Capitulo Diez

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Wei WuXian no sabía si debía estar preocupado por la presencia de la chica en su residencia.

Por un lado temía que fuera una amenaza, alguien pretendiendo ser dulce y amable para aprovechar y apuñalarlo, sin embargo ni él ni Chenqing habían reaccionado a ella.

Y por otro lado sí sentía otro tipo de peligro uno no tan grande, pero era el peligro inminente de que solo a una corta distancia estaba Lan QiRen, el hombre que solo esperaba a que metiera la pata para hacerle la vida un infierno.

Y una chica, menor, en su vivienda. Bueno, el Señor Lan iba a disfrutar mucho patearlo él mismo.

—Me han pedido que le trajera estas ropas, joven Maestro Wei—había dicho la chica en la puerta mientras se inclinaba— ¿puede permitirme entrar?

Y Wei WuXian no sabía porque la había dejado entrar, pero ahí estaba. Lan LiXue sacó las túnicas de la cesta y las acomodó como debía.

—El Señor ha pedido que empiece a usar el uniforme de la Secta. —explicó la chica mientras le mostraba el conjunto de túnicas que iba acomodando sobre la mesa.

Las túnicas no eran precisamente el uniforme de la Secta, solo tenía los colores pero en los hombros donde debería llevar el símbolo de Gusu estaba en blanco.

— ¿Y te enviaron a ti sola?—preguntó Wei WuXian impacientándose.

La chica en cuanto lo escucho, tomó la última túnica de la cesta y la sostuvo en sus manos para calmar sus nervios.

—Señor Wei, no quiero darle problemas pero no supe de que otro modo acercarme a usted— la verdad que le estaba costando más valor del que creía.

—Claro, y debo creer que esto no es un intento por meterme en problemas por lo que paso esta tarde.

Lan LiXue se quedó callada y miro al piso avergonzada. —en serio quería esa práctica.

Todavía se sentía molesta por haberse tenido que retirar.

—oye, no creas que a mí me importa si estas castigada o no. —le dijo Wei WuXian esperando que la niña no se pusiera a llorar. —La verdad dudo que JingYi se hubiera quedado en silencio sino te hubieras ido, pero por mi puedes venir conmigo cuando sea.

Alguna vez Lan WangJi le había advertido que cuidara sus palabras.

—por eso he venido, Señor Wei.

Wei WuXian más que intrigado se acercó a la chica lo suficiente para ponerle toda su atención.

—sé que usted fue recientemente castigado por comportamiento inapropiado con Hanguang-Jun, y bueno, hay rumores...

— ¿Qué clase de rumores?

—Se dice que Hanguang-Jun se metió en problemas por haberse quedado solo con usted ayer y al Señor aún no se le ha bajado el enojo.

—Sí, está más que molesto, sobre todo porque yo no fui el artífice de esa maldad y no tiene motivos para azotarme. —de hecho la razón por la que sus guardias no estaban en la entrada de su residencia era porque el Señor los había mandado a llamar y en ese momento no era importante vigilarlo ya que Lan WangJi estaba en una reunión.

Lan LiXue se rió por ese comentario. —Creí que usted era de tomar riesgos, Señor Wei.

—La verdad que la única razón por la que no he intentado algo es porque no quiero darle el placer.

—Pues vengo a ofrecerle un trato—Wei WuXian no sabía que era lo que estaba a punto de proponerle la joven discípula. — Puedo ayudarle a escabullirse con Hanguang-Jun en las noches y volver aquí sin problemas.

WangXian - La Melodía Final de ChenqingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora