Parte 14 La conversación

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Narra Pablo

Salí de casa de Marizza, esperando que mis padres no se hubieran dado cuenta que no había dormido allí, una vez en la puerta de mi casa abrí despacio para que nadie escuchara Silvia, ya debía estar en casa, empecé a subir las escaleras hacia mi cuarto.

-Hijo, al fin te despertaste.

-Sí, estaba bastante cansado

-Dúchate y arréglate que nos vamos a la casa de la playa a pasar el día.

-¿Nosotros tres solos?

-No hijo, vamos con Martin, Sonia y Marizza, espero que no te moleste como ayer os vi que conversasteis.

-Sí, mama no te preocupes está todo bien.

Y tan bien estaban las cosas entre nosotros subí a mi cuarto y me metí en la ducha, encendí el grifo y me metí bajo el chorro de agua y me vinieron los recuerdos de la noche anterior con Marizza en la ducha, solo imaginarme me excitaba demasiado, el sexo que tenía con ella era perfecto, parecíamos hechos el uno para el otro, con ninguna chica había conseguido la concesión que tenía con ella, ni con María de la cual estaba enamorado como un idiota y justo eso era lo que me daba miedo enamorarme de ella, pero si en todo este tiempo no había vuelto a enamorarme ella no iba a ser la excepción pero estaba claro que entre nosotros había química, nos atraíamos de una forma devastadora de igual manera que habíamos llegado a odiarnos, Marizza era explosiva en todos los sentidos.

Una vez salí de la ducha, me vestí, buscando mi bañador vi a la familia de Marizza como venían hacia mi casa, me asome a la escalera para oír la conversación antes de bajar quería estar preparado.

Pude escuchar cómo se les ocurría la brillante idea de que Marizza y yo fuéramos solos en mi coche, la verdad me apetecía estar con ella y quién sabe si podríamos hacer alguna paradita antes de llegar a la casa de la playa de solo pensarlo ella y yo solos en mi coche, me excitaba. Volví a mi habitación a coger el bañador y guardarlo, baje al comedor donde me esperaba Marizza, al entrar la vi dormida en mi sofá, esta tan bonita daba ternura verla dormida, me arrodille para estar a su altura y empecé a darle dulces besos en la cara, abrió los ojos y al verme, se quedó callada mirándome fijamente, en esos momentos me hubiera gustado saber que pensaba, o que es lo que sentía estando conmigo.

-Creo que deberíamos hablar.- Sonaban serias sus palabras, me asusto no quería que acabara lo que teníamos.

-Sí, vamos al coche y hablamos en el camino.

Me puse en pie y me encamine hacia la puerta, ambos nos despedimos de Silvia y salimos de casa, le indique donde estaba mi coche y subimos.

Narra Marizza

Llevábamos ya bastante rato de camino pero no me atrevía a decir nada, encontrármelo tan cerca y recién despierta me había perturbado mucho, tenía ganas de besarlo y me daba miedo confundir las cosas, no quería un novio y mucho menos enamorarme de Pablo Bustamante por muy bueno que estuviera, era sinónimo de peligro y dolor, debía armarme de valor y tener por fin la conversación pendiente.

-Marizza, te parece si paramos en la playa y hablamos allí.

-Justo en eso estaba pensado.

Ambos nos reímos y por fin sonreímos, al poco llegamos a la playa que había antes de llegar a donde teníamos el apartamento, aparco y salimos del coche, Pablo saco de la parte de atrás una toalla y nos adentramos al paseo marítimo en busca de la entrada a la playa que estaba bastante desierta, yo lo seguía hasta que finalmente extendió la toalla y ambos nos sentamos, yo me quite las sandalias y él sus zapatillas.

-Creo que deberíamos hablar de lo que nos pasa.

-Sí, yo también, será lo mejor.

-Empezare yo, sé que nunca hemos tenido buena relación, pero nuestro encuentro en el cuarto de los materiales me hizo cambiar de opinión, me atraes muchísimo, me gustas, te deseo, pero yo no quiero tener una relación contigo, al menos no una de novios.- Me sentí liberada de por fin ser sincera y poder analizar qué es lo que teníamos.

-Marizza creo que por primera vez en mucho tiempo estamos de acuerdo en algo a mí me pasa lo mismo contigo, me gustas muchísimo y nuestros encuentros sexuales son únicos pero tampoco quiero tener una relación seria.

Sin pensarlo mucho me acerque a él y lo bese, al separarnos.

-Me encantan tus besos.- Me susurro.

-Y a mí los tuyos, podríamos hacer un pacto.- Nos sentamos un al lado del otro.

-Soy todo oídos, que sugieres.

-Que si empezamos a tener sentimientos el uno por el otro se acabara.

-Estoy de acuerdo, lo único que como nos vamos a tratar a partir de ahora en el colegio.

-Buena pregunta, como nos salga, pero prefiero no demostraciones en público, no quiero que el mundo se entere que nos acostamos o que piensen que somos novios.

-Siempre nos quedara el cuarto de materiales, lo único que no sé qué hacer con Marcos y Tomas, no pararan de preguntarme por los chupetones que me haces.-Me reí era tan cómodo hablar con él, sentía que podría hablar de cualquier cosa.

-Prometo los siguientes hacértelos en una zona más íntima.- Esta vez él se acercó a mí y me beso.

-Yo también voy a empezar a hacértelos a ti.- Comenzó a darme besos por mi cuello me deje hacer y cuando menos lo esperaba, me había hecho un chupetón.

-Ahora si estamos empatados, el próximo te lo hare en una zona intima.-No me enfade al contrario me había excitado y mucho.

-No sabes cómo me has puesto porque no mejor pasamos a la acción.

Continuara....

¿Como continuara el Domingo en familia?


Del amor al odio  #PablizzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora