Desde ese día, ya nada había sido lo mismo. Habían sucedido bastantes cambios, pero en mi, ninguno, solo que ahora tomaba drogas bajo certificado médico y no por mi cuenta. Eso era lo único distinto que podría haber en mi vida, porque el resto seguía igual como ese día que había marcado un antes y un después en mi vida.
Ahora Renjun estaba frente a mi, maquillando mi rostro con sombras doradas, verdosas y azules. Mientras Ten presentaba a cada uno de los bailarines de esa noche que serían parte de su club. Había que admitirlo estaba nervioso y sentía las náuseas subir por mi cuerpo, y solo porque esta era la primera vez luego de ese día que me presentaba y quería hacer un regreso perfecto para que todos vieran que seguía siendo el mismo destacado bailarín.
Sentí como Renjun dejaba de maquillar mis ojos y como me daba una dolida sonrisa y salía de esa habitación. Mire mi reflejo en el espejo y luego de unos segundos aparté mi mirada de él, principalmente porque cada vez que miraba mi reflejo recordaba las manos de ese asqueroso guardia sobre mi cuerpo, cómo me drogo y sedó, para hacer lo que quisiera con mi cuerpo, mientras que yo había dónde el para olvidarme de la persona que tanto había dañado mi corazón -al igual como yo, de seguro lo había hecho con Jeno-.
Según lo poco que sabía y recordaba de ese día. Ten y Renjun me dijeron que Mark me había violado y sedado. Además de que mi cuerpo estaba lleno de hematomas y cortes. Recuerdo que luego de haber contado lo que me pasó, insistieron durante dos semanas con que le pusiera una demanda, que no podía dejar a una persona como Mark libre. Que si decidía hacerlo tenía unos testigos clave y cuando decidí hacerlo, descubrí que uno de esos testigos clave era DongHyuck quien contó que casi había abusado de mi un día antes de que Jeno se fuera y además de que me drogaba sin mi consentimiento. Luego de él estaba Yukhei, quien mostró la grabación de la cámara en mi oficina, además de decir que él jamás llegó confiar en Mark, porque su aspecto le daba poca confianza. Recuerdo que luego de las palabras de ellos dos y de las mías Mark fue arrestado por cargos de violacion y por consumo ilegal de drogas.
Recuerdo cómo desde ese día ahora vivía con Ten, su pareja y Renjun. Quien este último me cuidaba y vigilaba cada cosa que hacía, mientras que Ten me dejaba bailar en su club debes en cuando o cada vez que estuviera cerrado por descanso. Pero hoy era un día distinto luego de todo lo que había pasado desde la ida de Jeno, hoy era el día de mi regreso. Hoy era el día que yo, Na Jaemin, volvería a pisar un escenario.
Mire nuevamente mi reflejo y acomode bien esas telas doradas y azules a mi cuerpo. Mientras me colocaba el antifaz que Yongsun me había dado en su tiempo y luego de él una bata dorada, ocultando mi cuerpo. Mire el pote con pastillas que estaba en la esquina del espejo y como un dejavú venía a mi mente y hacia que mis brazos se estiran por inercia hacia es pote y lo tomara entre mis manos, moviendolo hacia todos lados y abrir la tapa, mostrándome esas patillas de color amarillo y rojo. Mire nuevamente mi reflejo y sonreí como un niño travieso, para luego tomar todo ese bote con pastillas y esperar a que lo peor llegara.
Me puse de pie y comencé a caminar con esos zapatos con plataforma, haciéndolos sonar contra el piso, llenando mis oídos de ese ruido y no de la voz de Ten que estaba afuera presentándome. En donde al llegar detrás de ese escenario mis oídos se llenaron de los aplausos de las personas y como yo me acercaba lentamente hacia las cortinas doradas y miraba a través de ellas, viendo ese escenario completo de esas cortinas y espejos con toques dorados por todos lados. Además de todas las personas expectantes a mi llegada.
Abrí un poco esas cortinas dejando ver mi rostro y me quite el antifaz. Para luego abrirlas por completo y quitarme esa bata dorada, dejando que todos vieran y admiraran mi cuerpo, mientras yo abría mis brazos y movía lentamente mis caderas de izquierda a derecha.
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Hustler;;Nomin
FanfictionAmbos éramos malos para el uno y el otro, decían que no debíamos de conocernos. Pero aquí estábamos viéndonos rostro a rostro. Nuestras respiraciones chocando. Sintiéndonos en el cielo cuando realmente estábamos en el infierno, ardiendo como los dos...