Capítulo 60: Calamidad.

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Mientras el caos y los gritos de desesperación se ahogaban con el retumbar de las ondas expansivas de las bombas, los ciudadanos que no tenían ni la menor idea de los que estaba sucediendo a su alrededor, el humo negro era casi invisible por los grandes edificios y el caos era opacado por el ruido de las personas aglomeradas, sin embargo tanto Ruriko como Shiro, fueron sorprendidas por un escalofrío que les recorrió todo el cuerpo, sin tener la menor idea de lo que ocurría, Shiro le ordenó a Ruriko que la esperará en ese lugar hasta saber lo que estaba pasando.

Rápidamente la habilidosa sirvienta, escaló el edificio con una agilidad casi felina, llegando hasta la azotea para observar su entorno pero al llegar no podía creer lo que sus ojos veían, explosión tras explosión, la ciudad estaba sumergida en un caos inconcebible, pero al girar la vista, Shiro podía observar algunas aeronaves que no parecían ser aliadas, al poner más atención, Shiro pudo darse cuenta de que esas misteriosas aeronaves eran las causantes de esa devastación, tras ver ese horrible panorama, Shiro se apresuró en bajar lo más pronto posible, saltando al vacío para lograr llegar al suelo antes de que esas aeronaves bajarán o lanzarán más proyectiles.

Al llegar al suelo, Shiro se preparo con su traje de batalla y se preparo para proteger a su señora de cualquier amenaza, escuchando las explosiones de las bombas que lentamente se acercaban, observando cómo los cristales temblaban por las ondas expansivas que cada vez eran más fuertes, hasta que de pronto cada uno de los cristales se rompieron por la presión, cayendo sobre las personas dentro del edificio y sobre Ruriko y Shiro. Sin titubear Shiro se interpuso en la caída de los cristales usando su propio cuerpo para proteger a Ruriko, al ver esto Ruriko solo pudo expresar preocupación por las posibles heridas que Shiro podía haber recibido, sin embargo ella ni se inmutaba, sin perder más tiempo, Shiro tomo la mano de su protegida y se apresuró en tratar de ponerla a salvó, atravesando por cada uno de los pasadizos que los escombros no habían sellado, tras salir del edificio medio destruido, a lo lejos Shiro pudo divisar a unos policías que estaban brindando su apoyo a los heridos  pero solo poco después ambos policías decidieron cubrirse cerca de los escombros, al no comprender el porqué Shiro decidió acercarse para valorar la situación, al observar con detenimiento los policías estaban siendo atacados por soldados vestido con armaduras blindadas, sin saber si ayudar o no a los oficiales, Shiro decidió priorizar a su protegida ante cualquier otra persona,  sin embargo ante esa situación Ruriko le suplico que los ayudará, pensando en lo insensato que era, Shiro no tuvo más opción que ayudar, logrando obtener un fabricante de cuchillos y entregárselo a su señora para que pudiera defenderse sola por si se separaban por accidente, mientras más avanzaban en dirección hacia la torre Asaki, los caminos eran custodiados por guardias armados siendo obligados a ser sigilosos, mientras caminaban lograron encontrar un estacionamiento el cual les podía servir de escondite y de atajo entre calles aledañas, sin embargo la expresión de cansancio en Ruriko comenzó a alarmar a Shiro y tras buscar un sitio para descansar, Shiro no dudó en preguntar y ponerse al tanto de la situación con los oficiales.

- Señorita ¿ Se encuentra bien? –

- Si oficial, y tú Shiro-chi ¿ Te encuentras bien? –

- No sé preocupe yo me encuentro bien, pero por ahora, ¿ Sabe lo que ocurre oficial? –

- Lamentablemente no, hasta donde sabemos los bombardeos comenzaron en la parte sur de Tokyo, pero las alarmas de emergencia no se activaron en todo en centro –

- ¿ Porque que no sonaron las alarmas? –

- Según la central se encontraban en reparación y actualización de sistemas, pero esto fue algo internó, no solo destruyeron la ciudad también destruyeron las aeronaves de salvamento, las comunicaciones aún son operables pero debemos salir de este punto, antes de que suceda algo peor –

- Muy bien los seguiremos pero iremos a nuestro paso –

- Muy bien, por cierto la jóven que está con usted, está herida o algo, va un poco lento –

- Debe ser por que come demasiado compañero, para ser tan atractiva esta algo rechoncha –

- ¿ Te sucede algo niña?, Estás enferma, o estás herida –

- No es nada oficial, me es difícil seguir el paso con mi embarazo, eso es todo –

- ¿ Embarazo? Muy bien trataremos de ir más lento iremos más adelante que ustedes, traten mantenerse  a cuatro metros por detrás de nosotros así las cubriremos ¿ Entendido? -

- Oye, oye, oye, yo no voy a proteger a este peso muerto solo por qué esté preñada –

Al escuchar el tono altanero del otro oficial, el cual estaba expresándose mal de su protegida, Shiro no dudó en golpearlo tan fuerte que no le importaba si lo mataba en el proceso, ella solo quería dejar en claro que nadie podía expresarse así de su señora y de menos del futuro hijo de su señora en su presencia.

- ¡ Vuelve a expresarte así y te aniquiló! –

- ¡ Tranquilícese todos! Tenemos que trabajar juntos se es que queremos salir vivos de aquí –

Con los ánimos alterados, decidieron continuar juntos hasta que pudieran llegar a la torre, al ir avanzando entre los callejones los cuatro pudieron observar a algunos soldados llevando a rehenes hacia un callejón sin salida, siendo testigos de una ejecución, sintiéndose impotentes los tres que tenían la intención de ayudar a los heridos, decidieron seguir a los soldados para saber si no tenían a más rehenes, siendo su sorpresa que tenían a muchos rehenes encerrados en edificio que estaba siendo aplastado por un edificio más grande, sin perder más tiempo Ruriko decidió atacar por sorpresa a los soldados despistados, al ver esto el oficial que las siguió no dudó en ayudar a los civiles, enfrentándose a los soldados que los mantenía encerrados, siguiendo las instrucciones de su señora, Shiro comenzó una distracción fuera, combatiendo ella sola con los veinte soldados fuera del edificio casi derrumbado, pero mientras buscaba al capitán de los soldados, no lo encuentro, sin embargo uno de los soldados llevaba consigo una especie de detonador el cual había sido accionado, mientras tanto dentro del edificio, pequeñas explosiones en puntos de apoyo que evitaban que el edificio que estaba arriba cayera habían Sido destruidos, pero el edificio nunca cayó, al observar a lo lejos Ruriko pudo ver la razón del porque, Shiro lo estaba sosteniendo para otorgar más tiempo de que todos pudieran escapar del interior, sin embargo la inmensa carga sobre los huesos de Shiro era aplastante, poco a poco los huesos de ella se fueron rompiendo pero pensé al dolor, Shiro trato de levantarlo más y hacerlo atascarse en alguna esquina, sin obtener éxito en su cometido, al ver tal escenario, Shiro le ordenó a Ruriko que se marchara y se fuera ya que su fuerza y sus huesos no resistirían más tiempo, al oír esto Ruriko se negó a abandonar a la mujer que estuvo con ella durante años, sin embargo el oficial y otros sobrevivientes decidieron tratar de sacarla lo más pronto posible, tras saber que su señora estaba fuera de peligro, Shiro pudo conseguir paz interna mientras sus huesos cedían lentamente, siendo sus últimos momentos, Shiro cerró sus ojos y con una sonrisa acepto su destino no sin antes ver su vida en un instante, viendo crecer a cada una de niñas que ayudó a criar e imaginando como hubieran Sido las futuras hijas o hijos de su señora.

Devastada por la perdida de su guía, Ruriko explotó en llanto, al ver esto el oficial que la sacó decidió consolarla, pero en ese momento fueron rodeados por más soldados listos a disparar, pero fueron detenidos por Erina, Shizune y Mei, las cuales se movilizaban en una aeronave que era pilotada por la tía de Ruriko, tras eliminar a todos los soldados cada uno de los supervivientes fue subido a la aeronave de manera rápida, debido a que en el radar se detectaba un objeto desconocido el cual tenía como objetivo el centro de la ciudad, teniendo en eso en mente, Aki se apresuró en despegar y alejarse lo más rápido del centro, tras llegar a los límites del centro, las chicas no podían creer lo que veían y de pronto todo lo que podían era un resplandor, tras abrir la puerta trasera de la aeronave solo pudieron observar destrucción, la luz se había convertido en una especie de torbellino que incineraba todo lo que tocaba, logrando destruir todo el centro de Tokyo, parecía el fin de los tiempos.

Fin del capítulo 60.

Coliseo: Batalla por la supervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora