Coliseo: Batalla por la supervivencia

Capítulo 27: Historias del pasado.

Acto 1: La espada carmesí.

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[Tokio Japón, año 2718, lunes 10:30 PM]

¿?: Padre tienes que descansar, no estás en buenas condiciones para salir. ( Preocupada)

¿?: Ya lo sé cariño, pero por favor llévame a ese lugar.

¿?: Esta bien, Nana, podrías preparar el auto por favor.

Nana: De inmediato señorita Ako.
[ Horas más tarde]

¿?: Hija, quiero que tú la tengas.

Ako: Pero padre pero ella te pertenece yo la hice para ti.

¿?: Quién mejor para tenerla que su creadora, prométeme que cuando llegue tu hora también se la darás ya sea a tus hijos o nietos, escoge quién será el digno guardia del objeto más preciado del regalo que más atesoro, creo que mi momento por fin a llegado, lamento dejarte sola pero tú madre me ha estado esperando mucho tiempo, ya voy cariño, ya voy…

Ako: Descansa papá, descansa.

~ Mi padre siempre decía que era mejor morir con tus propios términos que bajo las reglas impuestas, me quedé a su lado durante los últimos minutos mientras recordaba como el abuelo Takeo y yo le habíamos hecho esa espada, mientras más lo pensaba solo sentía que mis lágrimas saldrían pero debía hacer que mi padre se sintiera orgulloso, después de pasar siete años de mi vida en la milicia ya era hora de tomar un descanso, muchos de mis compañeros también lo vieron muy justo, decidí tener hijos, tras pasar nueve meses esperando que la cápsula de incubación terminará me lleve la sorpresa de que había tenido una hija, pero no era suficiente dos años después quise tener otro hijo, el resultado fue otra niña de nuevo, pero nunca me importó si era niño o niña, lo único que me importaba era formar una familia con ellas, tras pasar seis años la vida de madre soltera es un poco difícil.~

Ako: Aki, Yuriko dejen de pelear ¡ Ahora!

Aki: Yuri, fue la que comenzó.

Ako: No me importa quién comenzó, basta.

Yuriko: Lo siento onee-chan.

Aki: Ahórrate tus palabras.

Ako: Aki no seas así con tu hermana, además ella se disculpó.

~ Cielos quién diría que ser madre sería difícil, bueno debo admitir que los primeros años fueron tranquilos, mis pensamientos solo guiaban para ser una buena madre, pero un día mientras estaba en el cuartel para formalizar definitivamente mi renuncia del ejército vi a un niño de la misma edad que mi hija mayor, sin familia, sabía que si renunciaba en ese momento no podría hacer nada por el niño, debía hacer algo y más cuando tengo mucha influencia como comandante.~