Capitulo Dieciocho

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Lan WangJi despertó en su cama.

Le costó un poco levantarse por lo aturdido que estaba, le dolía la cabeza y una sensación de ansiedad y escalofríos le recorrían el cuerpo.

Se sentó en la cama y comenzó a vestirse apropiadamente para irse.

—WangJi—escuchó que lo llamaron muy cerca y al levantar la mirada se dio cuenta que su hermano estaba junto a él, bastante preocupado. —trata de calmarte.

—Wei Ying, está en peligro—habló volviendo a prepararse, fue a su armario y saco las túnicas que estaban hasta arriba. —todos están en peligro.

—Y por eso Tío te trajo aquí.

Lan WangJi no se había detenido a pensar en cómo había llegado a su habitación, pero podía recordar algo.

En cuanto dejo caer la caja con semillas de loto se fue caminando cada vez con más prisa a la entrada, Lan QiRen lo llamó y lo siguió hasta allá, pero él no lo escuchaba.

Y su energía se estaba desbordando. Estaba tan alterado que su espada se removía con fuerza en su funda. De pronto Lan WangJi, sintió un toque en su espalda y ya no pudo caminar por más que le ordenó a sus piernas moverse.

Lan QiRen con una expresión difícil de leer estaba detrás de él, dejando aquel talismán para detenerlo.

—Llévenlo al Jinshi, duérmanlo. —ordenó a unos discípulos a su lado. Con ese talismán no fue difícil para ellos llevarlo.

Lan QiRen se quedó ahí y llamó a todos los que estaban cerca, incluso las cultivadoras que habían ido con ellos se acercaron.

—Vamos todos allá, quiero que me muestren. —primero iría él, no quería que su sobrino cometiera alguna locura.

Lan WangJi solo recordó el doloroso recorrido a su vivienda y como le hicieron tomar un té para que durmiera hasta el día siguiente. Luchó con fuerza para no obedecer y salir corriendo a buscar a su querido Wei Ying, pero le fue imposible y cayó en su cama inconsciente.

No iba a reclamarle a su tío, pero ya no iba a perder el tiempo con él y saldría de ahí inmediatamente.

—WangJi, tienes que escucharnos—habló Lan Xichen siguiéndolo de cerca.

Había perdido casi un día de búsqueda y tenía que reponer el tiempo, no estaba para charlas con su familia.

—Tío fue personalmente, trataron de buscar un indicio, no hubo nada—la explicación no pareció ser escuchada por Lan WangJi, Lan Xichen siguió hablando hasta que llegaron de nuevo a la zona principal donde mucha gente, ahora cabizbajas hacían su trabajo—también se llevó al General Fantasma y él tampoco pudo encontrar nada.

Lan WangJi siguió caminando a la salida sin inmutarse.

—WangJi, ya no hay nada ahí. —habló Lan QiRen sin rodeos, prefirió eso a verlo sufrir por una esperanza sin sentido.

Lan WangJi se detuvo ahí mismo y apretó sus manos en puños. Su tío se acercó hasta él y puso una mano en su hombro.

—No es la primera vez que una Cacería Nocturna sale mal por alguna bestia indomable.

—Señor—llamó uno de los hombres a sus espaldas, Lan WangJi levanto su vista y vio lo que llevaban ahí.

Tablillas con nombres.

Lan WangJi abrió más los ojos y se acercó a revisarlas mejor. Acerco su mano incluso antes que su Tío y tomo dos tablillas que significaban su mundo en ese momento.

WangXian - La Melodía Final de ChenqingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora