pas si joyeux anniversaire

4.7K 526 88
                                    

El cumpleaños de Thérèse había llegado, y Astrid se sentía contenta de tener su regalo listo para la señora. La muchacha había hablado con Ágnes el día anterior para que le permitiera ir al centro de la ciudad a comprar algunas cosas, la mujer había aceptado, pero con la advertencia de que no debía demorarse más de una hora. Astrid compró hilos de bordar, un bastidor y algunos ingredientes. El regalo para la mujer se le había ocurrido aquella noche que le escribió la nota a Timothée, había recordado que el muchacho le contó sobre su abuelo y su fanatismo por la misma banda que gracias a su padre había crecido escuchando, Queen. Astrid recordaba el logo de la banda como la palma de su mano, lo había calcado unas quince veces en las cartas que le escribía para el día del padre, junto a esas ridículas frases: ''gracias por dejarme nacer'' y ''gracias por mantenerme'', que solo evidenciaban la poca dotación que la chiquilla tenía con las palabras. 

Ágnes la había ayudado a preparar las galletas de mantequilla, indicándole los pasos a seguir y revisando la cocción de estas. Por su parte, Ágnes le prepararía el pastel de chocolate que tanto le gustaba a la mujer, todos los años, como una tradición ese pastel estaba presente en los cumpleaños de Thérèse. 

La noche previa al esperado cumpleaños Astrid se había quedado hasta la madrugada bordando, y acordándose de su padre en el proceso. Recordaba cuando tenía unos seis años y ponía aquel CD, con su repertorio ochentero, creyéndose parte de los coloridos videos musicales, con ese inglés inventado, pero inmensamente feliz, ¿en qué momento había crecido tanto? ¿por qué no había disfrutado más aquellos días? ¿por qué crecer le parecía tan doloroso? Venían a su memoria aquellos comentarios que tanto le molestaban cuando era niña, ''cuando seas grandes querrás volver a tu infancia, aprovéchala'', en ese entonces sólo rodaba a los ojos y seguía añorando el crecer, pero ahora comprendía que tenían tanta razón, estaba segura de que en algún momento ella también se lo diría a alguien más.

La familia de Timothée había tenido algunos inconvenientes, por lo que su llegada había tardado un poco, llegarían aquella mañana y no la tarde anterior como habían predispuesto. Astrid sentía el estómago revuelto y contraído, estaba nerviosa, cenaría con ellos aquella tarde en el du palais, quedaría en evidencia su nulo conocimiento de etiqueta. Sólo le tranquilizaba el hecho de que Elodie estaría presente, puesto que ella era como una mini versión de Thérèse, elegante, fuerte y firme, pero con un corazón tremendo.

Astrid agarró la cajita que había comprado para guardar ahí los regalos de la señora, era celeste y tenía un listón de encaje que la sellaba. Iba a entregarle su regalo, no podía esperar, nunca había sido muy paciente para esas ocasiones. Tocó suavemente la puerta de la habitación, un adelante se escuchó tras ella.

Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, feliz cumpleaños señora Thérèse, que los cumplas feliz— entonó la chica suavemente, acercándose a la mujer que se encontraba recostada.

—¡Querida! Que preciosa sorpresa, hace tanto tiempo que no escuchaba esa canción en mi cumpleaños. Dame un abrazo— la joven obedeció, dejó la ceja encima del velador y estrechó a la señora entre sus brazos.

—Este es mi regalo para usted— Astrid se lo entregó.

—No tenías que molestarte, muchas gracias, ragazza— pronunció con modestia. Desató el listón y abrió la caja. Observó el bastidor con curiosidad.

—Timothée me contó que a su esposo le gustaba mucho Queen, y bueno, ese es logo de la banda, creí que aquello la haría sentirse más cerca de él, estoy segura que él debió amarla muchísimo— Thérèse le sonrió grandemente.

—Se ve complicado, recuerdo que Piero hizo un bosquejo, pero no era ni parecido a esto, ¿cómo lo recordabas tan bien? Oh, galletas de mantequilla— la señora probó una. —¿Ágnes te ayudó?

TIME | Timothée Chalamet [ EN EDICIÓN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora