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꧁-𝙅𝙚𝙣𝙤-꧂

Jaemin y yo íbamos bien y se que esa es la frase que más digo con frecuencia, pero era verdad -enserio lo era-. Ahora, en verdad estábamos bien, éramos felices e íbamos en subida y sin ninguna gran caída. Todo era demasiado perfecto, tanto que cada noche me daba miedo perder todo esto, darme cuenta que solo estabas cegado y me estaba llenando de falsas esperanzas y caer en picada al darme cuenta que en verdad nada de lo que había a mi alrededor era perfecto, pero este no era el caso. Si era perfecto. Todo era perfecto.

Jaemin ahora estaba a mi lado, más bien durmiendo sobre mi pecho, mientras yo miraba su rostro y acariciaba ligeramente su mejilla. Conservando cada uno de los momentos a su lado, recordando cada rincón de ese bello y delicado rostro: su nariz, sus mejillas y el hueco en ellas que marcaba sus pómulos. Sus labios y lo no tan grueso y delgados que eran, sus largas pestañas y lo delicada que lucían en esos bellos ojos que cuando me miraban, o que, cuando su dueño hacía lo que más amaba, se llenaban de brillo, tanto que no sabías si las estrellas estaban en el cielo o en sus ojos.

Le vi abrir lentamente sus ojos y como me daba una sonrisa, para luego ocultar su rostro y lo sonrojó de sus mejillas. Dejé de acariciar su rostro y comencé a acariciar sus delicados cabellos. En donde Jaemin soltaba quejidos con cada caricia que daba en su nuca.

Le vi, ahora levantar su rostro y mirarme con sus cejas fruncidas y un puchero en sus labios, negando con su cabeza ante la caricias que le daba en su nuca.

-No me has dicho buenos días -habló con un ligero tono molesto.

-Tú tampoco me las has dicho a mi ¿no debería estar enojado también? -Pregunté y él solo negó. Golpeándome ligeramente en el pecho.

-Tú despertaste primero, es tu deber.

Me respondió y yo solo reí. Para luego volver a acariciar su nuca y acercar mis manos nuevamente a sus mejillas, en donde, lo tomé de ellas y le hice que me mirara a los ojos. Y cuando lo hizo, solo pude sonreírle nervioso y volver a hablar:

-Buenos días amor mío. Espero que este sea otro día en donde pueda ver esa bella sonrisa que ocultas detrás de tus delicados labios. Que pueda ver esos ojos llenos de brillo, los cuales contienen una constelación en ellos -hice una pausa y volví a sonreír al ver como sus mejillas y la punta de sus orejas se tornaban rojas-. Solo espero que este día sea el mejor de todos los que han pasado y el siguiente que sea mejor que este.

Terminé de hablar, para darle un corto beso en sus labios y sonreír al separarme de ellos, encontrándome con esos estrellados ojos que me gustaban tanto.

Luego de eso, solo nos dimos unos cuantos besos más, hasta que debimos separarnos e irnos cada uno por su lado. En donde Jaemin se fue con Chenle y Jisung a algún lado del terreno de la casa y yo me fui a la oficina con Renjun detrás de mí, que tenía el ceño fruncido y ganas de matar a todos.

Quise preguntarle qué le había pasado y porque estaba con ese rostro, pero solo le vi encerrarse en la oficina conmigo y sentarse en la silla junto a la puerta, en silencio. No le dije nada y él tampoco me dijo algo. Cada uno hizo lo suyo -en silencio y sin estorbar al otro-.

Por mi parte, sentado en el escritorio -y con los ojos de Renjun sobre mí-, me dediqué a revisar cada uno de los papeles del trabajo extra que le hacía a mi padre y tachaba cosas que debíamos sacar de los contratos con los clientes, o solamente anotaba la cosas extras que me habían mando a encargar para la próxima entrega. Pero aún haciendo esas cosas, las cuales se podrían confundir claramente con mi trabajo en el club de Yukhei, Renjun seguía teniendo sus ojos sobre mí y analizando cada uno de mis movimientos y gestos. Tratando de averiguar qué había en esos papeles, acciones y gestos.

Hustler;;NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora