Capitulo Nueve

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Wei WuXian se encontraba derrotado sobre su mesa de trabajo lamentándose por tener que copiar las reglas.

Llevaba más de medio día metido en la biblioteca y se había propuesto trabajar tan pronto como sus manos se lo permitieran, pero su mente ya estaba tan agotada de haber visto los mismos caracteres y símbolos que lo único que deseaba en ese momento era ser azotado si así podía evitar continuar estar ahí atrapado.

—Señor Wei, debe enderezarse o podrían enfadarse con usted. —una voz suave se escuchó a su lado haciendo que Wei WuXian negara encogiéndose más en su lugar.

—Quiero descansar.

Hace un par de horas que Lan JingYi y Lan SiZhui habían llegado a la biblioteca para estudiar una lección y se encontraron con el joven Maestro Wei entregado a su tarea de terminar cincuenta copias de las reglas para la cena.

Lan SiZhui tuvo que arrastrar a Lan JingYi a otro lugar para que se concentrara pues este en cuanto vio a Wei WuXian comenzó a cuestionarle sobre lo que habían escuchado de él la noche pasada. Y aunque el también tuviera curiosidad de saber porque no había sido expulsado se aguantó las ganas y lo dejaron trabajar tranquilo.

Ahora que habían terminado su lección y lo vieron casi derrotado le ayudaron a limpiar su área de trabajo que como siempre que Wei WuXian se asentaba en algún lugar dejaba un desorden espectacular.

—No puedo creer lo despreocupado que esta. Una vez por andar bostezando me hicieron copiar las reglas una vez más y estaba a un paso de ser libre, fue frustrante.

Wei WuXian sonrió con nostalgia y se enderezo en su lugar estirándose.

—Una vez me castigaron así, y el gran Señor Lan asigno a su ejemplar discípulo a vigilarme para que no holgazaneara.

—Entonces finja que hay alguien aquí vigilando y continúe—dijo ahora Lan JingYi deseando que terminara rapido para poder enterarse de lo que había pasado.

—JingYi sé un buen chico y empieza a escribir por mí.

— ¿está loco? Claro que no. Yo no fui el que se metió en problemas—se defendió de inmediato Lan JingYi terminando de recoger las hojas que Wei WuXian había manchado de tinta y que no podía presentar como evidencia de su castigo.—Además el Señor reconocería la caligrafía.

Wei WuXian hizo un puchero y continuó con otra hoja, la que había terminado la lanzo al otro lado dejando que Lan SiZhui las acomodara en una pila ordenada.

—Ahm, yo creo que no—escucharon decir a Lan SiZhui, este le extendió un papel a Lan JingYi mostrándole lo poco elegante que era su escritura, se inclinaba, muchos caracteres estaban pegados unos con otros y las frases al final de la hoja se podía notar como el pincel apenas y era arrastrado para terminar.

Lan JingYi se quedó sin palabras al ver como esto bien podría ser confundido con algún trabajo suyo.

—No puede ser...voy a corregir eso no quiero problemas en el futuro. —Wei WuXian le saco la lengua y continuó con su trabajo, para poder irse con Lan SiZhui a alimentar a los conejos.


Pasada otra hora terminó las cincuenta copias que se propuso, su brazo y espalda estaban adoloridos pero eso no le hizo quedarse quieto y celebrar saliendo de la biblioteca.

— ¡Andando chicos!

— ¡No grite o se meterá en más problemas!—le regañó Lan JingYi ignorando sus propias palabras.

—JingYi, por favor. —suplicó Lan SiZhui con un tono distinto al del par que iban por delante de él. Sonrió un poco avergonzado a las personas que los habían escuchado y se disculpó con una reverencia antes de seguirlos.

WangXian - La Melodía Final de ChenqingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora