Duncan McLeod se ha casado por "salvar a su clan", al menos eso es lo que él piensa y quiere hacer creer, pero la atracción que siente por su ahora esposa, es muy fuerte, algo que el se lo atribuye a la pasión y la lujuria, asi como a su arrebatador...
Después de los entrenamientos, Ailsa se encerró en su cuarto y no salió hasta la cena… esta vez no tuvo la suerte de comer sola, como por la mañana… sino que lo haría en compañía de su querido esposo!! Creyó que durante la comida, debería soportar sus alardes por haberla vencido o que se burlaría por haberse dejado ganar tan infantilmente!! Maldita sea!! Como dejó dominarse por la ira!! Un error tan de principiantes!! Es lo primero que te enseñan si quieres sobresalir como guerrero… ella lo había aprendido muy bien… hasta que este hombre hizo su aparición, es que tenía el poder de hacerla perder los estribos en dos segundos!! Y ese era un poder que ella le había entregado sin saberlo. La cena transcurrió de lo más silenciosa… agradeció internamente el gesto de Duncan de no hablar de lo sucedido temprano… pero como sea… el había ganado y ella debía cumplir su palabra!! Así que aunque le pesara, dejaría de entrenar por al menos su estadía en Dunvegan. - Ailsa… Cedric ha solicitado una audiencia junto con su prometida, quisiera, por favor, nos acompañes… claro, si no tienes otra cosa en mente. La aludida le dirigió una mirada de la que no podía descifrar nada… - Por supuesto que te acompañaré… tratándose de Cedric, además tengo curiosidad de conocer a la muchacha. Duncan asintió complacido… minutos después, las visitas estaban siendo recibidas en su despacho, en donde Duncan tuvo una muestra de caballerosidad al ceder el asiento del jefe a su esposa, para luego sentarse a su lado.
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Cuando Cedric y Kendra entraron, se saludaron con Duncan con gran camaradería, y la joven, que por cierto era muy hermosa, saltó al cuello de Duncan ante la mirada paciente de Cedric… pero al reparar en su presencia, se cohibió un poco. - Lo siento mucho mi señora… pero confío en que nuestro Laird, le haya dicho que nos criamos como hermanos… no he querido faltarle al respeto!! Duncan y Cedric, reían a carcajada batiente, viendo cómo, quizás por primera vez, Kendra se sonrojaba y hablaba mansamente con alguien. - Cedric!! Habías visto a tu futura esposa actuar de esa forma?? - Nunca en mi vida Duncan!! Te juro que la desconozco!! Ailsa se había olvidado de los roces que tenía con Duncan, y sonreía también a la muchacha.
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- Sabes muchacha… “mi esposo” es de poco hablar, y no… no sabía nada de sus lazos de amistad… pero eres bienvenida por mi parte!! Por favor… llámame Ailsa!! Y volviéndose a Duncan, Kendra habló… - Vaya Duncan!! Tu esposa es preciosa!! Además te podrá defender de las víboras que quieran morderte!! - Ailsa… no sabes, en el clan no se habla de otra cosa… y Cedric me lo confirmó… se ha regado como agua derramada… que les has dado una paliza a todos los guerreros!! Lo que hubiera dado por estar ahí… pero a nosotras las mujeres se nos prohíbe el patio de armas!! Sabes… me alegro que los hayas puesto en su lugar… sabes también… te admiran y respetan!! Eso me lo conto Cedric… no tienes idea de lo afortunados que somos al tenerte como señora!! Pero también me dijeron que al no vencer a este “cabezota” ya no podrás entrenar con los hombres!! Dime que no es cierto!!
