Capítulo 37: Una hermandad.

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[ Actualidad] [ Tokio)

Mei: Entonces eso es lo que planean.

Sora: Correcto, pero estoy muy seguro que ustedes podrán con ello.

Kai: Haré más calibración de mi exo-traje.

Mei: Yo potenciare mis garras para ese día.

Sora: Muy bien, bueno es tarde así que los veré mañana.

[ Pasillo]

Genji: Oye tú identifícate.

Sora: Tranquilo no soy peligroso, eh tu eres Genji, es un gusto conocerte.

Genji: ¿ Como…..? Tu eres Sora.

Sora: Sip, perdón por venir de improvisto, por lo que veo han estado aprovechando el dojo de mi abuela.

Genji: ah si, Ruri nos dijo que si queríamos estar mejor preparados debíamos entrenar aquí.

Sora: Me trae muchos recuerdos, yyyyy cómo van los entrenamientos.

Genji: Hasta ahora vamos bien, pero puedo hacerte una pregunta.

Sora: Por supuesto, de que se trata.

Genji: Ruri nos dijo que podíamos usar todo el dojo pero también nos dijo que no fuéramos a lado norte del dojo, ¿ Que hay ahí?

Sora: Ah nada que deba preocuparte, pero es mejor que le hagas caso, pero como sé que igual lo harás te diré, ahí se encuentran los viejos simuladores que Ruri-nee y yo usábamos.

Genji: Y porque no quiere que vayamos.

Sora: Ella no cuestiona sus habilidades es solo que ese lugar es muy intensivo, a ella  le tomo casi un año el poder memorizar todo sus patrones, además de que están ajustados a los parámetros de ella, lo cual deja a cualquiera que lo intente en mucha desventaja.

Genji: Cada ataque está…..

Sora: Si, todo se mueve a la misma velocidad de ella o superior, ni siquiera yo puedo seguir ese ritmo.

Genji: Sora, como era Ruri en esos días.

Sora: Era más tímida, cuando la conocí ambos teníamos ocho años, habían pasado dos años desde la caída, pero si quieres saber debería comenzar por el principio.

-Mi abuela me decía que ella nunca había tocado una espada o un arma, yo me escapaba de la vigilancia de mi madre en esos días, mi madre no quería que me relacionara con mi abuela o mis tíos Luka y Yuriko pero siempre encontré la manera de sacarme de mi madre, ese era mi rol cuando tenía cinco años, aunque mi madre siempre me descubría, pese a la situación mi abuela siempre me recibió con alegría, ella me enseñó todo lo que sabía con la Katana que ella tenía, conforme el tiempo me perfeccione en como dar mejores excusas para poder ir a entrenar con mi abuela y luego sucedió la caída.-

- Me negué a visitar a mi abuela en esos días por respeto a ella, pero no fue por Ruri, ya que ni sabía de la existencia de ella en ese momento, conforme los días, no pude ver a mi abuela en el dojo, pensé que no se sentía muy bien, fui cada día al dojo para saber de su condición o si le pasaba algo durante dos años, hasta que decidí ir a visitarla en su casa, aunque lo único que pude encontrar era a una niña de la misma edad que yo en el pórtico jugando, cuando la vi no tenía ni la menor idea de quién era pero ella si sabía quién era, ella corrió en dirección hacia mi abuela era muy tímida y débil, hasta parecía una muñeca de porcelana por su fragilidad, mi abuela termino revelándome la verdad, aunque era algo rara no tardé en asimilarlo, pero ella no me veía como un extraño, le pregunté la razón del porque y la única respuesta que pudo darme era “ tú y yo tenemos los mismos ojos, eso es lindo” conforme el tiempo nos fuimos acostumbrando, mientras yo entrenaba con la abuela ella nos observaba desdé lejos, le pregunté a mi abuela el porqué ella no entrenaba con nosotros pero lo único que podía decirme era que la decisión de eso solo la tenía ella, la consideraba un poco mimada en esa época y pensaba que sus padres eran muy tontos, tal vez era muy insensible en esa época, mi abuela tampoco había mencionado nada con respecto a mis tíos.-

- Conforme el tiempo pasaba me fui enterando poco a poco, y ella se fue acercando más a nosotros, y tras pasar dos meses de mi llegada ella comenzó a repetir mis movimientos como si nada, en pocas semanas ella había dominado lo que a mí me había tomado dos largos años perfeccionar, tanto mi abuela como yo habíamos concordado que ella era una prodigio con la espada, y al pasar más tiempo ella me había superado por completo, la abuela nos enseñó de la misma manera ya que el entrenamiento de la familia Asaki es muy poco ortodoxo, ella antes de esa habilidad le tenía al entrenamiento de tolerancia al dolor, pero conforme se hacía más fuerte su tolerancia también, a tal punto que el ser cortada en pedazos ya no era más que un simple raspón, nuestra abuela nos ponía a luchar entre nosotros y descubrir nuestra fortaleza y debilidad, en cada lucha Ruri-nee ganó, quedándome por detrás de ella pero ella nunca me humilló como lo hacía yo cuando ella era una principiante, ella me trato con incluso más respeto que mi propio hermano, al pasar más tiempo juntos nos fuimos sincronizando hasta que nos movíamos como uno, y confirme más pasábamos juntos ella se convertía en la hermana o la relación de hermano que no tenía con mi propio hermano y ella y la abuela se volvieron en la única familia que tenia.-

Genji: Wow.

Sora: Si, me alegra que haya encontrado a alguien como tu.

Genji: ¿ Como yo? No comprendo.

Sora: Una buena persona, se que ella puede ser a veces despistada, tonta o torpe pero siempre lo da todo por las personas que ama, solo tenle paciencia, bueno es hora de irme y descuida no soy un espía, puedes estar tranquilo.

Genji: Gracias por el consejo y te prometo que la protegeré.

Sora: Lo se, y gracias.
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Tras llegar a la puerta de salida, Sora se quedó por un momento observando una vieja foto que al parecer le traía muchos recuerdos al lado de sus hermanos la única familia que el había conocido en su vida.


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Tras llegar a la puerta de salida, Sora se quedó por un momento observando una vieja foto que al parecer le traía muchos recuerdos al lado de sus hermanos la única familia que el había conocido en su vida

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Fin del capítulo 37.

Coliseo: Batalla por la supervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora