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꧁-𝙅𝙚𝙣𝙤-꧂

Nunca en mi vida había visto a Ten tan molesto, ni siquiera la primera vez que ambos nos introdujimos en ese solitario y oscuro mundo en el que estábamos ahora metidos. Ni la vez en la que Taeyong le incriminó de traidor y por romper su corazón. Jamás le había visto molesto, pero pese a que jamás lo había hecho, ahora podía notarlo en su mirada y como su rostro lleno de romanticismo y alegría al bajar del vehículo, cambió a uno lleno de molestia y enojo al volver. Vi como solo hizo un gesto con sus manos para que su chofer condujera y nos alejáramos del club, y este así lo hizo, haciéndonos dejar atrás el club de Taeyong lo más rápido posible y con él, lo que sea que había pasado allí dentro.

Ten ahora solo miraba por la ventana con el ceño fruncido, absorto de sus pensamientos y el chofer a su lado con un rostro lleno de preocupación, mordiendo sus labios del nerviosismo y de lo incómoda que era la atmósfera en esos momentos. Por mi lado, solo me dedicaba a mirarlos y ver cómo sus demonios y sus más íntimos miedos los carcomían por dentro, como esas emociones tan complicadas y peligrosas estaban consumiéndolos y haciendo que se dejasen llevar por ellas.

-Jeno -me llamo Ten cambiando su rostro y mirarme a través del retrovisor-. Hoy conocí un chico perfecto para ti. Tiene todo lo que te gusta de una persona: es delicado, bello. No, más bien, hermoso, como un ángel. Es el indicado para ti, de eso estoy seguro -hablo de forma orgullosa por lo que sus ojos habían visto, pero solo negué con mi cabeza y le respondí.

-No quiero una relación en estos momentos y menos con un bailarín -le respondí suspirando al final de mis palabras, para luego retomar el habla-. Además, no estoy hecho para tener pareja, de una extraña manera terminó decepcionado a todo el mundo. Todos creen que soy un chico rudo, atrevido, atento y que tiene sexo las veinticuatro horas del día. Pero no soy eso, pese a que lo último podría ser un poco certero. -Reí y negué con mi cabeza rápidamente-. Pero realmente soy alguien frágil emocionalmente, tengo problemas, lloro cuando no puedo más con algo, me dejo llevar por mi ego y mis pensamientos. -Hice una pausa y voltee mi mirada hacia la ventana, mirando el exterior-. No soy lo que ellos creen que soy, y una vez que conocen más de mi, solo logran decepcionarse y ya no estoy como para aguantar más decepciones amorosas. Soy solitario como un lobo y estoy corrompido como un demonio, más bien, como un ángel caído que en algún punto toco el cielo. -Le explique y volví a mirarle mediante el retrovisor-. Tener una relación con alguien como yo solo sería tóxico y doloroso, ambos terminaríamos igual de rotos.

Terminé de decir y solo escuche su fuerte suspiro y como dejaba de hablar pese a que tenía las palabras en la punta de su lengua. Pero me daba igual lo que diga, yo había dicho la verdad, y era verdad que no podía tener una relación, porque solo terminó dañando a las personas que me abren su corazón.

«Nadie podrá estar con alguien tan tóxico y corrupto como yo. Nadie jamás podría ser capaz de amar el demonio en que me he convertido.» Me dije, mientras limpiaba la lágrima que bajaba por mi ojo izquierdo al recordar lo miserable que era mi vida y rogando que ninguno de los otros dos hombres que estaban en ese vehículo me hayan podido ver llorar.

El viaje hacia la casa de Ten fue más largo de lo que recordaba, además del hecho que pasamos por montones de caminos lleno de árboles y plantas que no me dejaban ver las pocas estrellas que se podían apreciar desde la ciudad. Al llegar, los dos hombres se bajaron al mismo tiempo y luego me bajé yo, viendo por fin en donde estábamos, pero no era como recordaba la casa de Ten y menos lo era el lugar. El cual estaba lleno de árboles de cerezo, pasto y rosas, todas estas últimas alrededor de la casa. Debía de admitir que ese lugar era más bello que el que recordaba originalmente, pero aún así tenía la curiosidad de porqué estábamos allí y no en la casa de Ten que recordaba.

Hustler;;NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora