Dejeme ir...

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-¿quien habla?- contestó zim su teléfono un poco confundido, él no solía responder a números desconocidos pero tanto fue la insistencia, que le dio curiosidad.

-hola zim, habla tak- de escucho del otro lado del teléfono una voz femenina salgo arrogante.

-¿¡tú?!, ¿qué es lo que quieres?- pregunto zim algo irritado y confundido.

-no te alteres, sabes ahora entiendo porque te gusta tanto el profesor red, es bueno en la cama- burlonamente tak se empezó a reír.

-no tengo tiempo para escuchar tus tonterías tak- zim termino la llamada, pero casi al instante le llego un mensaje de ese mismo número.

"Si no me crees, ven a esta dirección mañana en la noche, te espero".

-¿zim te encuentras bien?- pregunto dib desde arriba de su litera.

-si es solo que- le mostró su teléfono al pelinegro y me contó sobre su breve llamada.

-esto es algo inesperado, pero no creo que el profesor te haga eso, se ve que es una persona muy correcta- comento dib -¿pero que piensas hacer?.

-no lo sé, trataré de ignorar esto- concluyó zim, tomando su mochila y saliendo de la habitación.

A la mañana siguiente, el pelinegro estaba acomodando un poco su cama ya que tenía un desorden que sabía que le provocaba ansiedad a zim, en eso entró zim, y lo vio algo distraído.

-¿te encuentras bien?- pregunto preocupado dib.

Zim no contestó, pero me dio su teléfono a dib donde había recibido fotografías de red con tak, en el salón de clases y caminando juntos en la calle.

-esto no prueba nada zim- comento dib- la verdad siento qué tak solamente te está molestando, nunca le caíste bien.

-lo se, pero no sé qué debo de hacer- comento zim algo decaído.

-ya se, te acompañare a casa de red y quiero que le pidas una explicación- comento en pelinegro- tu pareja es el no tak, debes de escuchar su versión de los hechos y luego tomar una decisión.

-si creo que tienes razón, dib cabezon-sonrío un poco zim, tratando de calmarse.

Horas después.

-bien, por fin llegamos- comento dib mientras se estiraba.

-lo se, pero creo que no se encuentra nadie en casa- comento zim al asomarse por la ventana.

Dib tratando de animar a su amigo sugirió -oye enano, ¿vamos al parque que está por aquí cerca?- quiero subirme a los columpios.

-no estás grande para eso- comento zim.

-ay vamos no seas un amargado- dib jalo del brazo a su amigo y empezaron a caminar y platicar como solían hacerlo cuando estaban chicos.

-Jajajajajajaja recuerdas ¿cuando jurabas que ibas a hacer un investigador de lo paranormal?- comentaba zim riéndose a carcajadas - estabas bien menso-

-¡oye!- exclamo dib molesto- todos tenemos derecho a una ilusión en esta vida- ademas, aún tengo la certeza que existe pie grande.

RaZr ~ Mi querido profesor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora