JiCheol ♡ Love yourself.

15

Las gotas de sudor se deslizaron por la firme piel del alfa y sus músculos se tensaron por última vez al levantar las pesas acabando el entrenamiento, con la respiración agitada se sentó y tomó una toalla que pasó por su rostro para luego beber un poco de agua.

—Harás que me arrepienta por haberte dejado ir —Comentó una conocida voz haciendo reír a SeungCheol, miró a su lado y el omega estaba allí, observándolo con una sonrisa. DoYoon había sido su última relación amorosa, era un chico con una personalidad traviesa y encantadora, amable y sociable, quizás demasiado —¿Cómo has estado?

—Bien —Respondió SeungCheol asintiendo ligeramente con la cabeza, como si necesitase convencerse de ello.

—¿Acaso nunca te mencioné que eres pésimo para mentir? —DoYoon lo acusó arqueando una de sus cejas —¿Qué ocurre?

—Nada.

—¿Tienes problemas en la compañía?

—No —Contestó el mayor.

—¿Sucedió algo con tu familia?

—No.

—¿Es algún enamorado? —Preguntó con una pizca de picardía esperando una respuesta negativa pero la mirada de SeungCheol le sorprendió gratamente —¡Oh por Dios, lo es!

—No, no lo es —Mintió rápidamente levantándose. Eran amigos pero exponerle sus sentimientos a DoYoon era ponerlos en peligro para que JiHoon supiese de su existencia.

—¿Lo conozco? ¿Es arquitecto? —Continuó emocionado —¿O es un modelo? ¿Cuál es su nombre?

—DoYoon —Lo regañó SeungCheol —No es modelo, tampoco arquitecto, no lo conoces y no quiero que lo conozcas.

—Eres muy cruel —Entrecerró los ojos —Solo quería ayudarte... —Dijo con falsa inocencia —Y conocerlo —Admitió haciendo sonreír al alfa —¿Es lindo?

—No, no es lindo —Tomó la botella con agua y el móvil —Es precioso.

El tiempo siguió su curso y la fuerte tormenta finalmente pasó dejando un frío clima con algunas gotas que caían del cielo al anochecer, JiHoon decidió buscar ayuda profesional pero su ausencia en la compañía hizo que SeungCheol se sumergiera en el trabajo sacando nuevos proyectos y aceptando otros, su cambio fue evidente para los trabajadores de la empresa, su silencio y lejanía, parecía que se habían llevado su felicidad, se quedaba en la oficina dibujando planos hasta el amanecer, olvidándose de dormir y comer.

Había sido la única manera para no extrañar a JiHoon.

Para no extrañarlo tanto porque seguía existiendo una línea profesional entre ellos que no se atrevía a cruzar, al menos no de forma consciente.

—¿Señor Choi? —SeungKwan entró en la oficina del alfa encontrándolo profundamente dormido en el escritorio —Señor Choi —Lo llamó.

El pelinegro despertó de golpe sobresaltando al omega —¿Qué hora es?

—Las siete de la mañana —Contestó SeungKwan con una mano en su pecho tranquilizando a su acelerado corazón.

—Envía estos correos por favor —Le entregó unos papeles y se levantó tomando la chaqueta que estaba en el respaldo de la silla —Iré a casa a ducharme y estaré aquí en veinte minutos, hoy tenemos una reunión en el ministerio de obras, ¿Verdad?

—Sí —Habló haciendo una mueca —¿No prefiere cambiar la fecha? Tal vez para la próxima semana.

—No, no podemos seguir retrasando el proyecto del hotel —Se detuvo en la puerta y miró a SeungKwan —Por favor llama para confirmar nuestra asistencia.

—Sí, señor.

Esa fría noche el alfa llegó a casa, se quitó el abrigo y lo colgó cerca de la puerta, encendió las luces de la sala y caminó hacia la biblioteca para continuar trabajando en los planos, estuvo más de tres hora dibujando, cambiando y perfeccionando ideas. Pasada la medianoche subió por las escaleras y entró a su habitación, se sentó en el borde de la cama y tomó la manta que JiHoon había dejado al irse.

Ya no tenía su aroma.

Pero dormía con ella.

No podía evitarlo.

A la mañana siguiente se duchó y entró al cuarto donde era su armario, eligió uno de sus trajes formales, la corbata y zapatos, terminó de rodear su muñeca con un elegante reloj y salió de casa camino a la compañía. A los pocos minutos después Jun abrió la puerta del vehículo y SeungCheol bajó de él, los hombres de seguridad que estaban en la entrada principal lo saludaron con una reverencia que el alfa imitó, con las manos en los bolsillos de su pantalón de tela caminó por los pasillos y subió al ascensor.

—Buenos días señor Choi —Lo saludaron.

—Buenos días —SeungCheol entró a su oficina y tomó los documentos que estaban sobre el escritorio, se dio la media vuelta con la mirada fija en los papeles.

Ignoró el té en la taza de porcelana.

La dona de vainilla.

Y el atrayente aroma a lavanda que había inundado la oficina.

—A las nueve tiene una reunión con el departamento de diseño, será en el edificio principal —Dijo una suave y dulce voz —A las once debe ir a visitar los avances del parque temático y a mediodía tiene un almuerzo con la señora Chwe, he buscado su restaurante favorito y ya he pedido la reservación.

—Gracias SeungK... —Se interrumpió a sí mismo y levantó la cabeza quedándose sin aliento ante el hermoso omega que estaba frente a él vistiendo un pantalón color beige, una camisa blanca, zapatos negros y una bonita boina del mismo color sobre su cabello rosa —JiHoon —Susurró aturdido.

El menor elevó las comisuras de sus labios en una amplia sonrisa que terminó por derretir de amor al alfa —¿Tardé demasiado en regresar?

—Lo necesitabas —Incapaz de dejar de mirarlo a los ojos dejó los papeles en el escritorio y se acercó.

—Aquí todo parece estar en orden.

—No —Negó con la cabeza deteniéndose frente a JiHoon, el omega elevó el mentón para mantener sus ojos posados en los del alfa —Nada puede estar en orden sin ti.