Capítulo 63: Nuestra Guía.

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Mientras el equipo de respuesta se dirigía al lugar donde habían sido lanzadas las bombas de vacío, mientras que al mismo tiempo el pequeño escuadrón que habían creado Samuel y Caín volaba con rumbo a Tokyo, poco a poco al ir avanzando por las ruinas de las de las ciudades de Moscú, Samuel y Caín no podían permitirse ayudar a todos los heridos que observaban desde las alturas, sin embargo tampoco podían dejarlos a su suerte, tras seguir observando el horror de no poder ayudar, ambos no perdieron el tiempo en detenerse y socorrer a todos los civiles que pudieran aún sabiendo que no contaban con los recursos necesarios para ayudar, pero el desacuerdo de los cadetes no se dejó esperar ya que no todos si no es que decir la mayoría no querían ofrecer las pocas raciones de comida y medipacks con los que contaban, al ver las acciones egoístas de los cadetes, la indignación y el descontento era la única expresión de Samuel y Caín.

- ¿ Porque debemos ayudar a ese monto de basura? Que mueran de una vez si no quieren seguir sufriendo –

- Tienes razón Jim, ¿ Por qué los ayudaríamos? Cuando es cuestión de tiempo para que estiren la pata –

Decían los jóvenes cadetes sin pensar que sus palabras afectaban a los que si querían ayudar para poder expiar su culpa de no haber ayudado a sus compañeros mal heridos, dejándolos para morir a su suerte bajo los escombros, pero en ese momento las voces de los cadetes fueron interrumpidas, al ser calladas por un golpe directo en la boca de ambos cadetes por los puños de Samuel y Caín.

- ¡ Malditos hijos de puta! ¡ Si eso es lo piensan de las personas no comprendo como o el porqué se enlistaron! ¡ En este momento solo puedo sentir asco de ambos! –

- Déjalos Sam, si no quieren ayudar a  nadie no los puedes obligar a hacerlo, pero  si puedes arrojarlos de nueve mil metros del suelo para que se rompan las piernas y esperen a ver quién los ayuda eh.. no les gustaría –

- Tienes razón en ese punto Caín, pero no nos rebajemos a su nivel y ustedes dos, cuándo alguien necesita ayuda deben brindarla sin decir ni preguntar solo lo hacen siempre y cuando esa persona sea honesta, por qué al paso que van nadie los recordara o que siquiera existieron en este mundo –

Al escuchar esas palabras, Caín no pudo evitar sonreír por la familiaridad que tenía con las veces que Caín escucho un sermón así durante toda su vida, recordando cuando recibió su primer sermón por parte de Shiro.

- Desde cuándo te pareces a Shiro-chi, Sam, nunca habías dicho algo tan profundo-

- Bueno… ella siempre no ha educado, incluso aún lo hace pese a que ya tenemos edad para ser cuidadosos por nosotros mismos –

- Oye, ¿ Recuerdas la primera vez que la conociste? –

- Como olvidarla, fue muy educada y también recuerdo la tunda que me dio por haber dicho una palabra muy inapropiada jaja –

- Vaya, vaya, desgraciado con suerte, yo tuve que criarme con ella desde los siete años –

- Ella era muy estricta jajaja -

Mientras ambos seguían conversando, no pudieron evitar dejarse llevar por nostalgia de los recuerdos que ambos habían creado con Shiro, mientras en sus rostros solo se podía observar una sonrisa mientras más y más hablaban de ella, poco a poco, Samuel recobraba su sentido del humor para molestar un poco a Caín sin embargo ante tal nostalgia Caín no podía enojarse, respondiendo de manera amable.

- en esa época era muy estricta, me preguntó que estará haciendo en este momento –

- De seguro ha de estar cuidando a Ruri por su embarazo, cuando lleguemos tenemos que darle un regalo para enmendar la falta de visitas –

- Da lo por hecho, pero tú los entregaras yo tengo miedo –

- No, no, tú lo harás, la última vez yo los entregué  -

Entre risas y bromas, Samuel y Caín, decidían quien le entregaría los regalos a Shiro, sin tener la menor idea de que nunca podrían volver a escuchar a esa mujer que los vio a ambos crecer como personas de bien, mientras tanto en la región de Nara de Tokyo, una devastada chica que busca el valor para hablar con una de sus señoras mientras evita romper en llanto por la tragedia.

- Ah…Sra. Aki, necesito hablar con usted, ¿ No sé encuentra muy ocupada? –

- No lo estoy, ¿ Que sucede Nene?-

Fin del capítulo 63.

Coliseo: Batalla por la supervivenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora