24.Dejame intentarlo.

3.2K 447 179
                                    

Vegetta

Habíamos llegado a la feria en muy poco tiempo, el viaje se hizo un poco candado gracias a cierta persona molesta que no dejaba de corregir mi forma de manejar, cuándo obviamente él no tenía ni idea de lo que hablaba. Respiré profundamente cuando bajamos del auto, pero no pasó ni un segundo cuando Rubius me jaló del brazo hasta llevarme a las juegos de "destreza", ya ahí su mirada iba y venía entre todos los puestos, se veía que estaba buscando algo.

- Bueno, chiqui y qué estas buscando?- Estaba tranquilo ya que el camino hacia la feria fue bastante agradable, aunque en un inicio discutí con Rubius me sentía muy cómodo a su lado, me divertía demasiado, claro en situaciones muy específicas.

-Estamos buscando un puesto con unos vasos que tiene colgado un premio de un cerdo enorme- Me daba risa la actitud tan infantil de Rubius.

-En serio todavía te gusta jugar eso?- Me reí un poco y Rubius se sonrojó un poco con la cara enojada.

-Vegetta no me voy a ir hasta conseguir ese cerdo!- Nos habíamos detenido un momento cuando escuché como le gruñía el estómago a Rubius.

-Recordaste darle de comer a Kira y se te olvido comer?- Comencé a reírme y Rubius se veía mas apenado. Esas pequeñas cosas hacían que confiara en él.

-No! Lo que pasa es que salí de casa tarde y me llevé una hamburguesa comiendo, mientras caminaba me acorde de Kira y fui a verla porque pensé que no le habías dado de comer así que le di mi hamburguesa y ya no me dio tiempo de comer algo, no soy tan despistado como crees.- Realmente Rubius era alguien muy curioso y noble, al parecer me gustaban las personas torpes y despistadas con las mejores intenciones.

-Vale, perdón, quieres ir a comer algo antes de ganar el cerdo gigante? Yo invito.- A Rubius le brillaron los ojos.

-Sisisi a dónde vamos?- Ahora empezaba a buscar con la mirada otra vez, lo tomé del brazo.

-Hay un lugar aquí cerca, vamos y pedimos una hamburguesa-

Empezamos a caminar hasta llegar al local, nos sentamos y pedimos de comer, últimamente encajábamos mucho al momento de hablar, me daba risa cada que sus reacciones eran tan exageradas.

Terminamos de comer y mientras hablábamos de videojuegos nos fuimos caminando pasando y jugando en varios juegos de habilidad en los que siempre perdía, hasta que me tomo de la mano y me jaló.

-Mira Vegetta! Ahí esta!- Estaba señalando un peluche enorme de un cerdo, empezó a comprar un juego y perdió, ni siquiera podía ganar un premio pequeño porque se quedaba a dos vasos o uno de ganar, cuando ya llevábamos como una hora estaba totalmente desesperado había perdido de todas las manera inimaginables había tiros en que no tiraba ni un vaso, había otras en que golpeaba al tipo del puesto y otras en que tiraba los premios.

Después de unos minutos más llegó Luzu y en su primer oportunidad ganó el cerdo que tanto quería Rubius por un segundo sentí pena por el chaval, pero después vi a Luzu escoger otro premio más pequeño, y no pude evitar carcajearme y burlarme, pero después de otros intentos fallidos me harté de la situación, no sé cuanto dinero había perdido Rubius y aún así estaba seguro que había perdido más dignidad.

-A ver! Ya estoy cansado de que no puedas tirar unos malditos vasos, haste a un lado tontito- Pagué un juego y con los cinco tiros no gané nada, Rubius empezó a carcajearse.

-A ver tontito quitate- estaba imitandome con voz de subnormal y lo peor es que hasta el señor del puesto se estaba aguantando la risa, pagué otro juego y pude conseguirme un premio pequeño.

-Soy Rubius y en tres años no he podido ganar ni una alcancia- Ahora era yo quien lo estaba imitando, pero no me iba a rendir hasta conseguir ese cerdo, así fue como empezamos a jugar un turno y un turno, ya teníamos bastantes premios pequeños y medianos, de verdad nos estábamos divirtiendo bastante hasta que estaba en mi quinto tiro para derrumbar la ultima torre y ganar ese maldito cerdo.

-Vamos Vegetta! Si lo logras te doy un besito en el siempre sucio- Estaba lanzado cuando dijo esa estupidez, tal vez el enojo hizo que lanzará más fuerte la pelota, pero al final habíamos ganado.

-Olé olé los caracoles! Ese es mi hombre!- Estaba recibiendo el cerdo cuando sentía la cara arder de todas las tonterías que oía gritar a Rubius, me tapé la cara un momento con el cerdo y le grité.

-No te cansas de gritar boberías?!- Rubius se reía otra vez y me quito el cerdo de la cara.

-Bueno, entonces te debo un besito- Mi cara estaba aún más roja y tenía la boca abierta por lo que había escuchado. De repente se reía más fuerte y yo estaba más enojado.

-Eres un subnormal! Yo y el cerdo nos vamos!- Tomé mis premios y empecé a caminar hacia la camioneta de Auron, Rubius me iba siguiendo mientras me pedía perdón.

-Vamos Vegetta te veías muy mono sonrojado- Me detuve en frente de una pequeña banca para descansar un momento pues llevar todos los premios era sofocante entre tanta gente, Rubius se sentó al lado de mi. -Hoy fue el día en que más me he divertido en la feria, tuvo de todo sabes lo que te digo?- Rubius me veía sonriendome.

-No estuvo mal para venir contigo- Después de unos segundos estaba más calmado -Gracias por preocuparte por Kira-

-No agradezcas, ya es como mi niña, no le digas a Samu, pero se me hizo más tarde porque me quede jugando un rato con ella- Nos comenzamos a reír, de verdad ese momento se sentía muy íntimo y sin esperarlo nuestras manos chocaron y ambos las apartamos de inmediata con las caras totalmente rojas.
-Bueno creo que deberíamos irnos al auto- Deje al cerdo en la banca al propósito y empecé a caminar cuando Rubius lo tomó y fue a mi lado.

-Vege se te olvida esto, no sabes el dinero que nos costó?- Me extendió sus brazos con el cerdo.

-Quedatelo, creo que te hace mucha más ilusión a ti, ve esto como un agradecimiento por adoptar de una forma a mi Kirina- Rubius tenía las mejillas ardiendo y me sonrió, estábamos de camino al auto cuando Rubius me tomó de la mano, giré a verlo y estaba rascándose la cabeza
mirando a otro lado, yo le apreté la mano y seguimos caminando hasta llegar al auto, cuando llegamos vimos algo que nos impactó muchísimo era Auron encima de Luzu besándose, nos quedamos atónitos y se nos cayeron todas las cosas que llevábamos en las manos el momento fue demasiado incomodo porque ellos giraron a vernos.

-Vegetta vamonos en autobús no quiero ni imaginar lo que habrán hecho estos cerdos atrás- Rubius tenía una cara de asco y sinceramente no me parecía mala idea ir en bus. Después de que reaccionaron en unos segundos Auron se quitó y se puso en su asiento, nosotros recogimos nuestros premios.

-Vamos chiqui que a esta hora ya no pasa el bus- Nos subimos a la parte de atrás y Auron comenzó a manejar.

-Y yo creí que íbamos rápido!- Rubius comenzó a reírse cuando dijo eso, Luzu se puso su gorro en la cara y yo quería reírme, pero sabía indirectamente lo que quería decir Rubius.

-Callate Doblas, esto por si solo es incómodo- Todo el camino se sentía la tensión, Rubius se acercó un momento para susurrarme algo, yo creía que sería algo relacionado con lo que dijo antes, pero a veces olvidaba que Rubius era Rubius.

-Oye Vegetta, el auto no va tan rápido, podríamos abrir la puerta y bajar- sinceramente no sabía si me gustaba o me exasperaba que Ruben se riera de todo.

-Si bueno, yo estoy cerca de mi casa, tú te quedas aquí con los pervertidos- Rubius comenzó a llamar con su teléfono.

-Bueno, mamá crees que pueda quedarme a dormir a casa de un amigo?...De Vegettita...El me puede prestar...si si...Gracias, chao- Auron comenzó a carcajearse.

-Bueno, entonces dónde los dejo Vegetta?- Yo no iba a dejar que Rubius durmiera en mi casa.

-A mi en la siguiente calle, al mono tonto dejalo en su casa o lo más lejos que puedas de aquí- Cuando el auto se detuvo baje rápidamente y cerré la puerta. De igual forma Rubius bajo y empezó a seguirme cargando todo lo que habíamos ganado en la feria.

Adorable Encuentro l Donde viven las historias. Descúbrelo ahora