Parte 21 Vuelta a la realidad III

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Narra Pablo

Entre en casa, y mi padre se acercó a mí

-Hasta que al fin te dignas a aparecer, vamos al despacho, tenemos que hablar.

Mierda, hablar con mi padre en el despacho, solo podía significar negocios, de los cuales no quería saber nada, llevaba una vida paralela a mi familia donde yo era feliz jugando al futbol y soñando con un día poder ser un gran pediatra, no estaba para nada interesado en el derecho, además ahora podía compartir mis inquietudes con Marizza y me encantaba la idea de tener a alguien con quien compartir mis secretos.

-Pablo siéntate, tenemos que hablar.- Me senté en una silla enfrente de él.

-¿Qué pasa?

-Te acuerdas de donde fuimos la semana pasada.- Yo asentí.- Bueno he abierto un bufete de abogados junto con Martin.

-Sí, y que tengo que ver yo en eso.

-Hijo, es una oportunidad de oro vas a irte a dirigir la empresa.

-Pero eso está muy lejos de aquí, como voy a hacer con el instituto.

-Estoy ya mirando a donde inscribirte, además está la facultad de derecho más importante del país.

-Yo no estoy interesado en dirigir la empresa, ni en estudiar derecho.

-Me da igual Pablo, vas a hacer los que yo te diga.

-Olvídate, de eso no voy a irme a ninguna parte.- Me levante para irme dando fin a la conversación, mi padre me agarro fuerte del brazo y me pego en la cara, tirándome al suelo.

-Olvídate tú, mañana no iras a clase te vienes conmigo a la empresa, se te va a acabar la rebeldía.

Se fue pegando un portazo, estaba realmente asustado, mi padre era capaz de cualquier cosa con tal de que me fuera, quería ir a ver a Marizza, la necesitaba a mi lado en estos momentos, en este fin de semana, me había unido muchísimo a ella hasta contarle mis secretos, sentía que me conocía realmente como era yo, me levante del suelo, estaba dolorido, seguramente me saldría un moratón en la cara del golpe de mi padre, salí despacio del despacho sin que me vieran para escabullirme por la puerta he ir a casa de Marizza.

-¿Dónde te crees que vas?

-A tomar el aire.- Le conteste, no quería que supiera el vínculo que tenía con Marizza, lo destruiría como todo lo que me hacia feliz.

-Nada de eso, tú de aquí no te mueves.-me pego un empujón y me quito las llaves de casa y cerro con llave para que no pudiera abrir.-A ver si te queda claro que aquí mando yo, no vas a hacer lo que te dé la gana y mañana nos vamos pronto a que conozcas la nueva empresa,

-Vale, pero al menos me dejaras despedirme de mis amigos.

-Sí, mañana cuando regresemos, pero cuidadito Pablo con jugármela, que esta vez no es algo solo mío.

-A que te refieres.

-Que este negocio lo estoy haciendo con Martin.

-¿Martin Andrade?

-Claro, nuestro vecino, pero el obviamente no va a poner a su hija al frente, nadie en su sano juicio pondría a una mujer.

-Entonces quien se va a hacer cargo.

-El hijo de una amigo suyo, que está estudiando derecho, además es una buena oportunidad para que aprendas de él, seguramente mañana lo conocerás, vendrá con nosotros.

Sin decir nada más, me dio unas palmadas en la cara y se fue de nuevo al despacho, a mí no me quedo otra que subir al cuarto, me mire la cara y la tenía toda roja por el golpe, mi padre era lo peor, me duche y me acosté, no podría ir a verme con ella por lo que opte por dejarlo todo bajado.

Del amor al odio  #PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora