Parte 26 Sinceridad

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Narra Pablo

Oírla decir que me quería y mirándome a los ojos fui único, nos quedamos abrazados desnudos en el agua, yo ya había salido de dentro de ella, está el mar tranquilo con pocas olas, pero empezaba a hacer frio y notaba como Marizza tiritaba.

-Vamos fuera mejor, ya hace frio.

-Sí, la verdad muero de frío.

La abrace fuerte y juntos salimos del agua hacia donde teníamos la toalla, la enrolle en la toalla, realmente era una persona maravillosa, nunca pensé que podría volver a querer a una persona, pero cada día la necesitaba más a mi lado y la idea de que nos separáramos para siempre me dolía solo de pensarlo.

-Sabes lo que siento por ti, no lo había sentido por nadie.

-Yo tampoco, no quiero que te vayas, soy capaz de cualquier cosa por ti.

Nos volvimos a besar y nos sentamos en la toalla, yo la abrazaba por la cintura.

-Creo que deberíamos vestirnos, vamos a morirnos de frio.

-Sí, Pablo te apetece que durmamos aquí.

-Me encantaría.

Ambos nos vestimos y nos acomodamos sobre la toalla, ella se abrazaba a mí, apoyando su cabeza en mi pecho, notaba su respiración como poco a poco se relajaba, yo también me fui relajando, tenerla a mi lado me deba paz y tranquilidad que necesitaba para olvidarme de mis problemas, poco a poco yo también me quede plácidamente dormido.

Los rayos de sol, me daban en la cara ya había amanecido, serían las 6:00 de la mañana, sería mejor que despertara a Marizza para ir a casa sin que se dieran cuenta para ir al instituto, me acerque a ella para despertarla a besitos, comencé por el cuello, poco a poco subiendo por su cara hasta llegar a la boca, ella se despertó y me siguió el beso abrió su boca y pude introducir mi lengua dentro de ella, estaba encima de ella la cosa se iba poniendo cada vez más caliente, yo tenía las manos recorriendo su espalda dentro de la camiseta, ya estaba muy excitado, quería introducirme dentro de ella.

-Te necesito tanto Marizza.

Ella intensifico el beso moviéndose, excitándome cada vez, más me bajo el pantalón y yo la ayude, ella también se quitó el suyo estábamos en solo con la ropa interior, se separó de mí, buscando algo en su bolso, entonces vi un preservativo en su mano, rasgo el papel, me bajo el bóxer y se subió encima de mí, me encantaba cuando ella tomaba el control de la situación, se movía, tan sexualmente, me excitaba tanto, con ninguna chica sentía lo mismo que con ella, era una atracción letal, ambos nos movíamos al mismo ritmo, ya estaba a punto de llegar y notaba como ella también, frene un poco para lograr llegar juntos al clímax, cayo rendida a mí lado, poco a poco íbamos relajando nuestra respiración.

-Ahora sí, podemos irnos a casa.

-Sí, así da gusto volver a casa, no quiero que nos separemos, pero tendremos que fingir cerca de casa.

-Tienes razón es lo mejor, ojala pronto encontremos una solución.

-Sí, porque no conseguí nada con mi padre....Les tuve que decir que éramos novios y lo dejamos porque me engañaste.

-¿Y que te dijeron en casa?

-Nada, encima estaba el hijo de su puta madre de Diego, intento consolarme lo mande a la mierda obviamente, lo único bueno es que la amenaza de Diego ya no sirve, podrás sacarle información.

-Eres la mejor.-Le di un tierno beso.-Lo mejor va a ser que nos vistamos y vayamos a casa.

-Tienes razón, vamos para allí.

Nos vestimos recogimos las toallas y las dejamos en el coche, y ambos subimos al coche, notaba que Marizza estaba nerviosa, no paraba de mover las manos de un lado a otro.

-¿Te pasa algo? Te noto muy nerviosa.

-La verdad que sí, yo estoy empezando a sentir cosas por ti, siento que te quiero, te necesito a mí lado, no quiero que te vayas.- Me gire a mirarla, una lagrima asomaba por sus ojos, con mi mano se la seque y le acaricie la cara.

-A mí me pasa lo mismo, siento que contigo puedo enfrentar al mundo entero, Te quiero mucho.

Justo llegamos aparque un poco lejos de casa y me beso.

-Juntos enfrentaremos todo lo que venga, te lo prometo.-Esta vez yo la bese, definitivamente estaba perdidamente enamorado de ella.

Bajamos del coche y nos fuimos caminando cada uno a casa, ya faltaba poco para que realmente nos despertaríamos, esperaba que Silvia no hubiera llegado, quede con Marizza que la recogería donde había aparcado el coche, vi cómo se descalzaba y entraba poco a poco en casa, abrí despacio la puerta estaba todo en silencio, subí en silencio hasta llegar a mi habitación, estaba todo como lo había dejado antes de irme con Marizza, subí la persiana, allí estaba ella al otro lado, esperándome que me asomara, me sonreía, mi tiro un beso, desapareció, yo también me aleje para vestirme, hoy podría llegar pronto para así pasar más tiempo con ella, igual entre los dos encontraríamos la manera de librarme de mi padre.

Me vestí y baje a desayunar, Silvia ya estaba en la cocina preparando el desayuno.

-Pablito, que pronto te despertaste, ya te sirvo el desayuno.

-Muchas gracias Silvia.

Acabe de desayunar y le mande un mensaje a Marizza para así irnos juntos.

<Ya estoy listo ¿nos vemos en 10 minutos, en mi coche? Pablo.>

-Y esa sonrisa, no me digas que es por una chica.

-Puede ser, la verdad creo que me estoy enamorando.

-Es precioso eso, cuídala.

Salí de casa, por suerte no me había encontrado a mi padre, después de lo que paso el lunes lo mejor era no verle la cara, aunque suponía que pronto volvería a hablar conmigo, pero mejor evitar esa conversación, llegue a donde tenía el coche, pero Marizza no había llegado, la espere y a los minutos apareció con una cara, súper enfadada.

-¿Te paso algo?

-Mi padre me tiene harta, pretende meterme de nuevo a Diego en casa para cenar, y no lo aguanto más.

-Tranquila, eso es lo que quiere molestarte, se más lista que él, jodele la cena.

-Tienes razón, eres el mejor.- Me beso y la cogí por la cintura.- Ya te extrañaba.

-Yo a ti también.

Subimos al coche, para ir hacia el instituto.

Continuara..............................................

Del amor al odio  #PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora