiento, aquellos de parejas, con un intento de humor bastante decadente.

Escuchó un ruido y volteó hacia el marco de la puerta pero nada había allí mientras los ruidos de las discusiones de la televisión era lo único que se escuchaba en la habitación.

Aquella incomodidad volvía a ella, ignoró todo y volvió a ver su programa, pero de nuevo aquellos ruidos; puso en silencio la tele, y claramente escuchó pisadas, por el pasillo.

Y supo que alguien estaba allí.

Nerviosa se levantó de la cama y fue hacia su bolso, intentó tranquilizarse lo más que pudo pero parecía que su corazón saldría del pecho, aún así trató de no estallar en pánico, cuando tomó el teléfono este no podía encender, cosa extraña ya que tenía carga suficiente, era imposible que se hubiera descargado.

Intentó correr y encerrarse en el baño de la misma habitación pero...

—Si das un paso disparo... —su baja voz le hizo drenar la sangre. Cuando lo miró, no pudo verle el rostro, este estaba cubierto por lo largo que era la capucha.

Le apuntaba con el arma.

Él, disparó hacia el vaso de leche haciendo que los vidrios quedaran dispersados, el arma tenía silenciador, ella soltó en pánico y gritó, oprimiendo los laterales de su cabeza y retrocediendo, pegandose hacia la pared inconscientemente, sus sentidos estaban nublados.

—¿Estás sorda? ¡Dije que te quedaras quieta! —la mujer sentía que le daría un infarto cuando vio que él estuvo por jalar el gatillo a donde ella estaba. No lo iba a hacer, sólo quería que se sintiera aterrada.

Él dio pasos hacia ella y ella volvió a gritar.

—¡No me haga nada, se lo ruego! ¡Llevese mi coche, mi dinero, tome lo que quiera pero no me haga nada!

El chico se detuvo cerca de ella, la mujer lloraba y solo veía la forma de escapar, sabía que la mataría.

—Ella también tenía miedo...pero a ella sí la dañaron. Kimberly quedó peor de lo que ya estaba por culpa de gente mierda como tú, la maldita gente que no cree en lo que las víctimas dicen y protegen al agresor...merecen el mismo infierno. ¿Y si te mando a él?

Usuario no encontrado -taegi/yoontae- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora