34. Precaución🔸

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Fargan

Desde hoy empezaba mi única oportunidad de conquistar a Willy, después de comer mi helado de triple chocolate y hablar con Dulce toda mi cabeza estaba más descansada, tenía un objetivo darle una pulsera negra con un dije de tortuga en medio que apenas había comprado ...bueno realmente la había comprado hace dos meses en un viaje y pensé que le encantaría a Willy, pero nunca quise que las cosas se volvieran raras así que la guarde todo este tiempo, hasta ahora que no tenía nada que perder.

Cuando llegué a clases Rubius estaba con Alex, Willy estaba solo en un rincón, me senté a su lado y aunque me tratara de ignorar quería que sintiera que no quería estar más lejos de él.

-Buenos días, Willy- Recargue mi codo en el pupitre y lo voltee a ver a la cara, ahora que ya se había liado todo y Willy conocía perfectamente lo que me hacía sentir no había motivo para fingir que no lo veía con amor.

-Eran buenos...- Me reí, dolía un poco, pero realmente Willy siempre decía eso comentarios hostiles con todos, tal vez eso era uno de los motivos por los que lo amaba tanto, trataba de parecer la persona más fría del mundo, pero en cuanto alguien lo necesitaba podía hacer todo para ayudar, aunque muchas veces fingía que no lo hacia a propósito. Yo desde ayer tenía muy claro cuando fue que me enamoré de Willy, lo descubrí después de darle mil vueltas por mi cabeza para resolver que fue el día que nos sorprendieron haciendo una broma que termino conmigo y una pierna lastimada, Willy habló con el director y lo suspendieron una semana, pues se echó toda la culpa, aunque Rubius y yo intentamos decir la verdad él tenía una versión más creíble, no entendía como podía ser tan manipulador con todos, hasta el punto de hacer una historia más creíble que la verdad, al menos esa semana de castigo fue la misma semana que estaba con la pierna vendada, todos los días fue a mi casa con algo para comer y a platicar un poco de todo, siempre con una excusa tonta, al principio los deberes, despues se le olvidaban unas cosas e incluso una vez dijo que su tele no funcionaba y quería ver algo. Al final de esa semana lo había pasado tan bien que cuando menos me di cuenta solo quería estar con Willy y no hacer nada más que hablar de todo.

-Que si te molesto me puedo ir- Estaba jugando, aunque sabía perfectamente que me iba a contestar Willy.

-Por favor- Seguía mirando fijamente a Willy, cuando comenzaron las clases, en algunas clases me senté junto a Auron y otras con Willy. Lo importante sería al terminar las clases, diez minutos antes estuve pensando en que podría decirle al salir, nuestras casas quedaban en la misma dirección, pero no habíamos ido juntos desde hace algo de tiempo así que tenía que ser rápido para ir a su lado, cuando sonó el timbre Willy salió y yo detrás de él, después de unos minutos Willy me habló.

-Necesitas algo, Fargan? -Se detuvo y me volteo a ver, estaba hecho un manojo de nervios, pero no quería reflejarlo.

-No, yo vivo en esta dirección- Willy se volvió a girar para seguir caminando. -Espera! Creo que si necesito algo después de todo- Esta vez Willy no giró, así que caminé hasta estar de frente a él.

-Necesito hablar contigo... Mira, desde que me enamoré de ti no te he podido sacar de mi cabeza y...- Willy estaba muy rojo.

-Fargan te dije que solo era una oportunidad- No entendía como Willy podía no contar con empatía.

-No es una confesión, solo que te quería dar algo que hace tiempo compré especialmente para ti, nunca tuve el valor para dártelo, pero ahora quiero que lo tengas- Le extendí la mano con la pulsera y Willy muy nervioso la tomó.

-Gracias, se ve bien- Se la había puesto, pero tenía la cara muy sería aunque sonrojada.

-Me alegra que te guste, creí que te iría muy bien y no me equivoque- Le sonreí a Willy pues estaba mucho más relajado por su respuesta. Willy siguió caminando, pero ahora yo iba a su lado y no atrás. Cuando llegamos al punto donde debíamos separarnos Willy se siguió y yo solo pude gritarle. -Voy a dar mi mejor esfuerzo!- Cuando él me escuchó pareció que le dieron escalofríos y me regresó el grito.

-Deja de ser tan ruidoso!- Se giró y siguió caminando.

-Willy!- Willy no giró. -Me encantas!- me comencé a reír con toda las mejillas rojas, esperaba que Willy no se enojara más, pero siguió su camino igual que yo.

Al día siguiente le llevé unas frituras que sabía le gustaban, cuando llegué se veía igual de enojado.

-Buenas Willy!- Me senté a su lado, Willy no me contestó, le dejé la bolsa de frituras en su pupitre -Ojala puedas estar mejor después de comer algo, que hoy te cargas una cara de pocos amigos horrible- me reí y Willy se sonrió y comenzó a comer, me senté.

-Quieres?- Willy me extendió la bolsa, sentí que los ojos me brillaron, asentí un poco fuerte y tome algunas frituras. Seguíamos comiendo cuando de repente Willy habló. -Necesito hablar con Rubius-

- Hablar o "Hablar"- cuando hice las comillas también hice después unís puños.

-Hablar- Willy me sonreía, se notaba un poco tranquilo -Me pasé con algunas cosas que le dije- Yo seguía comiendo cuando le contesté.

-Qué le dijiste?- Willy se veía algo triste.

-No es de tu incumbencia, pero tenía tanto en la cabeza y solo respondí a el enojo- Me imaginaba que a Willy le dolería lo de Rubius y Vegetta, me daba mucha curiosidad lo que le pudo haber dicho.

-Pueden hablar terminando las clases, si quieres puedo decirle- Sin darme cuenta yo me había terminado las frituras que le había traído a Willy, me sentí muy apenado cuando Willy quiso tomar unas, me reí algo -Perdón! Que te compraré otras entre clases- Willy me lanzó la bolsa y se comenzó a reír.

-Vaya regalo me haz dado- Los dos nos reímos juntos después de tanto tiempo que creí que ahora todo podía ir mejor.

Adorable Encuentro l Donde viven las historias. Descúbrelo ahora